DIARIO DE UN PECADOR

Capítulo 36

Me despierto sintiendo un sudor frio que recorre por mi frente y todo mi cuerpo, tengo que parpadear varias veces ya que la luz me jode las pupilas y no me deja ver con claridad absolutamente nada, me siento aturdido por el ruido que de repente escucho es algo estrepitoso, el cansancio de la vida que llevo últimamente me está pasando factura, parezco un viejo, rayos quedarme dormido en una fiesta eso sí que es de no sé, no sé quien rayos hace eso, miro a mi alrededor y solo veo cuerpos semidesnudos que se han quedado a medias de una follada de seguro, trato de levantarme pero el alcohol me las cobra y vuelvo a caer al mueble, bajo mi cara a la altura de mis manos y me sostengo tratando de devolverle un poco de estabilidad a mi cuerpo, después de varios minutos sintiéndome un poco mejor me levanto y camino entre todos los que se encuentran dormidos estorbando mi camino, simplemente me dirijo hacia la salida.

Cuando por fin llego a la puerta siento el aire frio y fresco recorrer devolviéndome algo de cordura, respiro profundamente y me quito el estrés moviendo mi cabeza de un lado a otro, no sé porque siento un estrujo muy fuerte en el corazón que me llena de melancolía, rayos quien soy, se supone que soy Matt que verga pasa conmigo, que rayos, que mierda...doy un golpe en el marco de la puerta por la impotencia que recorre mi cuerpo al no saber quién soy ahora, que mierda soy, que mierda estoy haciendo, comienzo a caminar sin lugar a donde ir, no entiendo nada, ni mi vida, ni mis acciones, ni porque ahora mismo no puedo estar cogiéndome a cualquiera sin pensar en nada es que no sé ni entiendo que rayos pasa aquí, tengo un enojo descontrolado así que cuando paso cerca de un basurero lo pateo como si fuera el causante de todos mis problemas.

Después de caminar varias cuadras siento que un auto me está siguiendo, no me considero tan importante como para que alguien me haga un secuestro express así que doy vuelta para ver al misterioso auto y sobre todo a quien lo conduce.

Veo el auto de Andrew, maldito cabrón pensé que estaba en la fiesta pero al parecer me ama tanto que sigue todos mis pasos, me acerco al auto para saber qué es lo q quiere.

Cuando estoy a unos pasos del auto diviso que si efectivamente es el auto de él, pero no es él quien lo conduce...es la chica ¿la chica del baño?

—Hola— le digo un poco impresionado, ella baja la ventanilla y me sonríe.

—Al parecer a los dos se nos ha pasado los tragos— me dice con voz sugerente, me siento algo incómodo ella es como...no sé, es que es rara.

—Pues si—digo algo cortante.

—Sube—me dice.

—No, gracias— que raro creo que tenemos los papeles invertidos.

—No seas alzado no te estoy rogando para que me cojas, solo sube que te llevo a tu casa.

— ¿Andrew sabe que tienes su auto?

—Obvio, acaso crees que lo robe— dice y comienza a reír, es obvio creo que ando algo paranoico y estúpido, sobretodo estúpido.

—Ok— digo y me dirijo hacia lado del copiloto pero ella me hace un gesto para que no valla por el otro lado.

—Ven tu maneja, creo que estas en mejores condiciones que yo— dice y abre la puerta, la abro un poco más para darle paso a que se baje pero veo que otros son sus planes.

Se apoya en el otro asiento con sus manos y coloca sus rodillas en el asiento en el que estaba sentada, rayos, está con vestido y no tiene bragas, y ahora está lo suficientemente consiente como para darme cuenta que sí, sí quiere que me la folle.

Solo espero a que ella haga su acto y se termine de pasar al otro asiento, después de todo aquel panorama y mientras ella se coloca el cinturón de seguridad por fin me subo y me coloco también el mío.