7.-Sorpresa

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Andrea: ¡¡Camila deja de gritar!!

Camila: No!-grito mientras saltaba en la cama y Andrea apretó los puños.-Tu no me mandas y yo no te obedeceré!

Andrea: Ya no brinques en la cama! ¡¡Camila!!.-grito pero ella no le hacia caso.-Camila por favor, deja de brincar en la cama!

Camila: No quiero obedecerte. Lárgate!.-grito enojada mientras seguía saltando. Andrea iba a pedirle de nuevo que se callara y que bajara de la cama pero tocaron la puerta de la habitación y suspiro acercándose para abrirla. 

Andrea: Si?

Ana: Aquí tienes lo que le toca comer a Camila.-dijo y Andrea la miro confundida.-Por ordenes del medico, ella tiene que bajar de peso ya que esta un poco subidita, y le envía dietas, esto es lo que tiene que comer y también aquí están sus medicinas.-susurro sacando una pequeña cajita.-Mézclalas en su jugo se disuelven rápido y ella no se dara cuenta.

Andrea: Porque el señor Samuel no me dijo nada?-pregunto y la empleada se alzo de hombros.

Ana: Seguro te lo dirá mañana con más calma, créeme si le das los medicamentos así nada más no se los tomara, haz lo que te digo, seguro ya mañana hablara Samuel contigo.

Andrea: De acuerdo.-dijo y cerro la puerta.-Aquí te trajeron tu desayuno.

Camila: ¡No quiero comer! ¡No quiero comer! No quiero comer!-grito saltando en la cama.

Andrea: ¡Pues vas a comer!-grito pero ella no le hizo caso, siguió saltando.-Camila hazme caso!

Camila: ¡No! Vete!

Andrea: No me voy a ir y deja de brincar!-dijo y Camila se quedo quieta en la cama mirando el plato.-Eso es, así esta mejor ahora siéntate y come algo que... 

Camila: Esta bien voy a comer.-dijo sentándose en la cama y pasando sus manos por su cabello mientras Andrea la miraba con recelo.

Andrea: Genial.-dijo todavía algo desconfiada.-Entonces hazlo.

Camila: No, no sujetare la cuchara yo, mi mamá me daba de comer en la boca.-dijo sonriendo y Andrea frunció el ceño.

Andrea: ¿Pretendes que yo te de, de comer en la boca?

Camila: Si no lo haces no como, y si no como mi papá se va a enojar, y si se enoja te despide, y si te despide te quedaras sin trabajo de nuevo.-dijo y Andrea la miro indignada.-Es tu decisión...

Nancy: Pobre de la muchacha que cuidara a tu pequeña...como llamarla?

Samuel: Nancy, acuérdate que aunque seas mi amiga yo sigo siendo tu jefe.-dijo mientras ambos revisaban unos expedientes.

Nancy: Si, no se me olvida pero de verdad tienes una hija bastante caprichosa y malcriada, yo solo la cuide un par de veces y quería suicidarme ahora no me imagino la que tenga que cuidarla todo el dia, será una penitencia de verdad que si.

Samuel: Camila no es tan mala.

Nancy: Yo no he dicho que fuera mala, aunque fastidiosa creo que es la palabra correcta, y eso se debe a que tu y su madre la consienten demasiado.-dijo y Samuel la miro con cierta tristeza.

Samuel: Bueno seguro ahora ya no tendrá quien la consienta mucho, Aimé la adoraba. Desde que los médicos le dijeron que ya no podía concebir ella decidió que lo mejor era darle todo a Camila, que disfrutara de todo lo que ella quisiera ya que iba ser la única hija, no quería que se sintiera sola.

Nancy: ¿Cómo estas? Aimé era todo en tu vida, supongo que ahora que ya no esta...

Samuel: Me siento mal, para que te voy a mentir, me siento fatal, no sabes lo difícil que es llegar a mi casa y que nadie me reciba con un fuerte abrazo y un ¿como te fue?, de irme a dormir sin un "buenas noches mi amor", de levantarme y no encontrarla, de no ver su sonrisa, su intensa mirada, el brillo de sus ojos azules y sus mejillas sonrojadas cuando se enojaba, su cabello negro y largo, su entusiasmo por la vida, Dios...la extraño como no tienes idea.-dijo con dolor y sin poder evitarlo unas lagrimas salieron de sus ojos.

Nancy: ¿Una buena esposa?

Samuel: La mejor.

Nancy: Si fuera la mejor no te hubiera dejado.-dijo sujetando su mano con suavidad.-Si yo fuera ella jamás te hubiera dejado Samuel.

Samuel: Gracias Nancy, pero tu eres mi amiga así que no cuenta.-dijo sonriendo levemente y ella asintió de una manera triste.

Nancy: Solo te hago ver que tu eres un hombre muy especial, y que cualquier mujer se sentiría orgullosa de estar junto a ti, y créeme.-dijo tomando su cara entre sus manos haciendo que él la mirara.-No te lo digo como amiga, te lo digo como mujer. Tu eres un hombre muy especial.

Samuel: Te quiero Nancy.

Nancy: Y yo a ti. Sabes que? Te invito un trago.

Samuel: ¿Qué? No.

Nancy: ¿Por qué no? Anda eso es lo que necesitas, despejarte, olvidar por un momento lo caprichosa que es tu hija y que tu esposa te dejo sin importarle nada lo que sufrieran tu y tu hija. Vamos anda.-dijo levantándose.

Samuel: No, prefiero quedarme trabajando un poco más.

Nancy: No seas aguafiestas. Te divertirás, estoy segura.-dijo y Samuel suspiro.-Vez se que quieres, siempre haces eso cuando quieres pero sabes que no es lo correcto.

Samuel: Exacto, no es lo correcto.

Nancy: Como decía Aimé, a veces lo incorrecto, es lo que mejor te sienta. Dime, cuantas cosas te hubiera gustado hacer con Aimé y no las hiciste porque pensaste que no era lo correcto?

Samuel: Esta bien, vamos...

Andrea: Genial!-susurro cuando vio que Camila estaba completamente dormida.

Se levanto de la silla en la que estaba dispuesta a salir de cuarto, había sido un dia muy largo y muy cansado para ella así que solo quería irse, y llegar a su casa para dormir, mañana le esperaba un dia igual de largo que ese. Y con esa niña seguro todos sus días serian así, un infierno.

"Aunque ahora que la veo no parece un monstro, es más parece un angelito, así fuera durante el día..." pensó mientras la miraba, se iba a salir pero antes de eso, regreso a colocarle mejor la sabana y por instinto beso su frente. 

Andrea: Ahora si, buenas noches, espero no me necesites durante la noche porque seria un tomento vernos las 24 horas del dia.-susurro y salió de la habitación.

Ana: ¿Ya se durmió?-pregunto cuando vio salir a Andrea de la habitación y ella asintió.-Menos mal, ¿Qué tal tu día?

Andrea: Que te puedo decir, horrible.-dijo y ambas sonrieron.-Pero creo que me puedo adaptar a ella, creo que con un poco de paciencia.

Ana: Si, eso estaría bien, ella necesita mucha paciencia, el señor Samuel piensa que ignorándola le dará el espacio y tiempo que necesita pero yo creo que a ella lo que menos le conviene es que la deje sola.

Andrea: Si, creo que si aunque bueno la niña no hace las cosas fáciles, la verdad yo también habia pensado en darle por su lado.-dijo haciendo una mueca.-Pero creo que no es lo correcto.

Ana: No, no lo es.

Andrea: Bueno, voy a tomar una taza de café en lo que llega mi taxi y después me voy.

Ana: Esta bien.-dijo y miro como Andrea se alejaba.-Andrea!

Andrea: ¿Si?

Ana: Se que no tuvimos un buen inicio pero de verdad quiero mucho a esa niña. No hay cosa que no podría negarle, ella no es mala, pero esta acostumbrada a tenerlo todo.

Andrea: Entiendo, no te preocupes.-dijo y bajo hacia la cocina pero mientras iba caminando escucho que alguien tocaba fuertemente la puerta, quería abrir pero vio que una empleada se dirigía para hacer eso y decidió no ir.

Nancy: ¡Hola!-se escucho un fuerte grito, que a pesar de que Andrea estaba en la cocina pudo escucharlo claramente.-¡Sii somos nosotros! Los reyes de la noche!, ¿Verdad Samuelito?

Andrea: ¿Samuelito?.-susurro comenzando a reír, pero después frunció el ceño y comenzó a pensar.-Un momento, mi jefe se llama Samuel.

Samuel: ¿Dónde esta mi hija? Yo quiero ver a mi chiquita, ¡¡Camila!!-grito mientras Andrea salía de la cocina y lo miro con perplejidad, simplemente no podía creer que el estuviera así. 

Andrea: ¿Señor Samuel? ¿Esta borracho?...

¡HERMOSO DESASTRE!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora