21.-Desastre

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Samuel estaba rumbo a la casa de Andrea, estuvo pensando durante mucho tiempo en lo que le dijo Nancy y por fin se había decidido a ir a verla, sabia lo que eso implicaría, el tener que toparse con ese tipo de nuevo pero esta vez no se iba a quedar de brazos cruzados, estaba decidido y si tenia que llevarse a Andrea de ahí a la fuerza lo haría.

Sabia que algo estaba pasando, que ella no se podía comportar de esa forma tan extraña y menos ser tan sumisa con respecto a Armando así lo amara eso ya no era normal y como le había dicho Nancy si la quería lo menos que podía hacer era ayudarla.

Llego a la casa y subió las escaleras que daban al segundo piso en donde se encontraba el cuarto en donde vivía Andrea, comenzando a tocar.

Samuel: Andrea.-dijo volviendo a tocar un poco más fuerte al ver que no le abrían y trato de asomarse por la ventana para ver si la encontraba o estaba alguien pero las cortinas le impedían ver.-¿Andrea? Soy Samuel, si estas por favor abre necesitamos hablar.-volvió a insistir pero nada.

"Tal vez de verdad no esta" pensó resignado al ver que no salía nadie ni había señales de que alguien estuviera y comenzó a bajar las escaleras pero un fuerte estruendo hizo que se volviera a girar.

Samuel: ¡¿Andrea!?-grito tocando más fuerte, preocupándose por el ruido que acababa de escuchar y por el echo de que nadie le abría.-¿Andrea estas bien?

Andrea: Sa...Samuel!-grito soltando un chillido.

Samuel: Maldición...-susurro y se separo ligeramente de la puerta para darle patada tras patada hasta que por fin consiguió abrirla y entro encontrándose con una imagen que hizo estremecer todo su cuerpo y a la vez llenarlo de ira.

Andrea yacía en el suelo, con la cara llena de sangre por una herida que tenia en la cabeza, el labio partido e hinchado, las mejillas se le estaban tornando de un color rojizo-morado al igual que la nariz de la cual le salía sangre y tenia una ligera abertura en el pómulo derecho, pero lo que más le preocupo cuando acerco a ella fue su ojo, estaba completamente cerrado, hinchado y tenia un color que no le agrado, además cuando ella trato de abrirlo estaba completamente rojo por dentro.

Samuel: Tranquila, es mejor que lo mantengas cerrado, no lo esfuerces.-dijo tomándola de la cintura pero ella se quejo comenzando a llorar.

Andrea: Me duele.-dijo y el vio las marcas de los golpes que también tenia en la cintura y brazos.

Samuel: Desgraciado!-murmuro entre dientes y la miro.-Esta bien, esta bien tranquila llamare a una ambulancia esta bien?

Andrea: Si, pero no me dejes Samuel, no me dejes por favor.-dijo mientras sus lagrimas caian y le sujeto la mano con fuerza.

Samuel: No te voy a dejar mi amor, te llevare a un hospital y después a mi casa. No te dejare sola te lo prometo.-susurro y beso su frente cuidando de no hacerle daño.

Se levanto y hablo a una ambulancia mientras veía como ella se quejaba en silencio del dolor que seguramente sentía en todo el cuerpo, Samuel agradeció no encontrar a ese infeliz en la casa porque si lo hacia estaba seguro que en ese momento lo mataba sin importar las consecuencias, sin importar que fuera a prisión por su culpa.

Cuando la ambulancia llego acomodaron de mejor forma a Andrea en una de las camillas y la subieron para después conducir al hospital, Samuel en ningún momento soltaba la mano de Andrea y ella agradecía eso, se sentía aterrada de tan solo recordar la forma tan animal en la que se había comportado Armando y el único que le daba paz en ese momento era Samuel. Trato muchas veces de pedirle a Samuel disculpas por apartarse de su lado a pesar de que todo su ser le pedía que se quedara, si ella no se hubiera ido de su casa en ese momento nada de eso hubiera pasado y ella hubiera estado a salvo, pero el nunca le permito que se disculpara, solo se limitaba a hablarle le forma dulce y besar las partes de su cara que no estaban heridas como consuelo para que ella no siguiera llorando.

Samuel: Si, por favor te lo agradecería mucho, yo tengo que quedarme en el hospital por si algo se ofrece.-dijo mientras se paseaba por el pasillo de un lado a otro.

Nancy: ¿Pero esta bien?-pregunto algo intranquila.

Samuel: Si, supongo que si, el medico no ha salido a decirme nada pero por lo menos no la veo grave, lo que si se ve en muy mal estado es su ojo, pero confió en que solo sea apariencia.

Nancy: No te preocupes entonces, quédate con ella y yo voy ahora mismo a tu casa para quedarme con tu hija.

Samuel: Nancy, por favor no le digas nada de esto, invéntale algo lo que a ti te parezca. Pero no quiero que se entere, déjame a mi decírselo con más calma mañana.

Nancy: No te preocupes cuenta conmigo.

Samuel: Gracias te quiero.-dijo sonriendo.

Nancy: Igual, adiós y cuídate, tampoco me gusta que estés solo y este loco suelto.

Samuel: Cremé que lo que más deseo es que me busque.-dijo con rabia.

Nancy: Samuel, no te olvides que tienes una hija.

Samuel: Lo se, ese es el único motivo por el cual no estoy recorriendo todo el país en su búsqueda. Adiós.-dijo y colgó.-Infeliz, canalla.

Medico: ¿Samuel?-pregunto llegando a él y este volteo.

Samuel: Efraín, dime como esta, como la viste?

Efraín: No te voy a mentir, esta muy golpeada, el que la maltrato de esa manera lo hizo con toda intensión del mundo, tiene costillas lastimadas, sus brazos y piernas también presentan varios golpes, su cara esta muy dañada que más te puedo decir, todo su cuerpo presenta fuertes golpes. 

Samuel: ¡Cerdo infeliz!-exclamo con furia.-Entonces no fue un arranque, lo hizo agrade!! 

Efraín: Cálmate, ella se va a recuperar, no tiene heridas graves, aunque si delicadas pero el tiempo podrá sanarlo yo te recomiendo que le aconsejes denunciarlo, por si vuelve a aparecer, yo se lo sugerí pero ella no quiere, tal vez a ti te haga caso. No quiero parecer exagerado pero la mayoría de las mujeres que mueren golpeadas es por no reaccionar a tiempo. 

Samuel: ¡No, este ella no volverá a pasar por esto!-dijo enojado.-Ni loco dejo que se vaya con ese infeliz de nuevo, así tenga que secuestrarla y tenerla en mi casa no dejare que la dañe de nuevo.-exclamo lleno de ira y el medico asintió.

Efraín: En este momento le di un sedante para que ella pueda soportar el dolor pero en un rato más puedes pasar a verla. No la puedo dar de alta en este momento ya que esta delicada todavía pero puedes venir a visitarla cuando desees.

Samuel: Gracias.-dijo estrechando la mano de Efraín y este se fue.

Espero un poco más como le había dicho el medico a Samuel, y cuando por fin le dio el permiso de entrar, el lo hizo lo más pronto que pudo, entro al cuarto tratando de ser cuidadoso por si Andrea estaba durmiendo pero no, su vista estaba clavada en la ventana, y sabia que había llorado, pero no le quiso decir nada., no era el momento de presionarla.

Samuel: Hola.-susurro tomando su mano y Andrea la apretó con la poca fuerza que tenia.-¿Como te sientes?

Andrea: Me duele todo el cuerpo pero es soportable ya que el sedante no me ha pasado del todo. Gracias por estar aquí, justo iba a preguntar por ti.-dijo y él esbozo una sonrisa.

Samuel: ¿Así? Bueno, no me sorprende se que soy irresistible.-bromeo y ella comenzó a reír pero hizo una mueca de dolor tocándose las costillas.-Perdón, se supone que no debería hacerte reír pero tampoco puedo verte triste. Como veras estoy en un gran dilema.

Andrea: Sabes lo que me ayudaría más en este momento?.-pregunto mirándolo a los ojos.-Ven acércate.-dijo y Samuel sonrió acercándose a ella hasta estar a milímetros, entonces fue ella la que unió de una forma delicada sus labios a los de él...

¡HERMOSO DESASTRE!Where stories live. Discover now