14.-Se murió

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Samuel salió del cuarto sintiendo que ya no podía más con la furia y a la vez el dolor que sentía, cuando escucho que la puerta se cerraba golpeo la pared con fuerza, para así tratar de aliviar un poco todo lo que  en ese momento tenia dentro. Pero no lo logro, solo logro hacerse daño en las manos y que Camila lo mirara asustada mientras sus lagrimas escurrían.

Camila: ¿Por qué mi mamá ya no me quiere? ¿Por qué no quiere que estemos con ella?-pregunto entre sollozos.

Samuel: No, no digas eso mi amor.-dijo limpiando sus lagrimas y se hinco hasta llegar a la misma posición que Camila.-Tu mamá nos quiere, pero lo que le esta pasando es muy complicado, no quiere que la veamos en ese estado.

Camila: Se va a morir verdad?-pregunto con sus ojitos llenos de lagrimas y Samuel la miro con dolor, no pudo hacer otra cosa más que abrazarla y llorar mientras Francisca los veía.

Aimé por otra parte estaba en la cama acompañada de su padre, quien trataba de que ya no llorara, le había dolido en el alma echar a Samuel y a su propia hija, pero no tenia fuerzas para pedirles que se quedaran, más sabiendo lo que iba a suceder, si antes había luchado tanto para evitar que ellos la miraran mientras muriera ahora menos que nunca debía concebir eso.

Aimé: Ya no puedo papá, me cuesta mucho respirar y el dolor cada vez lo soporto menos.-susurro mientras sus lagrimas caían.-El medico me dio una semana más dijo que tal vez dos pero...pero no creo que aguante ni siquiera el día de hoy.

Diego: No hija, trata de luchar. Ya veras que vivirás más de lo que piensas.-dijo tomándola de la mano mientras sus lagrimas caían.

Aimé: Para que luchar papá? Si el resultado va a ser el mismo. Me voy a morir y el luchar solo hace que mi agonía sea más lenta y dolorosa. Y yo ya no quiero, ya no puedo seguir así. Solo quería ver a Samuel y a Camila antes de morir y se me ha concedido. Pero yo ya no quiero luchar papá, ya no tengo fuerzas y duele mucho.-dijo con voz entrecortada.

Diego: Tu hija y Samuel salieron muy mal.

Aimé: Lo se, pero no tenia otra opción, no quería ser un recuerdo doloroso para ellos, y menos para mi hija, no quería que ella me viera así, sufriendo en una cama y entre cuatro paredes. Que tuviera todos los recuerdos de cuando yo era una mujer sana, aunque me odiara, pero supongo que eso ya no será posible, porque ahora cada que se acuerde de mi, recordara este momento.

Diego: Ellos tienen derecho mi vida, esa niña necesita una explicación y no merece amargarse la vida por algo que no es cierto. Porque tu los amabas más que a tu propia vida.-dijo y ella negó cerrando sus ojos mientras hacia esfuerzos por tragar.-Duerme mi niña, duerme.-susurro y le beso la frente...

Samuel miraba  Camila mientras esta dormía, suspiraba de vez en cuando y tenia sus ojos húmedos por tanto llorar, mientras le acariciaba la cara pedía explicaciones mirando al cielo ¿Por qué se suponía que le estaba pasando esto? ¿Qué había echo mal para merecer todo lo que le estaba ocurriendo? ¿Por qué a Aimé? Se hacia miles de preguntas, pero ni una sola la pudo contestar.

Solo quería despertar de esa terrible pesadilla en la que estaba viviendo y no dormir jamás si fuera necesario, había tenido un matrimonio perfecto al lado de Aimé, lleno de amor, de alegría, y ahora no entendía lo que estaba ocurriendo, simplemente se negaba a que todo fuera cierto.

Camila: Papá.-susurro mientras abría los ojos.-Quiero ver a mamá de nuevo. No me quiero ir sin antes verla.

Samuel: Esta bien, vamos con tus abuelos para ver si ellos están de acuerdo.-dijo y ambos se levantaron de la cama. Hablaron con Francisca ya que Diego había salido y ella estuvo de acuerdo en que fueran a verla, se metió al cuarto para hablar con Aimé y salió algo decaída y se le veian las ganas de llorar.

Francisca: Pasen, ella quiere verlos.-susurro con voz entrecortada y algo dentro de Samuel se inquieto al verla tan mal.

Samuel: Gracias.-dijo y paso con su hija a donde estaba Aime.

Camila: Mami.-dijo con calma mientras se acomodaba a su lado y Aime abrió los ojos sonriendo levemente.

Aime: Mi niña.-dijo levantando su brazo despacio hasta lograr abrazarla.-Te extrañe tanto.

Camila: Porque no querías que estuviera contigo?

Aime: Porque nadie quiere ver que sus hijos la vean sufrir, y menos ver que sufren por ella. Pero quiero que te quede claro que te amo mi amor y que siempre lo voy hacer desde donde quiera que este o a donde quiera que me vaya siempre te voy a cuidar.

Camila: No quiero que te mueras.-dijo abrazándola con fuerza y Aime cerro los ojos dejando escapar lagrimas mientras Samuel veía la escena con dolor.

Aime: Eso no se va a poder mi chiquita, es algo que tiene que pasar tarde o temprano. Pero tu no te quedaras sola, tendrás al mejor papá del mundo a tu lado y quiero que le obedezcas en todo y te portes bien.-dijo mirando a Samuel mientras este negaba.-No quiero que le des más problemas de los que tiene o llegue a tener y quiero que lo apoyes en lo que el decida que será su felicidad. Promételo mi amor.

Camila: Te lo prometo mamá.-dijo con lagrimas en los ojos y se acerco para darle un fuerte abrazo.

Aime: Ahora quiero que me dejes a solas con tu papi ¿si?-dijo y ella asintió dándole un beso en la mejilla y salió de ahí dejando a Samuel solo con ella.

Samuel: Mi amor.-dijo hincándose y tomándole la mano para besarla.

Aime: Te amo Samuel, nunca deje de hacerlo, tu y mi hija lo son todo para mi, pero no quería que me vieran de esta forma, menos tu que me conociste llena de vida.-dijo dibujando una ligera sonrisa.

Samuel: No hagas eso Aimé, no te despidas, todavía no mi amor, por favor, aun nos queda mucho por vivir.-dijo mientras sus lagrimas caían.

Aime: Te queda mucho por vivir Samuel, escúchame Samuel, continuaras, y le darás a Camila más hermanitos como ella siempre lo había soñado ¿Recuerdas cuantos queríamos tener? Pues seguirás con esa idea porque a ti te encantan los niños. Prométeme eso Samuel.

Samuel: ¡No!.-dijo lleno de frustración y dolor mientras se levantaba de la cama.

Aime: Si, prométeme que no te rendirás no importa lo que pase o que tan complicado sea seguirás adelante. Promételo por favor Samuel.

Samuel: Perdóname, perdóname por alejarme de tu lado en todos estos meses.-dijo comenzando a llorar como un niño.-Por no acompañarte y dedicarte las horas que te merecías. Perdóname por no haberte echo feliz.

Aime: Me hiciste la mujer más feliz del mundo. Contigo pase los mejores años de mi vida, así que no digas eso. No tengo nada que perdonarte mi amor. Ahora por favor, perdóname.-susurro y él asintió. sintiendo que su corazón se desgarraba.

Samuel: Te lo juro.-dijo y Aime sonrió mientras el se acercaba a besarla.

Ambos movieron sus labios con suavidad, disfrutando y saboreando del beso, mientras sus lagrimas se mezclaban con el sabor dulce de sus labios. Los labios de Samuel temblaban por todo lo que sentía mientras besaba a Aime, y de pronto sintió como ella dejaba de corresponderle.

Samuel: ¿Aime? Mi amor, AIme?-pregunto mientras la movía pero ella no respondía, ya no reaccionaba.-No por favor no me hagas esto, mi amor te amo, despierta por favor! ¡Aime! Aime mi amor!-grito tratando de que ella despertara pero todo era inútil, Aime estaba muerta y la abrazo con todas sus fuerza mientras comenzaba a llorar...

¡HERMOSO DESASTRE!Where stories live. Discover now