Capítulo XII.

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Los dulces eran una gran cosa en la familia Ryans

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Los dulces eran una gran cosa en la familia Ryans.

Era una verdadera tradición que Ellie hiciera esa torta de Elisabetta cada vez que la familia se reunía, porque eso fue lo primero que hizo en la mañana y después de eso todos se sentaron en el sofá comiendo y viendo películas. Era un postre realmente famoso en Charwood, originado en el siglo XVIII por los chefs del entonces presidente Romanov Selden para complacer a su esposa pomposa y complicada en algo no demasiado ostentoso ni pobre. Otro tesoro nacional con arándanos y la lista sólo seguía creciendo.

—Me gustaría que todos ustedes pudieran quedarse una semana. —Ellie caminó por la estación de tren y los miró con ojos tristes, sabiendo que la distancia iba a ser un problema de nuevo—. Un día no es suficiente.

Mike abrazó a su hermana. —El deber llama, pequeña.

—Lo hace cada lunes. Una semana no mataría a nadie.

—Pero lo hace. —Jeremy, su padre, movió el sombrero de vaquero sobre su cabeza y la miró con un suspiro—. Sólo pude conseguir que Walter alimentara a los animales por este fin de semana y tu hermano está faltando un día de escuela, además, Lydia tiene mucho trabajo por hacer una vez que llegue a su casa y tú estarás muy ocupada esta semana.

—Ojalá hubieras ido al evento —dijo Ellie con el conocimiento de que era una causa perdida.

Ellos anunciaron su tren en los altavoces de modo que se abrazaron con muchos buenos deseos y Ellie les hizo prometer que iban a abrazar fuertemente a su caballo en su nombre. Incluso Lydia sonrió un poco cuando su padre respondió diciendo que se estaba enfermando de la ciudad y definitivamente iba a abrazar a los caballos cuando llegara a casa. Y así, se habían ido de vuelta a Pottery Bane.

Ellie suspiró y comprobó la hora en su teléfono. —Está bien, vamos.

Ella escribió la dirección en una aplicación de mapa y fue al lugar donde se reunía con Milton para la práctica de la coreografía. Descubrí que solía ir a un grupo de baile que bailaba en eventos y por diversión en el centro del pueblo; al parecer, ambos estaban en ese grupo y eran muy buenos amigos.

—Cariño, esta es Ashley. —El hombre de piel oscura, que asumí era Milton, le presentó a una mujer con un cabello muy escandaloso y Ellie se presentó ante ella con una sonrisa amable.

Fue una semana muy ocupada ya que todo el mundo parecía estar emocionado por Halloween, pero una vez que ese día pasó y todos estaban a punto de sacar sus sombreros de Navidad para la preparación de diciembre, fue finalmente el viernes y Emerald Park estaba atiborrado de gente.

—Siempre he querido venir a un festival —dijo Silvia con una sonrisa.

El otro tipo, Levi, asintió tan emocionado como un cactus y echó un vistazo por el lugar. —Me recuerda a las veces que solía venir a estos con mi familia antes de que mi madre se fuera con un joven y nos abandonara. Yo era muy bueno ganando premios.

Halcyon.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora