Capítulo XXXIII.

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Hoy era un día extraño, sobre todo porque todavía era invierno y por alguna razón, el sol estaba arriba y estaba brillando tan resplandeciente como un reloj de oro. Pero eso no era lo único que parecía fuera de lugar en el día de hoy, Ellie Ryans también parecía brillar por sí misma con una de esas grandes sonrisas que había perdido, y si el sol era como un reloj de oro esta mañana, ella lucía como un millar de estrellas reunidas en una reunión de té.

—¿Cómo te fue, monstruo? —Seth le preguntó cuando salió.

Ellie se echó a reír y saltó emocionada. —¿Asombroso? No lo sé, pero me sentí muy bien. Realmente espero que haya sido suficiente.

—Estoy segura de que lo fue —Olive la tranquilizó y sonrió—, pero ahora vamos a pasar a Pestle Bean, que te voy a comprar un café como un regalo por ser impresionante y mi mejor amiga. Soy así de guay.

—Sólo quieres robar mi título de mejor amigo con tus manos sucias e inmundas —el joven actor le reprochó y cruzó los brazos.

—No me enojaré si me compras otro café, cariño. ¿Tal vez incluso galletas de canela o de chocolate? No, espera, las posibilidades son infinitas así que, ¿por qué debería elegir una cuando podría tener ambas? De hecho, también quiero de limón y de aquellas que tienen un punto rojo en el centro.

—Sólo soy un actor de teatro, Ellie, no el presidente. Soy pobre.

—Estoy segura de que la «gran estrella» será capaz de manejarlo.

Seth bufó y sacó su lengua. —No sé por qué sigo siendo amigo tuyo.

—Vivimos cerca del otro, trabajamos en el mismo lugar y soy la persona más guay que alguna vez has conocido —ella bromeó con una mirada divertida—. Además, soy la única persona que puede soportarte además de tu madre.

—Eso no es cierto porque Olive puede soportarme también.

—Hijo mío —Olive dijo—, no diría eso a todos con tanta confianza.

Las dos chicas se echaron a reír y él sólo los empujó para ir más rápido a la cafetería, murmurando sobre las grandes amigas que tenía. Ambos habían estado esperando a que la chica de los cabellos dorados saliera de su audición porque la muchacha había estado muy nerviosa por sus inseguridades, pero ella hizo una buena impresión con las personas a cargo y aún más después de trabajar tan duro para conseguir el papel. Cuando no trabajaba en el teatro como Éponine, la chica seguía escribiendo la canción sorpresa para Luke y practicaba sus líneas y las canciones que tenía que cantar en la audición para interpretar a Anastasia en la producción teatral. Ella era imparable.

—Es tan raro que pueda ver el sol hoy —Ellie miró el cielo a través de la ventana del local e hizo un sonido con sus uñas en la taza—, pensé que se había tomado vacaciones. De todos modos, me alegro de que esté allí.

Halcyon.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora