Capítulo XXVII.

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—¡No seas tan malo conmigo, mundo! —Ellie se quejó en el techo de su casa.

¿La razón? El 23 de diciembre había llegado, también conocido como el día en que Ellie nació y mostró su bonita cara al mundo por primera vez, pero esta vez la chica estaba tratando de responder a un mensaje de texto que había recibido hace treinta minutos y para eso, estaba siguiendo el consejo de su hermano menor de ponerse en lo más alto de la casa para obtener mejor señal.

Hasta ahora no estaba yendo tan bien. —¿Y si vamos al centro, Ellie?

—Bueno, no parece que me vaya a perder de algo aquí. Andando.

Por lo general, la señal no era tan buena como en las grandes ciudades, pero tampoco era tan mala; si no fuera el caso, Mike no sería capaz de recibir los mensajes de texto de Ellie que le informaban cuando la muchacha llegaba a su casa después de cada espectáculo, pero había algo acerca del mes de diciembre que enloquecía las líneas telefónicas del pueblo y a los habitantes de Pottery Bane le gustaba bromear sobre eso; decían que había una casa en la profundidad del bosque que estaba llena de duendes que congestionaban las líneas telefónicas, porque estaban hablando todo el tiempo con Papá Noel sobre los regalos que necesitaban terminar para la noche de Navidad y eran tantos duendes en el teléfono que ni siquiera una tienda de teléfonos podría competir contra ellos. Definitivamente, era una excusa bastante creativa para la problemática anual y sin duda despertaba la mirada curiosa en los más jóvenes, pero todavía no daba con la verdadera razón detrás del terrible servicio y quizás era más divertido de esa manera.

—La señal es mejor en el centro. Y papá me dijo que comprara el pastel.

Ellie suspiró y saltó sobre las cosas para llegar al piso. —No me apetece comprar un pastel. Este es el peor cumpleaños de todos.

—Vamos, estoy seguro de que no es el peor cumpleaños de todos.

—Tal vez —Ella se limpió las manos con su chaqueta y lo miró—, pero mi papá ha estado ocupado con Jersey desde la tarde porque algo salió mal en la terapia de hoy y mi hermana ha estado durmiendo en su habitación todo el día y ni siquiera puedo hablar con mis amigos porque, ¡la señal apesta a fruta podrida! —gritó como si estuviera hablando de alguien y quisiera que ese alguien le oyera, pero luego cruzó los brazos y arrugó un lado de su boca.

—¿Qué hay en esa mente tuya, hermana? —preguntó Mike con una pequeña sonrisa mientras jugaba con las llaves del coche y caminaban hacia él.

—Tal vez el pastel es lo que va a salvar este cumpleaños.

—Dices eso como si no fuera lo que está a punto de pasar, pero vamos a cambiar de lugar esta noche y voy a ser el optimista. Conseguiremos el pastel, algunas bebidas y algunos bocadillos y estoy seguro de que papá estará feliz de ir con nosotros al techo y contemplar las estrellas mientras comemos todo. Es más, tal vez incluso Lydia se anima y va con nosotros, pero deja de decir que tu cumpleaños es miserable porque tiene mucho potencial para ser estupendo. Quiero decir, tienes el mejor hermano del mundo.

Halcyon.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora