Capítulo XXVIII.

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Pasada la medianoche y mucho después de que lograron cantarle feliz cumpleaños, la muchacha agarró su chaqueta y caminó fuera de su casa a la madrugada silenciosa de Nochebuena.

Jeremy le dijo que el caballo estaba tratando de recuperarse del esfuerzo de hoy, porque de alguna manera, en la terapia se lastimó a sí mismo y tuvieron que cuidarlo hasta que se durmiera. Le dijo que necesitaban ver cómo despertaba Jersey por la mañana, pero ese pensamiento estaba destrozando a la chica con miedos e incertidumbres y las horas seguían pasando sin llegar a dormir porque su mente no tenía ganas de callarse. Al final, decidió hacerle compañía a Jersey.

—Hey, amigo —susurró al verlo. Él sí había podido conciliar el sueño.

Se sentó a pocos metros de él, no exactamente al frente, pero ella podía verlo si levantaba la mirada. Y eso fue lo que hizo durante una hora, estando un poco grogui mientras miraba a su amigo con ojos adormecidos y a veces sacaba un cuaderno que traía consigo para empezar a garabatear lo que sea que pasara por su cabeza. Y de algún modo, la chica de los cabellos dorados había terminado dibujando a nadie más, ni nadie menos, que Luke Clarkson.

»Por un demonio, ¡lo que faltaba! —Se golpeó el rostro con el cuaderno y gimió. Ellie permaneció así durante unos segundos.

Se quitó el cuaderno y miró el techo en silencio, teniendo cientos de pensamientos al mismo tiempo, todos enfocados en una sola persona. Y como la aficionada musical que era, una canción apareció en su cabeza.

»Fue una vez el sol, con su luz y su calor, que llenó de amor mi corazón...

Ella comenzó a cantar con su dulce y suave voz y reconocí de quién era la canción, sobre todo porque era de la película favorita de una de las miles de parejas que vi en el pasado y la chica la veía tres veces por semana. El recuerdo encantador trajo una idea a mi mente, pero un montón de partes de mi cerebro me dijeron que era una mala idea, sin embargo, en su mayor parte las cosas que tenían que ver con el corazón no iban de la mano con las de la mente, así que lo hice de todos modos. Utilicé mi magia.

»Ahora ya no hay sol —dijo y parpadeó confundida cuando un montón de pequeñas luces, casi como luciérnagas, formaron el cuerpo del muchacho que estaba en sus pensamientos y se sentó a su lado para abrazarla—, el invierno lo mató, y aunque estamos en diciembre, yo siempre sueño con el sol.

La chica permitió que la figura la sostuviera y dejó caer el cuaderno para abrazarlo con sus dos brazos, cerrando sus ojos con su corazón acelerado y su fuerte deseo de tenerlo allí con ella, pero cuando cantó la última palabra y abrió sus hermosos ojos para ver su rostro bien parecido, Luke desapareció en pequeñas chispas y Ellie se quedó sin su presencia una vez más.

»Incluso en los sueños está lejos de mí —ella suspiró con pesar.

Podría haberle vuelto a mostrar, después de todo, ella pensaba que sólo estaba soñando o perdiendo la cabeza, pero lo único que quería mostrarle era cuánto lo echaba de menos, como si le señalase la punta del iceberg que tenía un reino de hielo por debajo con el fin de hacer que crezca su naturaleza curiosa y siga explorando el resto por su cuenta. En el amor, se debe tratar de interferir lo menos posible y sólo trabajar en lo que hay que hacer para que siga su cauce, ya que el amor es parte de la naturaleza, y con la naturaleza, no se debe ir nunca en contra. Los tipos inteligentes saben que es imposible luchar contra ella, puede ser bastante implacable e indiferente al hombre, como un animal salvaje que es sereno cuando no te metes con él, pero muestra sus garras afiladas y sus dientes sedientos de sangre una vez que haces la cosa equivocada por hacer. Era mejor evitar esas situaciones.

Halcyon.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora