Capítulo #4

12.6K 617 37
                                    


Salí de la casa de Chloe y subí al auto para luego arrancar.

Decidí no ir directamente a casa, por lo cual me dirigí a una cafetería, ya que, no había desayunado. estacioné el auto e ingresé al establecimiento, esta era mi cafetería favorita, Fiona's, todo el personal es muy amable y me conocen desde hace tiempo. Tomé asiento en la mesa de siempre, al lado del cristal, y esperé a que me atendieran.

-Bienvenida a Fiona's... Hola Natasha - Me saludó Kate alegremente, es una mujer de 30 años piel oscura y cabello negro.

-Hola Kate ¿Qué tal todo? - Pregunté. Me levanté para darle un abrazo el cual ella correspondió.

-Todo va bien por aquí ¿Cómo están tus padres y tu hermana? - Preguntó.

-Están bien, mamá y papá están en casa y Elly Odett la acabo de dejar en la casa su amiga de Chloe - Respondí mientras me sentaba.

-Me alegro ¿Lo de siempre? - Preguntó.

-Por supuesto - Dije. Ella asintió, fue en busca de mi orden y luego de unos minutos volvió con un plato de hermosos hot cakes junto con un vaso de jugo de naranja, los cuales mire ilusionada-  Gracias.

-No hay de que, querida - Dijo mientras se retiraba, antes de dar el primer bocado escuché esa peculiar voz. Esto será interesante.

-Hey - Escuché su voz- No pensaba encontrarte aquí.

-Hola Stephen - Le saludé y luego sonreí.

-¿Puedo sentarme?- Preguntó y yo asentí. El tomó asiento frente a mi, ya que, la mesa tenía dos sillas.

-¿Ya ordenaste?- Le pregunté.

-Si, supongo que lo traerán en un momento - Dijo y luego se acomodó en el asiento- Creo que deberíamos presentarnos mejor ¿No crees?.

-Me parece prudente. Comienzo yo, Natasha Bennett, tengo 17 años, soy estudiante de ultimo año - Dije mientras lo observaba detalladamente.

-Stephen James, tengo 26 años de edad, trabajo como modelo y ¿Qué más? Me encanta el fútbol- Manifestó.  El también me observaba.

-Con que modelo ¿Siempre lo quisiste ser o surgió de pronto?- En realidad no dudaría que lo fuera, es perfecto para el trabajo.

-Quería jugar fútbol profesionalmente pero, tuve un problema de salud, por lo cual no puede hacerlo aunque sigo jugando con amigos, pero aun así luego de eso opté por ser modelo - Dijo, Kate se acercó con la orden de Stephen y en su bello rostro se cernió una sonrisa pervertida, o no...

-¿Pero quién es este apuesto caballero? - Preguntó Kate colocando un plato de huevos con tocino delante de Stephen.

-Mm Kate, él es mi amigo Stephen. Stephen ella es Kate - Comenté. El le extendió la mano la cual ella acepto con gusto.

-Es un placer - Sonrió Stephen.

-El placer es todo mio, aunque te tendré vigilado muchacho - Amenazó. Esto provocó que mi rostro se pusiera rojo de la vergüenza.

-No se preocupe,  está en buenas manos.

Eh  ¿Okay...?

Kate se retiró dejándonos nuevamente solos, supongo que se preocupa por mi, es común, todos me subestiman.

-Que mujer...- Suspiré.

-Es agradable - Comentó Stephen.

Luego continuamos desayunando y conversando sobre cosas triviales e intercambiando una que otra sonrisa. Stephen era un chico sumamente agradable, talves a primera vista daba la impresión de ser alguien tosco y bueno, siendo modelo también superficial, más sin embargo me di cuenda de que es alguien como cualquiera de nosotros. Disfruté muchísimo el tiempo que conversé con él ya que sabe escuchar.

-¿Sueles frecuentar este tipo de lugares?- Preguntó.

-Por supuesto, desde que tengo memoria he venido aquí. Prácticamente este lugar me ha visto crecer- Respondí.

-Me gustaría que esto se volviera a repetir - Comentó. Yo por mi parte le miré y sonreí.

-Me encantaría, hace tiempo no tenía una conversación tan amena- Hablé-  ¿Lo del parque sigue pendiente?

-¿Que tal si mejor vemos una película? - Ese comentario dejó pensativa, le estaba dando demasiada confianza a una persona que apenas conozco, mis padre dijeron que no hablara con extraños, aún así lo he hecho. Stephen podría ser un mafioso o un asesino.

-Yo...no lo sé - Manifesté.

-No te obligare si no quieres, dame tu numero, ya sabes,  por si cambias de opinión.

-Si, claro - Ambos intercambiamos números.

Luego de unos minutos trajeron la cuenta, a pesar de mi insistencia el pagó, dijo que no sería caballeroso dejar que la mujer- en este caso yo- pagué.  Ambos salimos del establecimiento y aunque no soy buena con las despedidas lo hice, me di la vuelta y seguí mi camino, no pude evitar aquel instinto que me invitaba a mirar hacia la dirección en que él se había ido, para mi sorpresa él también había mirado, sin saber el porqué sonreí y vociferé:

-¿¡Sabes que!? ¡Si iré contigo!

EDITADO

nada es lo que parece [Stephen James]Unde poveștirile trăiesc. Descoperă acum