capítulo #34

5.7K 347 8
                                    

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.




- Stephen...¿teníamos planes? - dije al estar solos.

- Francisco se había retirado junto con Deanne, esta ultima se disculpó varias veces antes de irse, me había pinchado con los alfileres unas cuantas veces.

- Sí. Era una sorpresa, aún lo sigue siendo, tendrás que esperar hasta unos días porque de mañana en adelante tengo trabajo - me explicó.

- claro. Stephen - dije sintiendo arder mis mejillas.

- ¿Si?- dijo. ambos estabamos en el sofá, veiamos televisión por lo cual no nos estabamos mirando a los ojos.

- tú...

- ¿yo?

- ¿tú quieres acostarte conmigo? - pregunté avergonzada, él desvió la mirada del televisor y me miró a los ojos.

- Emm... aún eres una niña, Natasha - razcó su nuca- em...¿porqué la pregunta?

- no sé... - dije avergonzada.

- está bién...¿Quieres que llamé un estilista para que te arregle?- - dijo levantándose.

- no, gracias...

- ¿segura? No debes tener vergüenza para pedirme algo.

- estoy segura.

- pues vamos al auto, Tienes que ayudarme a elegir que vestir.

- oye...una vez me dijiste que no jugaste fútbol profesional por un problema de salud ¿puedo saber cual fue? - pregunté.

- tuve una hernia...

- lo siento. - me apresuré a decir - no fue mi intención.

- no importa, no era mi destino ser futbolista - sonrió de lado.

Pocos momentos después Stephen y yo estabamos en un prestigioso establecimiento. Stephen tenía que ir elegante, pero, con un atuendo fuera de lo normal. En el lugar en que nos encontrabamos confecionaban trajes para este tipo de ocasión, no pasaron 10 minutos cuando Stephen había encontrado un traje que le gustara, fue a un provador para ver como le quedaba.

- ¿ y como me veo? - preguntó.

Alzé la mirada, Stephen vestía una chaqueta cuello de tortuga de manga larga, era de una tela algo gruesa y de color rojo sangre, tenía pequeños botones incrustados, estaba cruzada de izquierda a derecha al estilo de la milicia, a la altura de la cintura usaba un cinturon azabache con hebillaje dorado, utilizaba un pantalon bastante ceñido al cuerpo, de piel gruesa y de tela color marron claro, por calzado tenía unas botas de cuero azabache, hasta media canilla.

- ¡te ves increible! - Exclamé .

- gracias. aunque no mas de lo que te verás tú .

Nos llevamos el traje a casa, no sin antes pagar. Conversamos y comimos algo, poco a poco la hora del grandioso baile se acercaba, estaba ansiosa y moría de miedo al mismo tiempo, por así decirlo me estaba dirigiendo "a la boca del lobo".

nada es lo que parece [Stephen James]Where stories live. Discover now