capitulo #42

4.6K 273 4
                                    

Como explicar lo que ha pasado en todo este tiempo, es algo dicifil de platicar y duro de asumir.

Unos meses antes, un par de días después de la pijamada con Jordan y Arianna, fui a dormir donde mis padres, no podía negar que me encontraba cansada, subir las escaleras fue todo un reto, mis padres no paraban de preguntar si me encontraba bien pues mi palidez era critica, pero con un ademán de mano resté importancia al asunto.

La verdad era que estaba atemorizada, por mi mente llegó a pasar la idea de un embarazo y las felicidades y complicaciones que aquello traia consigo.

¡Que tonta fui!

Esa noche me recosté sin esperar que a las tres de la mañana me volvería a levantar con una tremeda dificultad para respirar.
Mis padres preocupados, llegaron a mi cuarto en medio del desespero y la preocupación mi padre me cargó y llevó corriendo a el auto, con rumbo al hospital.

Desde ahí todos los días seguidos fueron como una pelicula en camara lenta, perdi peso y frencuentemente dolores agudos recorrían todo mi cuerpo, ya no me daba hambre y por miedo no lograba cerrar los ojos para dormir. En mi corazón albergaba la esperanza de que solo fuera un virus pasajero, que yo pudiera mejorar y pudiera ir con Stephen.

Stephen, lo dejé en el olvido, en ignorancia desde aquel fatidico día, ese era el día que nos dieron los resultados de los análisis.

El doctor había entrado a mi cuarto, no entró con una sonrisa como sabía hacer, ya tenía más que claro que nada bueno me esperaba. Él doctor se acercó a mis padres y les susurró algo. mis padres se quedaron en shock, apunto de llorar. él doctor me miró con compasión y luego se retiró.

-mamá- le llamé.

- s...si? - me miró y forzó una sonrisa.

-¿cuanto...cuanto me queda, mamá? - pregunté en un susurro. Ya no tenía fuerzas para llorar, ni para sonreir, tampoco quería pensar, no quería ver mas allá de lo que me esperaba, y talvez por eso pasó todo. Dios me dio unos meses de felicidad verdadera antes de llevarme de este mundo.

-eh...nos..nos darán unos medicamentos, eso lo retrasará y nos dará algo de tiempo- habló casi sollozando. Ella intentaba no llorar, se fuerte por mi, sin embargo, comprendo su situación, es imposible sacar algo postivo del cáncer.

Aunque, me encontraba en el centro de rehabilitación, y los niños venían y me visitaban, algunas de sus madres metrayeron flores y otras peluches, hasta Benedict se apareció por aquí y me entretuvo hablandome de su vida y de como se enamoró de Jordan quien llegó más tarde para romper en un silencio llanto.

Me aborresco. Le doy lastima a todos.

¡dejenme paz, y no me recuerden que posiblemente moriré!

A no ser, que me realicen una cirugía, bastante costosa para que mis padres puedan costearla, tendrían que vender la casa ¿ y para que? Para nada, pues ya no sería yo la que sufra sino mi hermana y ellos.

¡no lo permitiré!

Los medicamentos me habían mejorado un poco, por lo que forzosamente me dejaron volver a casa. Tenía que ir a revisarme semanalmente. ahí me quedé abrazada de Georgi. llorando. Me encontraba mas sola que nunca, lo necesitaba, pero tenía miedo de que no me aceptara y que aparte de mis estupidos pulmones muriera también mi corazón.

Pero me equivoqué, porque ahora, en el parque de mascotas lo abrazaba, me sentía viva aunque estuviera al borde de la muerte . Pensé que este momento solo podría contemplarlo en mis sueños, pero me equivoqué y he me aquí. El mundo se está volviendo loco.

-te amo, te amo Stephen...-susurré- lo lamemto tanto, no sabes cuanto...

-shhh, no llores, estarás bien, te conseguiré los mejores medicos que el mundo haya visto, no te pasará nada, no lo permitiré, eres mi ángel y tu misión es quedarte a mi lado.- dijo de la misma manera- dime que volveras a casa Nat, que te quedaras conmigo y resolveremos este problema .

-si, es lo que deseo- dije . él contempló mi rostro.

-estas palida...¿estas comiendo bien?

-no tengo apetito...- admití.

-pues tendremos que comprar vitaminas...- alegó.

-¡no! No quiero aprovecharme de ti, eres muy bueno y gentil, se que no dudarias en gastar tu dinero, pero no quiero involucrarte más, no quiero que desperdicies tu dinero en mi.

-lo dijiste, es mi dinero, por lo tanto, haré lo que quiera con él. Te amo y no dejaré que nada malo te ocurra.

-yo también te amo- le abracé más fuerte.

Narrador obnicente

Stephen se encontraba en la sala de la casa de los Bennett, estaba frente a el patriarca de la familia. al señor Bennet no le agradaba mucho Stephen, pero, había algo de por medio entre ambos, Natasha, por mucho que se desagradaran, era crucial que aprovecharan la ausencia de Natasha para poder platicar.

-debes comprenderlo. Ella no está bien, no podemos hacernos de la vista gorda. Es una chica fuerte, jamás querrá mostrar debilidad ante nadie, así que te ruego que no seas suceptible a todo, tienes que estar atento.no es de mi agrado dejar a mi hija en tus manos, pero sé que será feliz contigo, aún más que con nosotros. -habló el señor Bennett.

-yo...puedo ayudar en lo que sea, se que ella no quiere pero mi padre es doctor, y puedo ayudarla, los doctores de rehabilitación no les hablaron de algún tratamiento, pastilla o...

-una operación en el extrangero, estoy arreglando todo, pediré un prestamo y algunos amigos me ayudarán.

-no, nada de eso, yo le daré el dinero, les llevaré a todos al lugar de la operación ¿donde es?

-en Estado Unidos . No hace falta, se que te preocupas por ella, pero nosotros somos su familia y nos haremos cargo de ello.

-sin ofender - habló con insistencia - la responsabilidad es tanto mia como suya y no aceptaré un no como respuesta, si me permite ire a yudarla con la maleta.

-bien.

Stephen, con avidez subió las escaleras. Angustiado. Aquel día no hacía más que confundirle y preocuparle, de no actuar con rapidez todos podrían perderla, de un momento a otro la imagen de él en su funeral pasó por su mente, aquéllo lo enfureció, no se podía permitir pensamientos tan absurdos, estando frente a la puerta tocó dos veces.

-¿si? - escuchó del otro lado.

-¿estas lista? - preguntó Stephen.

-necesito ayuda...

Stephen entró al cuarto donde la joven intenba cerrar la maleta sin exito.

-deja eso, yo te ayudo- habló. La joven obedeció y se sentó en la orilla de la cama para ponerse unas zapatillas- me gusta ese vestido, te ves muy bella.

El chico cerró la maleta con rapidez, dispuesto a llevarla él se levantó.

-¿volvemos a casa? - preguntó él.

-si, ya era hora.

¡Hola!

He vuelto con un nuevo capitulo.

Me alegra mucho que la historia les guste, sus comentarios me hacen muy feliz.

Agradescan a

MiliRodriguez840

Y a sus tecnicas de torturasion...ok no.

Este capitulo mas bien va dedicado a ella.

Jamás en la vida pensé que esta novela podría llegar a gustarle tanto a una persona.

También quería avisar que si tienen alguna duda con respecto a la novela o a mí estoy más que dispuesta a responder.

nada es lo que parece [Stephen James]Where stories live. Discover now