LA ÚLTIMA GREEN. (EN EDICIÓN)

Capítulo 04 ||TE TENGO||

CAPÍTULO CUATRO

Mi corazón parece salirse de mi pecho, mis pies descalzos tocan y resbalan por el suelo, la sangre empieza a correr de cada uno de los cuerpos — ¡Catherine! — el grito de mi hermana mediana me hace dar un paso hacia atrás y mirar escaleras abajo, miro la puerta del despacho de mi padre mi quijada se aprieta y corro hacia abajo, mi pierna empieza a doler veo como ambas hermanas se encuentran rodeadas sin pensarlo empiezo a disparar a la cabeza, dejando a solo dos hombres frente suyo de los cuales ellas mismas se encargan de acabar, veo un cuerpo tirado, uno bien vestido.

Un vestido azul rey pegado al cuerpo, unas piernas torneadas y un largo cabello azabache ondulado cayendo en su rostro, mi pecho se oprime y mis ojos empiezan a picar mamá estaba ahí, camino con rapidez hacía ella, mis rodillas caen al suelo lastimando estas sin importar nada más.

— Mamá habla, por favor aquí estoy, despierta — digo girando su cuerpo, mis lágrimas caen al verla con varios disparos en su cuerpo y uno en su cabeza, sus ojos sin vida.

Un grito sale de mi garganta, tiro mi arma y tomo una de los hombres que yacen sin vida en el suelo, la ira me empieza a consumir por completo y la voz de mi hermana mayor se hace presente.

— Todo esto es tú culpa — mis ojos se cierran con fuerza, mi quijada rechina y mi pierna empieza a pulsar con más fuerza un líquido caliente empieza a recorrer mi pierna mirando abajo notando el hilo de sangre cayendo por esta, la herida volvió a ser abierta. Mi corazón late con fuerza, un nudo en mi garganta se hace presente, padre...

Lágrimas empiezan a caer con fuerza, mi padre es lo único que pasa por mi cabeza, empiezo a cargar el arma mientras llego a su puerta, esta se abre antes de tratar de hacerlo por mí misma.

Mi mundo se desmorona, ahí estaba mi padre sus ojos estaban puestos en mí, sus manos tenían sangre, su rostro estaba mallugado sus ojos parecía que le habían inyectado sangre.

— Padre — mi voz sale cortada, el nudo en mi garganta se hace con más fuerza.

— Catherine — dice el con la quijada apretada, miro a su alrededor varios apuntando a mi dirección puntos rojos en mi cuerpo me hacen tensar, sin importar nada cargo mi arma y apunto a los hombres, estos enseguida hacen lo mismo que yo. Miro directamente a cada uno, todos tienen el rostro cubierto empuñando su arma dispuestos a dispararme, pero alguien está dudando, exactamente el que me apunta del lado derecho, su arma está temblando, sus manos no la sostienen correctamente una sonrisa se posa en mi rostro.

Te tengo.

No pasó ni un segundo y disparo, eso descoloca a los demás una distracción exacta que me ayuda a dispararle a todos en segundos, siento roses por ambas partes de mi cuerpo que ignoro por completo, veo como cada cuerpo cae desplomado. Mi respiración esta acelerada, el olor de la pólvora se hace presente al igual que el amargo de la sangre.

Mi vista recae en mi padre quien estaba tras el escritorio, mi pulso se controla.

— Padre ¡padre! — camino con rapidez hacía el, veo su mirada caída, pero me sonríe de igual manera.

— Estoy bien, tranquila — asiento y le doy una sonrisa, lo ayudo a levantar su cuerpo, escucho como suelta un jadeo de dolor, alarmada veo como se sostiene su lado derecho con fuerza notando como la sangre sale con rapidez.