LA ÚLTIMA GREEN. (EN EDICIÓN)

Capítulo 27 || MALDITA SUMISIÓN ||

Mi vista esta borrosa, mi cuerpo está cansado y pesado, la puerta rechina de una manera desesperante dando la señal de que alguien entra a la maldita habitación.

- ¿Como esta la gran hija de Jonh? - su voz hace que mi estómago se me revuelva, tratando de abrir los ojos puedo pervivir su figura.
- Y ahora que quieres Matteo - digo en un suspiro, su risa arrogante hace eco en la habitación, sus pasos se escuchan el sonar del agua estancada que se encuentra aquí. Su puño impacta fuertemente en mi estómago, ahora el dolor se hace más intenso, el sabor agrio y metálico pasa y sale por mi boca, escupiendo el líquido, golpe tras golpe consecutivamente.

Recuerdo

- ¡Da más! ¡FUERZA CATHERINE! - la voz de mi padre retumba en mi cabeza, mi cuerpo arde y duele, el sudor se pega a mi piel - ¡NO PUEDO - digo en un grito tratando de soportar el nudo en mi garganta.
Mis brazos se doblan, y mi cuerpo cae desplomado, las lágrimas ya salen mi frente esta apoyada en el suelo completamente sudorosa su suspiro cansado llega a mis oídos.
- Así no lograrás absolutamente nada, cuando tengas el valor de hacer las malditas cosas, vienes Catherine Green si no te esfuerzas nada de esto funciona - sus pasos se alejan, mis lágrimas brotan cual cascada levanto mi cuerpo obeso y camino al saco de boxeo.
Grito con fuerza sacando todo lo que tengo, mi garganta ardiendo, con fuerza mi puño impacta en el costal. [...] Las paredes con picos en cada lado se van cerrando, mi padre se esta marchando sin decir nada dejando atado mi cuerpo a la silla, la desesperante sensación llega a mi cuerpo al no poder liberar mi cuerpo.
- ¡PADRE! ¡PAPÁ! ¡¿QUE DEMONIOS VAS HACER?! - grito con desesperada moviendo mi cuerpo con brusquedad lastimando mis manos y parte de mi cuerpo, mi padre voltea desde la entrada su mirada sombría me hace ahora temer por mi vida
- Tu vida depende de ti misma, nadie te salva, nadie te ayuda tus recursos son tu mente y tu agilidad, ¿Quieres vivir? ¿Quieres libertad? Consíguela tu misma -
Sollozos salen de mi boca la desesperante sensación no se marcha, perdura tal cual mis manos arden y duelen, lágrimas siguen saliendo - ¡PADRE! -

El agua helada cae sobre mi cuerpo, mis manos tocan mi cara, enseguida las alejo me han liberado - Por fin - un chico se hace presente ante mi borrosa vista - ¿Quién eres? - mi voz sale rasposa el sabor amargo llega a mis paladares - No te importa - lanza una charola, con lo que parece ser comida avienta una botella de agua y pone en el suelo lo que parece ser sopa, trato de tomar la botella de agua pero mis manos están atadas a cadenas.
El bufa con desesperante, pateando la botella hacia mi, mi quijada se aprieta con fuerza maldita y mil veces maldita esta humillación. El se marcha, cerrando la puerta que igualmente rechina, tomó un trago de la botella enjuagando mi boca y escupiendo el líquido refrescando mi paladar.

Observando la comida, un poco de puré de papa, carne y la sopa sonrió pues son todas la vitaminas que se necesitan para mantener fuerte a alguien que quieres ver sufrir un poco más, cierro los ojos con fuerza, estoy agotada de todas las maneras posibles.

-¿Fue difícil? - su voz se hace presente, mi vista está en el suelo mi respiración está agitada, el enojo y la tristeza abunda mi cuerpo, mis puños se cierran con fuerza - ¡ME DEJASTE! ¡QUIERES QUE MUERA!¡¿ESO QUIERES PADRE?! ¡ME DEJASTE! ¡¿POR QUE?! Me dejaste papá, me dejaste... - el dolor se hace presente en mi pecho lágrimas salen mis puños golpean su pecho, sus manos detienen las mías sus ojos grises cual tormenta se proyectan en los míos su sonrisa se hace presente al igual que unas cuantas arrugas en los lados de sus ojos.
- Mi pequeña y gran Catherine - dice acariciando mi rostro limpiando las lágrimas que brotan de mis ojos.
- La fuerza y la agilidad, puede que con el tiempo se marchen pero mi pequeña la inteligencia siempre perdura, pronto lo entenderás, Recuerda que sangre corre por tus venas - sonríe dando leves golpes a mi mejilla.