Capítulo 15|| STEPHEN JAMES ||

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CAPÍTULO QUINCE

Colina San Fernando 17 de diciembre 2017. 4:00.p.m

- Lo encontramos señor - afirma aquel chico delgado observando con nerviosismo, a aquel hombre tan intimidante. El hombre junta sus manos y lo observa con aquel rostro tan frío - Perfecto - especula con seriedad, el chico se retira a gran velocidad.

— Quiero un avión privado hacia Londres, manden a aun grupo a Los Ángeles nos haremos dueños de otro imperio — Con una sonrisa macabra cuelga, aquel teléfono saca un cigarrillo empezando a fumar el simplemente imagina mil maneras de hacer sufrir a el bastado que le arrebato a su hijo, a su sangre, la mujer le dio igual pero ¿un hijo? ¿Un James? Alguien a quien le podría permanecer el gran imperio que su padre logró hacer, por supuesto que no, el no dejaría que otra mafia utilice lo que a el le pude servir de gran ayuda, sangre que lograra mucho.

[...]

Londres
17 de Diciembre del 2017
5:30.p.m.

Veo como duerme el pequeño Artemis sus grandes pestañas sobresalen al cerrarse, escucho como Mauricio entra a paso lento posando una mano en mi hombro yo solo sonrió, las cosas van tranquilas el negocio esta volviendo a fluir a su manera, dejo a Artemis en su cuna, enciendo la música que lo relaja para después salir de la habitación con Mauricio atrás de mi siento como me abraza por atrás su aliento golpea en mi cuello mandando escalofríos a todo mi cuerpo. - Mañana cumples años- ruedo los ojos todos están concentrados en que cumplo 17 años el día de mañana, algo que no me agrada en absoluto. -si un día más un día menos ¿que más da? Para mí y PARA TODOS será un día común. - habló para después irme a la habitación, soltando mi cabello el cual estaba amarrado en una coleta liberando toda la tensión que tenía en mi cuero cabelludo suelto un suspiro de satisfacción.

Me recuesto en la cama soltando un suspiro, miro hacia el techo pensando en todo lo que esta pasando, cumplo 17 años de edad tengo un hijo que apenas cumplirá un año, soy dueña de todo un imperio en los ángeles y uno nuevo que está creciendo aquí en Londres. Una sonrisa de satisfacción sale de mi rostro eso es lo que mas me satisface en mi miserable vida, junto con el pequeño saco de huesos y carne.

Mis ojos se abren con pesadez, me quede dormida escucho como los lloriqueos de artemis, rápidamente me levanto con rapidez salgo corriendo directamente hacia su habitación, empujó la puerta con fuerza miro mi corazón se tranquiliza al ver a Mauricio tratando de dormirlo sonrió y me acerco haciendo mágicamente que el bebe calle, Mauricio bufa y me entrega a el bebe yo solo río.

- No se si me odia a mi, pero esta claro que a ti te adora - sonrió no digo nada solo lo sigo arrullando asta que este cierra sus ojos y vuelve a dormir tranquilamente, lo dejo en su cuna dejando un pequeño beso en su pálida frente. - Es más que obvio que me adora Mauricio - hablo con superioridad y dándole una sonrisa socarrona el me observa con el rostro serio para después sonreír y abrazarme.

Ambos bajamos las escaleras escuchando los gritos de sus hermanos y la televisión a todo volumen dando a conocer el partido que están viendo, ruedo los ojos dejando a los hombres con sus partidos yo me dirijo a la cocina, encontrando a Amanda preparando algo para comer.

Le sonrió y empiezo a ayudarle a preparar la comida ella me regresa la sonrisa no decimos nada simplemente cocinamos.

18 de diciembre 5:30pm

Camino de un lado a otro, aquellos tacones están demasiado altos escucho las risas de los demás trato de tranquilamente sentarme estoy nerviosa, no se que sucede algo me dice que pasara veo a el pequeño Artemis con su traje y sus grandes ojos verdes, después me encuentro con unos ojos azulados y una sonrisa radiante, sonrio de medio lado tranquilizando mi corazón «nada pasara» pienso mientras observo a todos.

Mi corazón late con fuerza, mis manos sudan, no digo nada solo sonrió a los invitados veo como artemis esta dando sus primeros pasos, Amanda, Mauricio y sus hermanos gritan con euforia al ver que artemis lo logra. Con una sonrisa de medio lado bebo de mi copa miro a todos los invitados todos y cada uno de ellos son mafiosos reconocidos, cada uno de ellos puede ser de gran ayuda más si los tengo como aliados, veo como varias mujeres están reunidas en un solo lugar. Camino discretamente hacia ese lugar viendo como todos me observan Mauricio no dice nada solo me sonríe yo le regreso la sonrisa entonces pasa mi mirada proyecta otra una que me deja congelada. Su mirada azul cielo, tan pálido, tan frío color pero a la vez tan cálido, sus ojos brillaron al verme, una sonrisa de medio lada aparece en su rostro yo aún no puedo ni mover un solo músculo. Entonces pasa se levanta de aquel sillón rojo de terciopelo dejando ver casi sus dos metros de estatura, fácilmente le gana por cabeza y media a Mauricio su masa muscular es muy buena veo sus manos estas están tatuadas, al igual que su cuello un escalofrío recorre mi espina dorsal siento como mi piel se eriza por completo mi respiración se acelera. Veo como a pasos seguros se acerca no se que demonios hacer, ya estoy en su mira ya no puedo hacer nada. Un olor exquisito llega a mis fosas nasales, un olor tan intenso y dulce a la vez que hace que cierre los ojos para simplemente deleitar aquel olor.-¿Me permite?- dios santo, aquella voz, como demonios puede tener una voz tan roca y tan bella a la vez, puedo apostar que este hombre moja las bragas con tan sólo hablar, mis palabras se atoran lo único que puedo hacer es abrir y cerrar la boca sin poder decir nada, solo asiento, su mano toca la mía tan grande y tan suave ¿como demonios le hace un hombre para tener la mano tan suave?. Reaccionó enseguida, cuando noto que me lleva las escaleras hacia arriba, paro mi paso haciendo que el pare su mirada de reojo hace que lo observe con más intensidad. -¿Qué quieres? - veo como sonríe y aun así me observa con burla, entonces mis sentidos se alertan, y mi sangre empieza a hervir este imbécil quiere pasarse de listo.

-Solo quiero hablar, cariño no te asustes - sonríe de manera sínica, mi ira va creciendo, veo como aprieta mi mano, no me había dado cuenta ¿en que jodido momento me tomo la mano?, no me dejo intimidar aprieto con la misma intensidad su mano, ahora yo soy quien lo guía a mi despacho escucho una risa ronca de su parte. Lo ignoro por completo asta llegar a mi despacho camino a tras de mi escritorio, mi despacho se encuentra completamente en silencio, me siento en mi silla de cuero negro tomo un baso y whisky sirviendo un poco para después verlo, esperando a que hable.

-¿Qué es lo que quieres?- hablo borde, sin importancia lo observo el solo esta sonriendo, entonces recarga sus brazos en mi escritorio. - Tu tienes algo que me pertenece, querida Catherine - habla con seriedad, mientras me observa yo simplemente río de manera sarcástica. - Y según tu que tengo tuyo querido... - hago una pausa esperando a que diga su nombre entonces el sonríe para después ponerse de pie. — Esto acaba de comenzar querida y pequeña Catherine —

Termina para después marcharse, lo miro con enojo  lanzó con fuerza aquel vaso con fuerza haciendo añicos este.

— A mi nadie me amenaza de tal manera — susurro con enojo.

Definitivamente esto acaba de comenzar.

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[CAPÍTULO SIN EDITAR]

El capítulo se encuentra sin editar, me disculpo por cualquier error ortográfico, al terminar esta novela se encontrará editando y arreglando esos errores, si no es mucha molestia me ayudarías demasiado marcar donde están los errores. ❤


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V.R ♐🌹


R ♐🌹

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