- Recuerda que sangre corre por tus venas - dice en un susurro mientras su agarre se desvanece y sus pupilas se dilatan, hasta que sus ojos se quedan estáticos y su respiración se detiene.
- ¡NO! ¡NO ME DEJES MALDITA SEA! ¡NO ME DEJES! - Grito con...
Verlo jugando con su pequeño Artemis, le hace latir su corazón le hace sentir un calor exquisito en todo su cuerpo «Su sonrisa, su cuerpo su mirar...» pocas cualidades que llaman su atención, el poco calor que emana es la mejor sensación.
- Catherine, ven a jugar - su voz la saca de sus pensamientos, caminando con lentitud con miedo a ser atacada - No se... Yo no se jugar - dice en un susurro, mirando sus verdosos ojos esperando a que se retracte y la deje solo observar -Nosotros te enseñamos - dice con decisión, como si su hijo entendiera la observa con añoranza y una pequeña sonrisa con sus primeros dientes - Esta bien - susurra ahora, sentándose en el húmedo y verdoso pasto frente a frente con el hombre lleno de tinta.
Tomando la pelota de esponja azulada, no sabe que hacer realmente mirando a su pequeño se la lanza con delicadeza haciéndolo reír, dando un brinco su corazón de felicidad sonríe mirando como este poco a poco se levanta tambaleándose, dando paso por paso para evitar la caída lo ve llegar a su objetivo la pelota azul.
- Es muy inteligente - escucha hablar a su padre, ella evita su mirar suelta un suspiro - Si, lo se - suelta una pequeña risa que lo sorprendente, que lo hace despertar de una manera maravillosa - Es hermosa, jamás la había escuchado de esa forma, tu risa es hermosa Catherine Green - dice con cariño, mirando cada rasgo de la chica que tiene a sus ojos. Sorprendido observa el diminuto rubor formado en sus mejillas, su corazón late con fuerza «Besala»su mente le susurra, el dirige su mirada a aquellos labios rojos cual cerezas - ¿Que es el amor para ti Catherine? - pregunta de golpe, sacando sorpresa a la chica ella lo observa sin ningún argumento lógico que decir «¿Amor?» piensa, sin saber que decir aun, abre y cierra la boca pero nada sale.
El lo sabe, pues el también está en busca de su significado - No... No lo se - dice en susurro mirando a el pequeño, por uno de los arbustos entretenido con algo que esta oculto entre ellos - Yo tampoco lo sé - dice ahora acercándose, los nervios aumentan sus manos sudan ¿Que demonios me pasa? Se pregunta ella misma, por que se siente de tal modo - Pero esto no es normal - dice tomando su mano y poniéndola en su pecho, el cual ya hace latiendo cual desenfreno igual que el suyo «POM, POM» el bombeo de su corazón lo puede escuchar en sus oídos.
- Definitivamente no lo es - susurra, con las voz atorada la respiración está atascada - Eres inevitable, una chica fuerte y débil, alguien que puede sufrir mucho pero nunca rendirse - dice ronco, acercando ya su cuerpo a ella. Su rostro está a centímetros del suyo - ¿Que tratas de...? - sus labios chocan con los suyos, mandando miles de sentimientos a su cuerpo moviendo en una sincronía que solo ellos mismos pueden tener.
- Tu Catherine Green, me gustas y por más que nunca he llegado a sentir este sentimiento, estoy enamorado de ti - sus palabras salieron cual bala, perforando su corazón de un solo disparo acabando con su respiración y provocando cosquillas en sus manos. - ¿Que quieres realmente James? - dice ahora confundida, mirando directamente a sus ojos verdosos una sonrisa surca sus labios, el mira a otro lado, pasando con delicadeza su lengua por el labio inferior - A ti - ella cierra los ojos con fuerza ¿Por qué? Se pregunta mentalmente, mientras siente su corazón latir con fuerza.
- Una oportunidad Catherine, solo te pido eso se que tu sientes lo mismo que yo, ambos estamos en terreno desconocido volvamos de ese lugar desconocido uno conocido - sus facciones son serias, sin una pizca de diversión, sus ojos expresaban miles de sentimientos donde ella no podría descifrar exactamente. - Te estás atando la soga al cuello tu solo Stephen - dice en un susurro, el suelta una pequeña y silenciosa risa - Lo se, y me fascina - se inclina rápidamente devorando sus labios, vaciando completamente su oxígeno.
- hagamos de este el infierno perfecto - susurra cerca de sus labios, causando el exquisito dolor en su entrepierna.
Un pequeño ladrido hace que ambos volteen a ver, a su pequeño quien los hace sentir culpables al haberse olvidado que su hijo hacía allí con ellos, un maullido los hace levantarse de aquel verdoso pasto y caminar hacia su pequeño de ojos verdes - Artemis ¿que traes ahí? - pregunta Catherine, llegando asta el su pequeño voltea y empieza a apuntar cerca de un arbusto - Guau guad - dice entre balbuceos, metiendo su dedo pulgar en la boca.
Stephen, asoma a observar lo que su hijo apuntaba, encontrando a dos pequeños animales, un pequeño perro color azabache y un gato del mismo color, ambos se podrían confundir por uno solo.
- ¿Que son? - pregunta Catherine, llegando por atrás - Un gato y un perro - susurra acercando su mano al felino, pero enseguida un pequeño gruñido amenazante hace que se aleje - ¿De donde llegaron? - pregunta mirando a ambos animales, el ríe y la observa - El pequeño ladrón, escarbó por debajo de la cerca adentrándose - dice ahora tratando de acercarse al pequeño cachorro el cual nuevamente volvió a gruñir.
El suspiro de Catherine se escucha ella se acerca lentamente a él cachorro, el cual ahora empieza a acercarse poco a poco - vaya - dice Stephen bufando, Catherine sonríe y acaricia con delicadeza la cabeza del cachorro, el cual aulla de dolor al alzarlo el felino parece haber reaccionado pues enseguida trata de atacar a Catherine. Stephen ríe, y la toma entre sus manos el felino empieza a ronronear - Vaya, ambos escogieron a su persona - susurra acariciando el pelaje azabache del felino.
- llamemos a un veterinario - dice Catherine, caminando con el cachorro en brazos y tomando de la mano a su hijo, quien lentamente y a pasos cortos logra caminar como es debido, llegando a la sala deja que su pequeño juegue mientras ella acaricia lentamente la cabeza del cachorro - ¿Nos los quedaremos? - pregunta Stephen, sentándose a su lado acariciando al gato y observando a su hijo.
Dejando con lentitud al cachorro encima del sofá, camina hacia su hijo y lo toma en brazos - Es hora de dormir cariño - susurra subiendo las escaleras, para perderse en el lugar dejándolo solo con ambos animales.
______________________________
Ops! Esta imagem não segue nossas diretrizes de conteúdo. Para continuar a publicação, tente removê-la ou carregar outra.
