Capítulo 44 ° Falsa felicidad °

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Un año después

Uno, dos ¡Tres! ¡Puje! — un grito desgarrador llena la habitación, la frente de Catherine está  perleada por el sudor su rostro demuestra el dolor que está teniendo en esos momentos — ¡Ya casi señorita Catherine un poco más! — la doctora esta sudando y mordiendo sus labios, el rostro de Catherine se contrae al escucharla un grito brutal y un fuerte apretón en la mano de Stephen los hace gritar a ambos.

Un lloriqueo los hace callar, el débil cuerpo de Catherine por fin se relaja sintiendo como sus caderas duelen, ella sonríe al ver el rostro de Stephen a su lado — Soy padre por segunda vez — pronuncia con una sonrisa, su labio empieza a temblar su verdosa mirada se posa en los tormentosos de su mujer — Es una hermosa niña — interrumpe la doctora envolviendo al pequeño ser en la cobija rosada, Catherine no aparta la vista de Stephen el cual apenas escucha la noticia, se pone pálido cual papel.

— Soy papá de una niña... — dice mirando como la doctora se acerca con la pequeña en brazos — Una niña... — es lo único que dice antes de caer a las bruces del suelo desmayado, provocando una gran carcajada por parte de Catherine quien mira con burla al hombre que ya hace tirado en el suelo inconsciente — Felicidades — dice la doctora entregando a la pequeña en sus brazos, su corazón late con fuerza una sonrisa se posa en sus labios al ver la rosada piel de su pequeña — Mi pequeña Samantha Green James — susurra acariciando su mejilla que se encuentra aún cálida — Es hermosa — la voz de Stephen llama su atención, ella lo mira con una sonrisa al verlo hincado con los brazos sobre la camilla — Levanta cabeza hueca — susurra ella con una sonrisa.

El se levanta aún sin apartar la mirada, le sonríe con amor a su mujer quien tapa un poco más a la pequeña que a empezado a llorar — Carga a tu hija James — dice para después ponerla con delicadeza en los brazos cubiertos de tinta, viendo la diferencia de tamaño.

— Parece un pequeño bulto de carne rosado que no pesa en mis brazos — dice maravillado, acariciando el rostro de su hija quien apenas está en sus brazos detiene sus lloriqueos — Mi Samantha James Green — dice en un susurro, viendo como poco a poco la pequeña abre sus ojos y mueve sus manos con desespero, sus ojos se cristalizan al ver unos delicados ojos grises pequeños que se cierran apenas hacen contacto con la luz de la habitación.

Sus lloriqueos vuelven a sonar, su pequeño rostro se contrae haciendo pucheros, el frunce su ceño y la empieza a arrullar  — Shhh, Shhh mi pequeña mamá ya te alimentara — dice con delicadeza acercándose a Catherine que solo observa, y toma con delicadeza a su pequeña tomando su pecho se lo acerca, la pequeña apenas lo siente la prensa y empieza a succionar con rapidez.

El dolor al amamantar, la hace hacer una pequeña señal de incomodidad — ¿Duele? — pregunta Stephen observando la escena, posando un brazo en su hombro — Un poco — responde acomodando su cuerpo en una pose cómoda para que pueda amamantar.

—  Todo estará bien Catherine — dice Stephen con una sonrisa observando fascinado a sus dos pequeñas chicas.

— Eso espero Stephen... Eso espero —

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5 meses después

— Mamá ¿cuándo podré jugar a las peleas con ella? Solo me jala el cabello — dice frunciendo el ceño su hijo de cinco años, quien sólo hace una pequeña mueca de dolor cuando la pequeña Samantha le vuelve a jalar su cabello.

Catherine ríe, y aleja las manos de Samantha de su pequeño Artemis para después ponerla en su cuna con el sonajero que le obsequio su padre — Pronto, cariño aún es muy pequeña para eso —  dice cepillando su cabello, mientras tiene entre en sus manos un pequeño carro rojo — llegue — dice en voz cantarina Stephen, la mirada de sus pequeños y su mujer se posan en el, quien prácticamente está manchado de sangre  el olor a sudor y hierro  oxidado llega a las fosas nasales de su mujer la cual hace una mueca de desagrado — Apestas cariño, date un baño — dice genuinamente dulce, el sonríe en grande y  camina a su pequeño quien lo observa con una sonrisa revolviendo su cabello su padre Le sonríe — ¿Acabas de matar a hombres malos? — pregunta con emoción su hijo observando sus manos con admiración — Por supuesto campeón — dice con una sonrisa maligna.

LA ÚLTIMA GREEN. (EN EDICIÓN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora