Capítulo 35 || ÁMAME ||

2.5K 165 1
                                    

"Ella necesitaba un abrazo a ojos cerrados.
De esos en los que uno se aferra al otro, y a la vida. De esos que convierten sus abrazos en hogar, fuego y azúcar"
- Brandon, bocanadas y besos -


Narra Stephen:

Ahí estaba, su pequeño cuerpo aterciopelado siendo mojado por el agua artificial, dando un precioso brillo con pequeñas gotas carmesí bajando por todo su cuerpo, ella no dice nada su boca esta sellada «Es hermosa» pero me da una grata y buena sensación escuchar aquella frívola voz, donde la demencia y el sarcasmo reinaban con fervor en su boca.
Su cuerpo ya está limpio, tomando una toalla la rodeo secando la mayor parte de aquello, un suspiro sale de sus labios enviando un regocijo a mi estómago - ¿Qué haces aquí? - ronca y cansada es como se escuchaba - Quería hablar contigo de unos cuantos asuntos, pero escuche el alboroto y vi todo - es lo único que respondo pues, definitivamente y sorprendentemente es la verdad.

- Largo - especula con firmeza y fuerza, sacando de confort a todo mi ser por completo - ¿Qué? - pregunto ignorante, ella deja caer la toalla y camina completamente desnuda a su armario - Largo - vuelve a decir, abriendo la puerta de este antes de adentrarse ella me mira con lo que parece un pizca de agradecimiento - Gracias por la ayuda, pero largo de mi casa que quiero estar sola - dice seriamente, cerrando la puerta en silencio dejandome ahí completamente postrado cual idiota.

Caminando con lentitud por la gran habitación, notando lo lúgubre y sombría que es, sin color sin ambición alguna a parecer algo sin fotografías ni siquiera un cuadro, todo en una triste y obra negra. Admitiendo yo mismo que ni siquiera mi habitación se encuentra de tal manera tan descolorida y sin sentimiento alguno, por lo menos uno que otro cuadro y fotografía adornaban la mía.

Dejandome caer a la cama, enseguida escucho la puerta de aquel armario siendo abierta nuevamente, una Catherine bien vestida y perfecta se hace presente mostrando el gran disgusto al verme aún en su habitación - Sigues aquí ¿no fui clara? - pregunta caminando a lo que parce ser un lujoso tocador - Igual que la espesa sangre - dije con humor esperando a ver si quiera una sonrisa ladina o egocéntrica como suele ser, pero nada fue lo único que obtuve en ese instante.

- Largo James - dice ahora recargada mirándome con sosiego, su mirada era un libro abierto ese que te advierte que tendrá el final más trágico y doloroso que pudiera leer, pero como todo lector ambicioso y masoquista deseas leer asta la última página de aquel.

- Sólo ven querida, no todos somos de acero esta bien decir que no lo estas - respondo con sinceridad, observando detalladamente cada reacción, cada movimiento que pudiera hacer esperando el disparo o el golpe de mi vida pero no sucede nada se aquello.

Su cuerpo camina con lentitud hacia mi, parándose frente mío sus ojos ahora demuestran cual rota y cansada que está, tan dañada, tan necesitada de ser escuchada. Su cuerpo es lanzado contra el mío, el cual lo atrapa con agilidad sintiendo lo frío y roto que está, fundiendose con mi calor sollozos delicados son los que se llegan a escuchar, mi camisa es apretada con fuerza - Tranquila, sácalo todos esta bien - gritos y más sollozos llenan la habitación «Déjalo ir» «Suelta esa ancla de dolor que te mantiene tan atada a la oscuridad» pienso, acariciando con suaviza su pequeña y delicada espalda.

El ruido termina, una respiración lenta se hace presente, mi pequeña reina oscura se a doblegado de la manera más dolorosa.

- Mate a mi padre a las ocho años, el me iba a matar era el o yo - digo acariciando su cabello, sus pestañas cobijan con elegancia sus mejillas sonrojadas por el llorar sus labios están rojos cual cereza pero secos cuál desierto «Solo un beso» me digo a mi mismo con tan solo observar y acariciar.

- Pensé que acostarme contigo, me dejaría saciado, satisfecho pero definitivamente fue el más grande error que cometí - digo con una sonrisa, sintiendo la respiración tranquila y suave que provoca ella, mi corazón está acelerado mi cuerpo expulsa un calor innecesario exige el suyo como una agonía sin alternativas, mi protección hacia ella emana cuál fuego en su apogeo «Me estas matando lentamente» digo frustrado, con mis nudillos acariciando su rostro como si fuese la porcelana misma.

- Sabía que me traerías problemas Catherine Green, desde ese momento que tu tormentosa mirada se postro en tu fiesta, y más aún cuando yo mismo te provoque de aquella manera, grave error - digo soltando una risa burlona para mi mismo en aquella habitación recordando que la primera vez que le llegue a ver.

Ahí estaba enfundada en aquel vestido, piel blanca, cabello chocolatoso ojos grises cual tormenta, tacones altos y mirada tan penetrante.

Dando una sonrisa me acerco poco a poco - ¿Me permite? - digo con voz ronca esperando a que hable ella simplemente asiente tomando mi mano, fría y tibia es como se sentía sorprendentemente acelerando mi corazón, sonrió de manera lobuna encaminando su cuerpo escaleras arriba, sus pasos paran apretando mi mano con fuerza nos detenemos.

- ¿Qué quieres? - una pequeña risa sale haciendo temblar un poco mi garganta, sintiendo como aprieta con más fuerza.

- Solo quiero hablar, cariño no te alteres - sonrió de manera sínica, aprieto su mano con un ligero apretón suelta mi agarre y camina dejando que la siga.

- ¿Qué es lo que quieres? - habla borde sin ninguna emoción de por medio, frívola y papable de ira
-Tu tienes algo que me pertenece, querida Catherine - hablo con seriedad, mientras la observo.

Una risa delicada y llena de maldad, genuina, hermosa, dominante y peligrosa.
- Y según tu que tengo tuyo querido...- su voz se detiene esperando a que mi nombre sea pronunciado, pero simplemente me levanto y sonrió - Esto acaba de comenzar querida y pequeña Catherine -

Dajando con la última palabra, a la pequeña chica de mirada tormentosa apuntó de explotar.

Escuchando después de salir, el maravilloso estruendo de algo siendo lanzado.

- Que buen comienzo el de nosotros - digo con un toque de humor, sus párpados siguen cerrados cobijado sus mejillas de la manera más maravillosa.

- Será un secreto, jamás supe lo que es un amor verdadero, preferentemente no se lo que es amor, pero tu haces que mi estómago tenga cosquilleos, mis pensamientos son aturdidos por tus ojos tormentosos, por tu cuerpo y todo tu ser así que, Catherine Green siento que me he enamorado - digo ya recostado su cuerpo en la cama de una manera relevante y cómoda.

- Ámame - es lo único que sale de mis labios, después de dejar un casto beso en sus labios.

________________________________

________________________________

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
LA ÚLTIMA GREEN. (EN EDICIÓN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora