Capítulo 9 ||NUESTRO HIJO||

5.2K 277 25
                                    


CAPÍTULO NUEVE

Mis pulmones piden oxígeno poco a poco me separo, el muerde mi labio haciendo que una corriente eléctrica me recorra de pies a cabeza.

Mis ojos se abren, encontrando a unos azules y unos labios rojos e hinchados, veo como Mauricio sonríe enseñando su fila de dientes blancos.

Yo se la regreso cada vez me sorprende más la manera en la que estoy actuando, siento que un cosquilleo se instala en mi estómago, mis pensamientos se encuentran nublados en este momento, no me atrevo a hablar, puede que cosas incoherentes salgan de mi boca ahora.

- No me has matado – susurra viendo mis labios, con una sonrisa de lado.
– Aún – respondo en un susurro con una sonrisa maliciosa, choco mis labios con fuerza, él se sorprende, pero enseguida me responde, me siento en sus piernas sus manos viajan a mis caderas, la corriente eléctrica regresa a mi cuerpo.

Su mano viaja a dentro de mi blusa, una calidez invade mi piel pálida, siento como se eriza ante su tacto, ambas manos toman mi trasero dando un apretón a este acercando mi cuerpo a el suyo, un leve gemido se escapa de mis labios provocando que el beso se vuelva más apasionado, su lengua entra sin pedir permiso, mezclándose con la mía en una danza en sincronía, mis manos viajan a su camisa quitando esta enseguida, paso mis manos por su abdomen.

Un gemido ronco de parte de Mauricio sale de su boca, mis ojos se topan con los suyos una sonrisa sale de mi rostro. El solo observa y me vuelve a besar de la misma manera fuerte, posesivo, apasionado.

Yo se lo respondo enseguida mis manos viajan a su pantalón desabrochando este, el detiene mis manos, yo lo miro confundida, este no dice nada y me besa, sus labios viajan a mi cuello sacando un jadeo muevo mi cuello para darle más acceso, sus labios están húmedos y cálidos, su lengua toca mi cuello, en ese momento mi vista se ciega por el placer, Mauricio lo sabe, enseguida desprende mi blusa, dejando ver el sujetador gris de encaje, y los vendajes, el los observa ahora inseguro.

– No pasa nada – susurro cerca de sus labios, estando a punto de volvernos a besar, un lloriqueo nos saca de nuestro trance yo río, al recordar a el saco de carne, Mauricio suelta un quejido y me toma con más fuerza de las caderas.
– No, no – susurra mientras niega, suelta un suspiro al escuchar que los lloriqueos se intensifican, sus labios tocan los míos, en un beso fugas y posesivo.

Suelto una risa, y me levanto de sus piernas y me dirijo a Artemis, este tiene sus ojos abiertos su rostro esta rojo por los lloriqueos, sin importar la falta de ropa que tengo lo cargo, este aún no deja de llorar acerco mi nariz para encontrar el mal olor, pero todo está normal, lo dejo de nuevo en la cama, me pongo la camisa de Mauricio, hago amago de salir de la habitación, pero me detiene.

– Hey ¿A dónde vas? – el no aparta la mirada de mí no me ha dicho nada de su camisa, yo apunto obvia a él bebe llorón que está en la cama. –¿No es obvio? iré a prepararle un biberón a el bebé seguro tiene hambre –

El niega con su cabeza mientras sonríe, se levanta de aquella silla aún con los pantalones desabrochados, con su abdomen descubierto. - ¿No viste el botón en la pared? – lo miro confundida niego con la cabeza, él se acerca y abajo de el botón de la luz hay uno verde él lo presiona y me toma de la cintura, me da un beso corto en los labios.

Minutos después llega una señora, con no más de cuarenta años su pelo recogido en un moño. - ¿Que se le ofrece señor? - pregunta con la mirada puesta en sus pies – Necesito que traigas un biberón para nuestro hijo por favor, lo más rápido posible –

La señora solo asiente y se retira, yo lo miro con una sonrisa socarrona. – ¿Nuestro hijo? – pregunto con sorna, mientras lo sigo observando, él sonríe y se acerca a él bebe, lo carga en sus brazos para después acercarse a mí. – Nuestro – confirma robándome un beso, aún con Artemis en brazos.

El biberón llega, Mauricio lo toma y empieza a alimentar a Artemis, en pequeños momentos me mira, Artemis sorprendente mente no ha llorado o hecho algún quejido este solo se concentra en comer.

Yo camino hacia ellos me pongo al lado de Mauricio, veo mis piernas aún cubiertas por los jeans oscuros, sin más me levanto los desabrocho dejando al aire mis piernas pálidas, aún cubiertas por la camisa de Mauricio me recuesto en su cama, miro a Mauricio y este tiene su mirada puesta en mí, suelto una carcajada al igual que él, pasan los minutos Artemis acaba con su biberón, Mauricio lo recuesta al lado mío.

Se deshace de sus pantalones, dejando ver sus bóxeres azules, se recuesta dejando a Artemis en medio de la cama el cual se encuentra dormido otra vez.

Siento como mis ojos pesan un bostezo sale de mis labios, Mauricio ríe al escuchar mi extraño bostezo, yo me acomodo de una manera más cómoda sin poder despertar a Artemis.

Ignoro el hecho de que Mauricio me siga observando, cierro los ojos mi mente empieza a divagar en todo lo que está pasando, para después simplemente apagarme y quedar dormida no sin antes sentir el tacto de la mano cálida de Mauricio pasar por mi rostro, escuchar un susurro que se me hizo imposible escuchar.

_________________________________ 

V.R ♐🌹

R ♐🌹

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.
LA ÚLTIMA GREEN. (EN EDICIÓN)Where stories live. Discover now