Capítulo 08 ||CORRERÉ EL RIESGO||

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CAPÍTULO OCHO

Unos quejidos, hacen que despierte después de haberme reído un poco por la poca experiencia de Mauricio con los bebés volví a mi habitación con Artemis en brazos volviendo a descansar, un bostezo sale de mis labios mientras veo a el saco de carne y este tiene sus ojos cerrados.

Su cara esta con pequeñas manchas de sangre, su pelo se nota tieso por la misma razón hago una mueca de asco, al ver como se encuentra corro a el baño enciendo el agua para llenar la bañera, al hacerlo nivelo el agua de una manera en que no le afecte a él, al acabar voy por el niño le quito la sabana al igual la ropa que tiene lo llevo a la bañera y empiezo a lavarlo, el agua se empieza a llenar de la poca sangre que tenía, tomando un poco de shampoo de lavanda lo empiezo a aplicar con cuidado que no le caiga en sus ojos, con la misma espuma lavo su cuerpo, él se mantiene tranquilo mientras término de enjuagarlo, sus ojos no se han abierto y ni un segundo los ha separado de mi rostro algo dentro de mí se removió, le sonrió y sigo enjuagando.

Al acabar tomo una toalla y lo arropo salgo del baño y lo recuesto arropándolo con la gran colcha, miro la mesa de noche y encuentro un teléfono desechable, al encenderlo voy a los contactos buscando el número de Mauricio al encontrarlo no lo pienso y marco.

Al segundo tono responde.

- ¿Diga? - responde de una manera seria.

- Mauricio, ¿en dónde te encuentras? necesito ropa para Artemis ¿puedes traerle algo? -

hablo tranquila, observando aún a él bebe que se encuentra moviendo sus manos soltando pequeños quejidos

- Catherine, llego en cinco minutos no te preocupes, respecto a las cosas ya lo tenía previsto llevo algunas en unos minutos ya estará todo listo-

Lo escuchó con atención hasta que termina, un suspiro de alivio sale de boca al escucharlo decir eso - De acuerdo aquí los espero, trata de venir rápido nos vemos - cuelgo sin esperar más respuestas acercándome a el bebé acaricio su pequeño rostro, todo en el emana tranquilidad y paz, su pequeña mano pesca uno de mis dedos aferrándose a este, yo solo puedo sonreír.

Una hora después Mauricio llega con varios paquetes de pañales, ropas, pomadas, jabones, cremas, shampoo, lociones y pequeños pares de zapatos. Una ceja se alza al ver todo lo que trajo, ambas manos se encuentran ocupadas, camino a él y le quito lo que necesito quitando la colcha de encima de Artemis, para ponerle talco y un poco de pomada, después de ver las instrucciones de cómo poner el pañal, término con una sonrisa de triunfo al acabar y ver lo bien que lo hice después lo visto, veo a todos lados buscando una cobija limpia que haya comprado Mauricio, giro los ojos poniendo estos en blanco al ver que lo más indispensable se le ha olvidado tomo al niño le coloco un pequeño gorro azul que vi en una de las cosas y
salgo de la habitación y me dirijo a la de Mauricio.

Esta enfrente a una computadora, mientras bebe lo que parece ser café este está muy concentrado en la computadora, que no logra sentir mi presencia, carraspeo para llamar su atención, este dirige su mirada en mi dirección rápidamente pone la taza a un lado y cierra la computadora, me regala una sonrisa y se levanta del asiento.

Caminando hacía mí, Mauricio mira a el bulto que se encuentra en mis brazos, veo que su mirada se llena de un brillo al verme con el bebé, yo carraspeo mirando a otro lado, el parece captarlo y también desvía la mirada.

- No trajiste sábanas, o colchas para Artemis - digo riendo mientras le regalo una sonrisa, el solo bufa, y se pega en su frente mientras niega con la cabeza.
- Sabía que algo faltaba, lo siento - me sonríe en disculpa, yo solo me encojo de hombros y me siento en su cama, recostado a Artemis en ella, llevo mis manos a mis piernas.
- Esta bien, después de todo mañana me acompañarás a comprar cosas que faltan - su sonrisa se agranda, y asiente en mi dirección, yo solo sonrió niego con la cabeza, me acerco a él y mi mano se posa en su hombro, lo miro confundida al notar como se tensa ante mi toque - ¿Que estabas viendo? - pregunto curiosa mientras observo la computadora cerrada.

Escucho como suspira, y relaja sus hombros - Nada, trato de investigar que lo trama Logan, no ha hecho ningún movimiento, y tanto yo como tú sabemos que sabe que ya no estamos en los Ángeles, es extraño que no haga ningún movimiento ¿no crees? -

Asiento mientras abro nuevamente la computadora y observo los códigos que tiene en la pantalla, lo hago a un lado y pongo otros códigos, dando con lo que buscaba, sonrió con triunfo y lo miro de reojo este tiene la mirada en mi trasero, una sonrisa de lado se posa en mi rostro, pongo mi mano derecha en uno de mis glúteos, lo sigo observando a simple vista noto que traga en seco sus ojos azules se dilatan, hasta dejarlos completamente obscuros.

Suelto una risa, volteo lentamente a verlo él ahora tiene su mirada azulada posada en mí, ahora ya no tiene ese leve sonrojo en sus mejillas eso ya está sustituido por una mirada obscura, y una sonrisa perversa tratando de decir algo un leve cosquilleo, se instala en mi estomago callando cualquier palabra en mi boca.

Levanto una ceja y sonrió de lado - ¿Qué? ¿Tengo algo en el trasero? - mi voz sale coqueta, mi mente me pregunta que hago, pero tampoco lo sé, jamás había actuado de esta manera, mi virginidad lo dice todo.

- No, claro que no, sigue igual de atractivo que siempre. - la voz de Mauricio me saca de mis pensamientos, esta sale ronca y más rasposa de lo común, sonrió de manera arrogante al escuchar su respuesta, doy un paso más adelante quedando a pocos centímetros veo como trata de alejarse, pero yo lo impido tomando su camisa.

- Eh, ¿a dónde vas? - le susurró en el oído, acercándome más a su rostro, veo como su piel se eriza ante mi toque - A donde tú quieras...- me responde de igual manera, provocando lo mismo en mí, una sonrisa se posa en mis labios - Al infierno - digo sin más, él toma mis caderas y me pega más a él, es entonces que las palabras se atoran y ya no sé cómo actuar o que decir, simplemente estoy en blanco, mis ojos grises chocan con su azulada mirada.

Esta recorre todo mi rostro en busca de algo, su mirada se posa en mis labios al igual que la mía en la suyos humedezco mis labios como reflejo, la ve cada movimiento, su rostro se acerca poco a poco a el mío, mezclando nuestras respiraciones.

- Si te acercas te mato...- es mi único que logró decir en un susurró cerca de sus labios, veo como Mauricio sonríe de lado, mostrando uno de sus hoyuelos - Llevo más de cinco años que quiero acercarme nena, Correré el riesgo - dice para después fundir sus labios con los míos, un beso que empezaría a desatar el verdadero infierno.

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V.R ♐🌹

R ♐🌹

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