42.

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Narra Jack.

Me desperté y lo primero que hice fue fijarme en que aún estábamos en el sillón, nos habíamos quedado dormidos. Obviamente no íbamos a dormir aquí así que apague la TV y ordene un poco la sala, Alisa aún seguía dormida, no quería despertarla así que solo la tome en mis brazos con el propósito de subir a mi habitación, iba subiendo las escaleras con ella, sentí como se acomodo mejor y puso su cabeza en mi cuello, luego de eso sentí como comenzó a besarlo lentamente.
No le di la importancia, pues supuse que cuando llegaramos se detendría, y para mí suerte no fue así.
La quise dejar sobre la cama pero ella tenía sus manos al rededor de mi cuello lo que impedía apartarme.

- Bebé, debemos dormir.- le dije mientras miraba sus lindos ojos.
- No quiero dormir.- respondió mientras me atraía a ella y me besaba.
Okay, este era un beso mucho mejor a los anteriores, o tal vez era el siempre hecho de estar los dos, en una habitación, a solas y lo hacía mucho más satisfactorio.

- Alisa.- le dije mientras me separaba de ella.- no creo que debamos hacer esto.

Ella me volvió a tomar del cuello, guiandome a donde ella estaba, volvió a besarme, esta vez mucho más salvaje, causando que no tuviera ningún deseo de alejarme.
Ahora yo estaba sobre ella, nos besabamos y hacia rato que nuestras lenguas se habían juntado, el tenerla cerca me enloquecía.
Lisa se dio la vuelta, haciendo que yo quedará debajo de ella, me miró con una sonrisa y procedió a besarme desde la mandíbula a la clavícula.
Después de una ronda de besos lindos ella comenzó a levantar mi camiseta, provocando que yo me tensara al sentir su frío tacto sobre mi abdomen.
- Tranquilo, te aseguro que nada va a salir mal.- mencionó Lisa y yo dejé que me quitara la camisa por completo, siguió con sus besos, y yo comenzaba a exitarme demasiado.

Me senté, seguíamos en la misma posición, ella estaba sobre mi, pero para no hacerlo aburrido decidí que era mi turno para encenderla, coloque mis manos en su cintura y subí su blusa, dejando a mi completa vista su sujetador de encaje color vino, comencé a besar su cuello y baje por el valle de sus pechos, el sonido de mis besos adornaba la habitación a oscuras junto con sus suspiros.
De nuevo baje mis manos hasta el cierre de su pantalón, y al no ver oposición fui bajándolo hasta que esté quedó totalmente abajo.
Ella me dio un pequeño empujón y caímos en la cama, con mis manos fui bajando su pantalón por completo hasta que quedó en bragas, que por lo que alcance a ver eran a juego.
Alisa se acercó a mí y me beso, bajo y siguió por todo mi pecho y abdomen, cuando estaba llegando a el cierre de mi pantalón se detuvo y me miro juguetona, algo nuevo en su forma de mirarme.
Quitó el botón que los sujetaba y los deslizó, ahora solo estaba en boxers. Alisa se montó sobre mi, haciendo que me despertará considerablemente, se acercó a mí mientras se movía sobre mi pene.

- Dios Jack, nos vamos a sentir muy bien hoy.- dijo sobre mi oído y yo trague mi saliva, me mataba.

De nuevo bajo a donde estaba mi boxer y lo quito, mi pene salió disparado, estaba durísimo. Lisa lo tomó con sus manos y yo me sobresalte del placer, subía y bajaba su mano tan lento que yo juraba que estaba por explotar.

- Nena, por favor, no pares.- le suplique con la voz ronca.- Lo haces tan bien.- cerré mis ojos mientras sentía.

Ella siguió así por un buen tiempo hasta que sentí como se metió mi pene en su boca, provocando un gran gemido de mi parte.

- Dios Alisa, no aguanto.- le dije mientras tomaba las sábanas de mi cama tratando de contenerme un poco más pero fue inútil ya que me vine en su boca, ella no protesto, se tragó un poco de mi semen y yo me calenté al verla así.

Quería devolverle el estupendo favor así que la tome y la puse sobre la cama, ahora yo tenía el control, no dije nada solo la bese, fui bajando hasta que sentí la necesidad de desabrochar su sujetador y así lo hice, sus pechos estaban justo en frente mío, fui tras uno y lo metí en mi boca, succionandolo. Ella me tomo por los rizos, jalandolos un poco, dándome una señal de que lo estaba haciendo bien, con la mano que tenía libre agarre su otro pecho y con mis dedos palpe al rededor de su pezón, esto causó que ella gimiera alto y me pusiera al mil.
Después de trabajar en sus lindos pechos supe que ya era tiempo, con besos húmedos fui bajando hasta encontrarme con sus bragas, pase mis dedos por su entrada aún con la tela puesta y pude notar lo mojada que estaba, y ella jadeo al sentir mi tacto.
Acerque mi boca y con los dientes fui bajando el elástico, Lisa se estremeció y yo me exite al saber lo que venía, probarla.
Cuando ya no había nada que nos cubriera me metí en medio de sus piernas, las separé ligeramente y lamí sus labios.

- Oh Jack.- salió de ella y yo sonreí.

Mi lengua iba haciendo su propio camino dentro de ella, Lisa se retorcía de placer. Con mi pulgar di vueltas en su clítoris causando un mejor efecto, pronto los gemidos se hacían más constantes y justo cuando sentí que ella estaba por llegar, paré.

Lisa levanto la cabeza un tanto enojada, pero luego lo comprendió, de mi mesita de noche saqué un preservativo, mi tío me los había dado y no iba a desaprovechar su regalo.

Lo abrí y me lo coloque en el pene, que ahora palpitaba y estaba enorme, Lisa se recostó y luego yo me acerque a la entrada, estaba muy lubricada y no habría ningún problema.

- Por fin eres mía nena.- le dije mirándola a los ojos al mismo tiempo que mi pene entraba.
- Me encanta ser tuya.- lo dijo en pequeños gemidos mientras mi pene se acomodaba todo dentro de ella.- Dios, muévete Jack.- me ordeno.

Yo me moví un poco hasta estar seguro que podía hacerlo más rápido, la embesti y sus gemidos en mi oído me motivaban a ser salvaje.

- Jack.- gimió con una voz chollona.- Jack.- lo hizo de nuevo y yo ya no aguantaba más.- Hasta el fondo

Comencé a ser mucho más rudo, empujaba muy duro contra ella, estábamos a punto de llegar.

- Gime mi nombre.- le dije cerca de su cara.- Dime que te gusta.
- Jack, no pares, me encanta.- ella jadeaba en cada sílaba.- Si, Avery, sigue.- mi maldito trauma con mi apellido me hizo terminar, si, por fin me había corrido al igual que ella.
Después de detener mis embestidas salí de ella, tome unos pañuelos, envolví mi condón ya usado en ellos y lo tiré a la basura. Caí rendido a un lado de Lisa y la abracé.

- Eres mía.- dije mientras le besaba el hombro.
- Eres mío.- respondió dándome un beso corto en los labios.

Estábamos exahustos y justo así nos quedamos dormidos.

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Ruin (Jack Avery) Where stories live. Discover now