Liar © (CN #1)

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Nathaniel salió al pasillo. Obviamente, perdió de vista a Castiel ya que la avalancha de alumnos que caminó contra él lo hizo perderlo de vista. Y, claro, cuando llegó a clases, el pelirrojo no se encontraba allí. 

Se sentó en un asiento libre (tampoco es que le importase mucho en aquellos momentos quién se iba a sentar a su lado) y sacó los materiales. No prestó mucha atención a la clase, simplemente estuvo mirando al suelo y, cuando el profesor levantaba la voz, él mantenía contacto visual con él por un tiempo y asentía de vez en cuando. Cuando la hora del receso llegó, Nathaniel salió desganado al pasillo, siendo arrastrado por los alumnos hacia el patio. Dobló la esquina con la intención de sentarse en el banco del jardín trasero (donde usualmente no había nadie), pero nada más llegar, encontró a un grupo de alumnos sentados. Cuando se dio cuenta, se giró a regañadientes y observó a un montón de alumnos reunidos en un círculo, gritando y alzando las manos.

Nathaniel se aproximó a paso acelerado, encontrando a las personas rodeando lo que parecía ser una pelea. El rubio se hizo paso entre la gente y lo primero que vio fue a Castiel lanzando puñetazos a quien parecía ser Toby debajo de él.

—Pero qué... —Nathaniel abrió los ojos sorprendido cuando Toby dirigió un puñetazo que fue directo a su nariz, haciéndola sangrar al segundo y al instante se preocupó porque alguno de los dos acabase muy grave.

Empujó a la gente y se interpuso entre ellos dos, recibiendo un fuerte empujón por parte de Castiel. El rubio lo agarró del brazo con brusquedad y lo levantó, sacándolo de entre todas las personas.

—¿Qué coño haces? —Castiel se soltó al instante y se echó hacia atrás, mirándolo con el ceño fruncido.

—¿Te das cuenta de que ibais a acabar en la enfermería? —Nathaniel se cruzó de brazos indignado—. ¿Por qué peleáis ahora?

—¿Que por qué peleamos ahora? —bramó el contrario, apretando las manos y conteniendo las ganas de darle golpes a Nathaniel—. ¡¿Te crees que yo no me entero de las cosas?!

Su alma cayó a sus pies. Una sensación de dolor recorrió su espina dorsal, y cuando segundos después, Castiel se giró para marcharse, Nathaniel reaccionó tratando de detenerlo agarrándolo del brazo, pero recibió como respuesta un golpe que lo hizo caer al suelo. 

Todos los presentes se marcharon al instante, exaltados. Toby sólo suspiró al ver al rubio en el suelo, con sangre cubriendo toda su boca, y luego comenzó a caminar hasta marcharse.

Nathaniel no tuvo otra que quedarse sentado en el suelo, cabizbajo, hasta que una voz lo sacó de su penoso divague mental, formando una pequeña sonrisa dentro de él:

—¡Dios mío, Nathaniel! ¿¡Qué te ha pasado!?

Él no tuvo otra que levantar la cabeza adolorido, observando una presencia corriendo preocupada hasta él. Cuando se agachó, pudo observar con más claridad su rostro, y entonces se sorprendió.

—N-no es nada, de verdad... No tienes que preocuparte...—dijo, aún exaltado.

*Observa a los lectores desde lejos* 

Oh, mierda...

*Sale corriendo*