BANSHEE ▶TVD & TO ✔

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|CAPÍTULO DOCE; HIPNOSIS|

Nerviosa jugaba con sus manos, hacía tiempo que no se ponía nerviosa. Quince minutos le había llevado sacar el pasaje en avión, una hora y media para llegar a su destino, ya sentada en su asiento sacó su celular de el bolsillo de su chaqueta, empezó a mirar imágenes de su galería para matar tiempo, el avión aún no había despegado. Soltó un suspiro, no estaba nerviosa por el despegue del avión sino por lo que se enfrentaría después, enfrentaría al original.

[•••]

El aeropuerto estaba tranquilo dentro de todo, caminó con una valija en la mano derecha y tomo el primer taxi que se cruzo enfrente. Le dio la dirección de su casa, era un barrio privado llamado "Wood" donde las casas eran antiguas y todo era tranquilo. Bajo del taxi frente a las grandes rejas de metal, se acercó hacía una de las rejillas y presionó un botón para luego solicitar que abran el portón. Verdaderamente nunca solía hacer eso, cada persona que vivía en el barrio tenida en el celular un código por el cual abrían el portón.
Maya esta vez quiso lo manual.

Las negras rejas de metal se abrieron dejando ver muchas casas grades con el cesped corto y limpio adornados con mesetas de flores. Mientras se dirigía hacía la casa color pastel claro, se podía escuchar el fuerte caminar de los zapatos de Mayra chocando contra el cemento de la vereda.
Frente a ella pudo contemplar mejor su hogar, entro sin tocar la puerta ya que estaba abierta. Observó todo con tiempo, seguía impecable sin ningún mínimos rasguño, pudo notar que en el linving ya no estaban los sofás blancos sino que ahora eran de un negro elegante, en el medio de éste una mesa pequeña de vidrio con un baso que pudo identificar que contenía bourbon.

Dejó su bolso en el suelo, por un segundo volvió a mirar hacía el suelo, las cerámicas ya no eran de un azul marino sino de un marrón brilloso. 
Caminó nuevamente hacía la entrada mientras miraba las paredes, había más fotos de ella que la ultima vez, hasta pudo ver una con Lydia, las dos se encontraban abrazadas por el cuello con una sonrisa en los labios, Mayra pensó que sonreía mucho cuando era pequeña. Siguió con su camino pero se chocó con algo, era uno de los floreros preferido de su madre. Retrocedió arrepentida, su madre la mataría.

—¡¿Mayra?!—gritó su madre desde la cocina.

—Eh... ¡Sí! ¡Soy yo!—dijo apurada tratando de no soltar una carcajada.

—Espérame un segundo, ya voy—volvió a gritar.

—¡No! ¡Voy yo!—gritó y caminó hacía la cocina.

Extrañaba a su madre, pero admitía que no quería verla a los ojos, le había mentido, y  menos en ese momento, acaba de presenciar la muerte de Mason, de su tío, hermano postizo de su madre, mejor amigo. No sabía con qué cara la miraría a los ojos, era muy buena mintiendo con otras personas pero con su madre no podía, simplemente no. Su madre se encontraba cocinando muy despreocupada como sí nada estuviera pasando, como sí no hubiera hablado con un vampiro original.

Su madre le abrazó a Mayra, la apretó contra su cuerpo haciéndola entender que la había extrañado mucho.

—Hija...—susurró—. Que alegría verte— se despegó de su abrazó.

Mayra la miró a los ojos y sintió que su corazón se torció, sus ojos verdes tenían un brillo especial y característico. Una grande y bella sonrisa adornada su blanca piel. Su cabello pelirrojo oscuro caía por sus hombros.  Vestía una camisa violeta con unos jeans y zapatos de tacón negro.

—Gracias madre—soltó una mueca en vez de una sonrisa.

Su madre al parecer no lo notó, era muy raro porque ella siempre notaba todo.

—¿Por qué estás cocinando?—preguntó Mayra extrañada.

—Hoy vendrá a cenar una persona especial—dijo su madre contenta y corrió hacia el horno.

De él sacó una lasaña.

—¿Qué?—pudo articular.

Lo primero que se le vino a la cabeza al escuchar la respuesta fue Elijah Mikaelson. Miró a su madre y buscó por sus muñeca y cuello dónde estaba la maldita verbena, para la suerte de su búsqueda no la encontró. Miles de escenas se crearon en su cabeza de cómo el original pudo tocar el collar de su cuello, su madre no era de  facilitar las cosas, para nada, era la mujer más difícil que conocía. Era obvio después de todo, su madre no había dado cuenta de la bufanda que lleva en el cuello y del poco de maquillaje que tenía en sus manos para poder cubrir las heridas que aún las tenía.

—Es una buena persona, muy amable —colocó la lasaña sobre la mesa—. ¿Nunca te lo presente?—dijo mientras se dirigía hacia la mesa.

—No—contestó seca.

—Entonces, este será el momento—Mayra frunció la cara.

Tenía ganar de golpear a alguien hasta matarlo a golpes, no le agradaba en absoluto que su madre hable así, tan distraída y así de simple, verdaderamente lo odiaba. No era una situación que debían tomar a la ligera.

Sacó uno de sus cuchillos de su chaqueta y lo tiró contra un espejo de la pared, estaba frustrada, enojada y desesperada. Ese tipo no podía venir a su casa y hipnotizar a su madre así porque sí, armando toda una obra de teatro vestida en una cena.

Esperaba que el original entrará a atacarla. No que viniera a cenar.

—¡Mayra!—gritó furiosa su madre, y ahí fue cuando se sintió de nuevo en casa por un segundo.

Deslizó sus dedos por su cabello pelirrojo desparramandolo por toda su cabeza de manera desordenada, estaba furiosa.

Cerró los ojos por unos segundos, pero los volvió a abrir por el sonar del timbre. Se levantó y miró a su madre que traía algunas copas y los colocaba arriba de la mesa.

—¿Puedes abrir la puerta Mayra?—

Ignoró su pregunta y se encaminó hacía la entrada. Arregló su cabello, su bufanda y por ultimo su chaqueta. Con su rostro endurecido abrió la puerta principal.

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Próximo capítulo: 27 de Agosto.
[Edite la fecha porque estoy muy pegada a la tele mirando Flash]

El capítulo sigue. Elijah ya está tocando la puerta.
😏😂🔥.

Espero que les guste😂👏.

¿A quién le dedico el siguiente capítulo?

Noe💋