BANSHEE ▶TVD & TO ✔

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|CAPÍTULO VEINTICUATRO; HUMANIDAD|

Mayra caminó a paso apresurado por su casa, estaba muy nerviosa. Y no sabía porqué, a Elijah tuvo que dejarlo con los Salvatore ya que estaba perdiendo bastante sangre. Se sentía confundida e insegura por lo que estaba arriesgando por Elijah. Aunque ella principalmente sabía que todo era parte del trato, cerca del original no tenía humanidad.

Se sentó frente al computador, y empezó a abril archivos y a teclear muy rápido. Era muy buena con la tecnología, Mayra cuando estaba en el colegio era la mejor hacker de ahí. La pelirroja era más inteligente de lo que aparentaba, al herir a Katherine había inyectado un gps en ella, para poder saber lo que planeaba. Nunca había confiado tanto en Katherine, siempre termina apuñalandote por la espalda.

Su frente se arruga al ver la ubicación, Katherine se encontraba en la casa Lockwood. Se levantó de un salto y agarró sus lentes oscuros, no tenía que ser vista. Había estado observando a Katherine por estos últimas horas y no era nada convincente lo que hacía.

Mayra se arregló lo más rápido que pudo, agarró las llaves de su Ducati y se dispuso a partir hacía la puerta principal. Pero algo la interrumpió, su teléfono. Lo examinó unos segundo, planteándose si debía contestar, se acercó y pudo ver en la pantalla; Desconocido.

Mayra al tomar el teléfono comenzó a oir zumbidos en su oído, una voz rasposa y arrastrada causó un gran temor en ella.

— El terror y la muerte ya está cerca.

Al terminar esa oración, a la pelirroja se le cae el teléfono de las manos. Sus oídos escuchan como los zumbidos se acercan. Sus piernas comienzan a fallar, todo su cuerpo comienza a temblar, ya no siente sus músculos que cae al piso.

— Tú, sólo grita. Grita como una Banshee.

Inconscientemente Mayra trata de incorporarse, como si alguien la estuviera obligando a hacerlo.

—Grita

Se cubre los oídos con las manos desesperada.

—Grita.

Los zumbidos y la voces aumentan cada vez más.

—Grita.

Mayra ya no lo pudo evitar, no podía pensar, no sentía su cuerpo, las voces y los susurros en su cabeza la estaban consumiendo, la estaban matando. Su respiración empezó a faltarle en los pulmones, su marca empezó a arder como el infierno. No pudo contenerse más y soltó el gritó más desgarrador.