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|CAPÍTULO VEINTICINCO; RESPUESTAS|

Mayra terminó de rodear la venda por su brazo, se miró en el espejo completo de su habitación. Vestía una polera azul con una chaqueta blanca, unos jenas negros y sus tenis bajas clásicas. Su cabello se encontraba más brillante y sus rulos se formaban perfectamente en él, su marca no estaba tapada. Hace unos minutos Stefan se había comunicado con ella y le había pedido si se podían ver en su casa, los Salvatore querían explicaciones y Mayra era la única que podía darle.

La pelirroja se sentía nueva, renovada. Bajó las escaleras tranquilamente, el dolor de su cuerpo había cesado pera la marca le seguía doliendo. Su residencia había sido arreglada en la mañana muy temprano acerca de las cinco y treita horas, por lo que Mayra tuvo que madrugar. Sólo había dormido dos horas, ya que todo el tiempo desocupado había tratado de saber más de su prima. De lo excelente hacker que es, pudo encontrarla; Beacon Hills, California. Secundaria pública, toda una cerebrito y con amigos comunes. Nada fuera de lo común.

Entró a la cocina, sacó la caja de cereales, un bol y la leche. Se sentó en la mesa de la cocina y comenzó a preparar su desayuno. Mayra comenzó a pensar, más de lo que solía hacerlo. Comenzó a reflexionar sobre la vida, de lo que estaba haciendo con la suya. Terminó de comer y lavó los trastes, los seco y los volvió a guardar en su lugar. Tomó las llaves de su Ducati, últimamente Mayra utilizaba mucho su motocicleta ya que le resultaba súper más cómoda. Se subió en ella y manejó a gran velocidad hacía la casa de los Salvatores, Mayra como ya lo había dicho amaba la adrenalina.

Los ruidos potentes de motor de la motocicleta llamó la atención de los hermanos Salvatore. Damon arruga la cara y mira a Stefan enfurecido.

—¡¿Quién la invitó a venir?!—exclamó Damon más que molesto. Corrió su vista para verla bajar de la Ducati.

—Yo la invité—respondió el castaño seguro.

—Entonces, la veras morir —se expresó Damon para luego tomar a Mayra del cuello y pegarla contra una columna de piedra—. No sabes las ganas que tengo de matarte—le hizo sabes el pelinegro.

Mayla lo miró lo más tranquila que pudo estar.

—Hazlo—lo retó, para luego sonreír.

—Damon ya dejala, yo la invite para charlar—Stefan pacifico se acercó más a su hermano, que cada vez hacía más presión en el cuello de Mayra—. ¡Ya dejala mierda!—gritó ya molesto y empujo a Damon con fuerza sobre humana.

Mayra empezó a recuperar su aire lentamente.

—¡¿Estás demente, ella nos mató a ambos?!—Damon se acercó a Stefan quedando cara a cara.

—También te recuerdo que ella me ayudo.

—Por mi que se muera—expresó aún más molesto Damon.

BANSHEE ▶TVD & TO ✔Where stories live. Discover now