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|CAPÍTULO TREINTA Y TRES; DESORIENTADA|

Los parpados de Mayra comenzaron a cerrarse, estaba tan cansada que cayó rendida ante el sueño a mitad del viaje

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Los parpados de Mayra comenzaron a cerrarse, estaba tan cansada que cayó rendida ante el sueño a mitad del viaje. El asiento trasero de la camioneta negra en la que iban fue tan cómodo para Mayra que le fue inevitable no poder dormir. Al instante que salieron del bosque subieron a la camioneta y Klaus comenzó a manejar hacia la ciudad de Chicago.

Unas fuertes manos se posaron en los muslos de la pelirroja, sacudiendolas para que despertara. Los verdes oscuros ojos de la pelirroja comenzaron a abrirse lentamente, sin observar quien la estaba despertando, empezó a estirar cada hueso de su cuerpo sin abrir aún los ojos. Una vez incorporada en el asiento se tallo los ojos con las manos, soltó un bostezo. 
Abrió sus verdosos ojos suspirando, miró a Klaus que sonreí y aún no quitaba la mano de su muslo. Mayra trató de devolver la sonrisa pero sólo pudo hacer una mueca fea.

—Arriba amor, ya hemos llegado—estira las piernas de la pelirroja para atraer su cuerpo a él—. Bienvenida a Chicago cariño—murmura besando su mejilla.

Mayra comienza a despertar y caer en la realidad. Sale de la camioneta y nota que aún es de noche, se agarra el puente de su nariz cuando se da cuenta que aún no está bien despierta no había dormido en días y eso la estaba matando. Ve a Stefan parado frente a las grandes puertas y sólo asiente como forma de saludo.

—Necesito una ducha.

El agua de la regadera artificial, caía por el cuerpo de Mayra. Desde que comenzó su viaje con Klaus no se había sentido así de pacífica e aburrida pero al parecer hoy era un día aburrido. Comenzó a pasar el jabón por toda la piel de su cuerpo, acariciando suavemente como si se fuera a romper. Ya lista, sale de la tina con una toalla envuelta alrededor de su cuerpo, se acerca al gran espejo que contenía el fabuloso baño. Se observa detenidamente, acaricia cada unas de sus marcas que en total eran tres, una mano inconscientemente acaricia la gran cicatriz en su espalda. Mayra había olvidado completamente la larga y fina cicatriz que mancha su espalda, dejó caer la toalla y se observó de pies a cabeza.

Frunce el ceño al terminar de vestirse, tenía que divertirse, tenía que salir a la gran ciudad. Camiseta negra acompañada de una campera de cuero negra con sus jeans negros, parecía que iría a un funeral de tanto utilizar el color oscuro. Se coloca unas joyerías en el cuello y en sus dedos, se maquilla natural y camina hacía la salida sigilosa sin ser vista por los hombres.

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Mayra reía al ver como el hombre atado a la silla trataba de contener el dolor. Necesitaba hacerlo, necesitaba divertirse y qué mejor manera en torturar a un hombre que sabía sobre su padre, por eso le gustó la idea de venir a Chicago. Él trató de matarla cuando había ido a tomar un trago en un bar, pero falló torpemente, el hombre nunca pensó que sería tan difícil matar a una muchacha tan indefensa pero se equivicó, ella era una completa asesina.

BANSHEE ▶TVD & TO ✔Where stories live. Discover now