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Veo a Michael lavarse los dientes mientras espero que termine para hacerlo yo también. Cuando él termina hago lo mismo y cuando he terminado de lavarme la boca voy hacia la cocina y lavo los platos sucios que hay. Cuando termino decido limpiar mi casa, estoy aburrida.

Una hora después, mi cada está casi limpia. Sólo faltaba mi habitación. Entré en mi habitación y Michael estaba acostado con su celular en la mano.

—Necesito hacer la cama, Mike.—tomé la cobija.

Michael me miró y sonrió.

—No.

—¿No?

—No. Primero dame un beso.—dejó su celular a un lado.

Rodeé los ojos y fui hacia él. ¿Cómo podría ser capaz de negarle un beso?

Me incliné y le di un corto beso.

—Listo.

—No, así no.—rió.

Me volví a inclinar y le di otro. Michael puso una de sus manos en mi nuca y otra en mi cintura. Levantó un poco su cabeza y después hizo que cayera sobre él.

—Michael.—me quejé. Él rió y volvió a besarme.

Lentamente nos hizo girar haciendo que él quedara encima de mí y nos seguimos besando. Hizo que abriera mis piernas y se acomodó entre ellas. Cada una de sus manos se puso en cada uno de mis muslos y acarició allí.

Sus besos bajaron a mi mandíbula y mis manos fueron a su nuca. Metí mis dedos debajo de su camiseta por la parte de arriba y él se acercó más a mí. Sus labios bajaron hasta mi cuello y dejó varios besos allí para después lamer. Una sensación extraña recorrió todo mi cuerpo.

Michael siguió besando y lamiendo mi cuello y bajó hacia mis clavículas. Volvió a subir a mis labios pero ésta vez metió su lengua sorprendiéndome pero rápidamente lo seguí.

Sus manos se movieron de arriba hacia abajo y después fueron hacia mi estómago. Subió un poco mi blusa y acarició la piel expuesta. Movió su cabeza y llevó sus labios a mi oído, lamió y mordió levemente mi lóbulo. Un jadeo salió de mis labios y él me miró.

Sonrió y me volvió a besar. Mis manos pasaron por sus brazos y después por su espalda. Subí un poco su camiseta y acaricié su espalda baja. Su lengua pasó lentamente por mis labios y comenzó a frotarse contra mí de nuevo sorprendiéndome.

—Así, nena—se separó de mí. —, se provoca una calentura. —sonrió y yo reí.

Lo acerqué a mí y lo volví a besar. Sus manos tomaron mis piernas y las jaló haciendo que mi cuerpo se pegara más al suyo.

—¿Quieres que te enseñe cómo se quita, bebé?—se volvió a separar y mordió su labio.

Me hice la pensativa y sonreí.

—Sí.—asentí. Michael sonrió y rápidamente quitó su camiseta y la arrojó hacia el suelo.

Llevó sus manos al final de mi blusa y la levantó con intenciones de sacarla de mi cuerpo. Me senté y él la retiró de mi cuerpo. Una de sus manos me empujó levemente haciendo que volviera a estar acostada sobre el colchón. Sus dedos delinearon el contorno de mi sostén y después bajaron hacia mi short de pijama. Metió las puntas de sus dedos debajo de éste y dio pequeñas caricias allí.

Sus labios besaron mi pecho y bajaron hasta mis pechos. Dejó un beso entre ellos aún con el sostén puesto. Hizo un recorrido con su lengua desde mis pechos hasta mi abdomen bajo. Volvió a subir y me besó, cuando se separó mordió mi labio.

Crush II » Calum HoodDonde viven las historias. Descúbrelo ahora