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Después de ayer, cuando Dalilah interrogó y acusó al amigo de Michael, de camino a casa una idea se metió en mi cabeza y desde entonces no puedo sacarla de allí. Casi no había dormido de tanto pensarlo y ensayar lo que diría, porque sí: había decidido hablar con Michael y tratar de arreglar las cosas entre ambos, y tal vez, sólo tal vez, comenzar de nuevo. Sabía que si yo no lo hacía, él nunca lo haría.

Camino decidida hacia la cafetería, implorando en mis adentros poder encontrarme con Michael porque es muy raro cuando lo se ve por allí. No voy a negar que estoy más que nerviosa pero aún así sigo decidida a intentar arreglar las cosas. Aunque si lo pienso bien, todo se arruinó por algo sin sentido, las tontas acusaciones y pensamientos de él. Debería ser él quién lo arregle pero si lo espero, moriré anciana esperándolo, es más que obvio.

Entro e instantáneamente mis nervios aumentan, lo ignoro y busco con la mirada a mi prioridad, es decir, Michael. La desilusión comienza a llenarme cuando mis ojos no logran encontrarlo en este lugar, más sin embargo sí veo a Calum sentado mientras usa su celular, obviamente no era lo que buscaba pero al menos no estaré sola. Él alza la mirada y se encuentra con la mía, me sonríe y con su mano me hace una señal de que me acerque y señala la silla a su lado, camino hacia allá cuando mis ojos detectan al chico que anteriormente buscaban. Michael con una botella de agua camina hacia una de las salidas de la cafetería, completamente en su mundo, miro a Calum de nuevo y él también miraba hacia Mike. Me quedo pensando, realmente necesitaba ir con Michael pero era descortés simplemente ir detrás de él e ignorar a mi amigo.

Ambos nos miramos y dirijo mi vista a Michael, que ya salía del lugar; Calum seguía mirándome, al parecer esperando que me acerque pero no podía desperdiciar la oportunidad así que simplemente le hago una seña con mi mano haciéndole saber que me espere y corro en dirección hacia donde Michael había salido sin esperar respuesta por parte de él. Cuando salgo por la puerta veo a lo lejos a Michael mientras se alejaba caminando hacia sabe dónde.

—¡Michael!—grito su nombre mientras sigo corriendo con dificultad por culpa de mi mochila, pero al parecer Michael no pensaba voltear.—¡Michael!

¿No me escuchaba o simplemente me ignoraba?

Llego a su lado y como puedo jalo su brazo izquierdo hacia atrás con la intención de hacerlo girar. Su mirada confundida se posa en la mía y rápidamente cambia, justo después noto que no me ignoraba, sino que usaba sus audífonos. Su mano se dirige a uno de ellos y lo retira de su oreja lentamente sin dejar de mirarme, sólo después de eso habló:

—¿Qué pasa?

—Te he estado hablando.

La mano que sujetaba uno de los auriculares se sacude levemente en señal de que justamente no me escuchó por ellos.

—Ya lo noté—suspiro—. En fin, quería hablar contigo.

—Ya lo estamos haciendo.

—¡Yah! no seas grosero.—frunzo el ceño.

Se retira el otro auricular y me mira.

—Lo siento. ¿Qué necesitas?

—Hablar contigo. Aquí no—aclaro—. ¿Podemos ir a otro lugar?

Su mirada se dirige a otra dirección y relame sus labios. Dios, es hermoso. Su mirada se vuelve a posar en mí y asiente.

—Bien.

Sonrío.—Sígueme. No tomará mucho tiempo.

Comenzamos a caminar uno al lado del otro. Su presencia me hacia sentir nerviosa, en el buen sentido. Había notado que fue un poco frío conmigo, pero antes de sacar conclusiones debíamos hablar. Justo fue allí cuando mi estómago y corazón dieron un vuelco, ¿qué iba a decirle? Había olvidado todo lo que planeé y ensayé la noche anterior.

Crush II » Calum HoodDonde viven las historias. Descúbrelo ahora