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No tengo de otra más que ponerme de pie y caminar hacia la puerta. No podía simplemente ignorarlos y hacer como si no estuviera en casa, aunque la idea era tentativa. Poso mi mano en el pomo e inhalo aire para después abrir la puerta topándome de frente a mi madre, justo después mi mirada se posa en la persona detrás de ella y sólo puedo quedarme viéndola. Casi dejo salir un suspiro cansado, ¿realmente esto era real?

—Hola, Brooklyn.—mi madre saluda mostrando una sonrisa, pero mi mirada sólo se concentra en la persona que la acompaña, al igual que la suya.—Oh, él es mi hijo.—con entusiasmo toma del hombro derecho al chico y lo acerca más. Nos mira a ambos ya que ninguno de los dos aparta la mirada del otro. Codea despacio a su acompañante y él aparta la mirada.—Ella es mi hija Brooklyn, de quien te hablé.—dice un poco incómoda, esperando que él o yo diga algo, pero ninguno habla.—Preséntate, no seas maleducado.

—Hola, Brook.—sonríe un poco incómodo y tímido, alzando levemente su mano en forma de saludo.—Cuánto sin verte.—bromea.

—Hola, Alex.

—¿Se conocen?—pregunta la mujer sorprendida, probablemente no se lo esperaba.

—Definitivamente nos conocemos.—Alex ríe casi de forma sarcástica.

—¿En serio?—sonríe—. Eso es genial, me alegra tanto. ¿Son amigos?

—¿Que tal si mejor pasamos?—propongo antes de que Alex se ofreciera a responder.

Ambos asienten y me hago a un lado dejándoles el pase libre al interior de mi hogar. Una vez que ambos están dentro, cierro la puerta y me acerco a ellos. Mi madre observa todo lo que sus ojos logran captar a su alrededor mientras que Alex sólo está mirándome. Sé que está confundido y en shock, yo igual definitivamente. Jamás en mi vida lo habría imaginado, él menos probablemente.

—Siéntense—señalo los sofás y los tres caminamos hacia ellos. Toman asiento y nos quedamos en silencio.—. ¿Quieren agua?

—Yo sí, por favor.—mi madre responde, Alex sólo negó.

Asiento y camino rápidamente hacia la cocina. Aún sigo sin procesar nada, ¿de todas las personas de éste planeta tenía que ser Alex? No es como que me moleste, Alex es mi amigo y me agrada, pero definitivamente no esperaba que fuera mi hermano ¡y eso lo hace más extraño e incómodo!. Maravillosa suerte que me cargo.

Tomo un vaso y una vez que está lleno de agua camino hacia donde esperan, le entrego el vaso a mi madre y ella me responde con una sonrisa cuando lo toma. Me siento en el mismo sofá que Alex y los tres nos quedamos en silencio. Cuando termina de beber el agua, deja el vaso en la mesa de centro y nos mira.

—Gracias—agradece y sólo sonrío sin mostrar mi dentadura.—¿Cómo has estado?

—Bien, supongo. ¿Y ustedes?—miro de reojo a mi amigo.

—Yo perfectamente—responde la mujer frente a nosotros.

—Bien.—responde Alex y se acomoda mejor en su lugar.

—¿Cómo te va en la escuela?

—Mamá, no metas en la conversación a la escuela. Suficiente tenemos con ir todos los malditos días como para hablar de ella cuando no estamos allí.—se queja.

—¡Pff! Que a ti no te guste la escuela no quiere decir que todos la odian hasta cuando la pronuncian.

Alex sólo suspira y ríe.—Todos la odian.

Su madre niega y me mira.

—Tú no la odias, ¿verdad?

Miro rápidamente a Alex y él me mira con diversión. Vuelvo a mirar frente mío y sonrío.

Crush II » Calum HoodDonde viven las historias. Descúbrelo ahora