51

2K 168 66
                                    


Camino hacia mi destino tratando evitar que mis ojos expulsen las lágrimas que trataban de salir. Respiro hondo y me apresuro, ya iba un poco atrasada. Me enfoco en poner atención a mi alrededor para evitar concentrarme en lo ocurrido minutos antes en mi casa.

Cuando diviso el local donde trabajo corro y entro. Al abrir la puerta las pequeñas campanas sobre la puerta hacen su típico sonido haciendo que Theo, que está detrás de la barra, me mire y me dedique una linda sonrisa.

Camino hacia él regresándole el gesto y deteniéndome frente a él del otro lado de la barra.

—¿Cuántos minutos?

—Tres.—ríe—Es un nuevo récord.

Suspiro y asiento.

—Voy mejorando. —camino hacia los vestidores.

Una vez que estoy lista salgo y me pongo detrás de la barra a su lado. Theo le sonríe al cliente mientras le entrega su cambio.

—Muchas gracias.

Comienzo a acomodar y limpiar la barra y Theo se gira hacia mí una vez que el cliente se retira. Habíamos ganado mucha confianza después de convivir en éste lugar.

—¿Por qué tan seria?

Lo miro. Está apoyado en la barra y alza una ceja esperando mi respuesta.

Suspiro. —Mi día ya va mal.

—¿Por culpa de Michael?

—No.—río y acomodo el contenedor de servilletas. —Otra cosa.

—Pues no sé qué sea pero ¡fuera tristeza! ¡Sal de Brooklyn!—dice mientras me sacude por los hombros.

—Ya—digo riendo y golpeo de forma juguetona su brazo.

—No vale la pena estar triste.—niega.

—No estoy triste.

Me mira con los ojos entrecerrados y abre su boca para decir algo pero el cocinero lo interrumpe haciéndole saber que un pedido está listo.

—Yo voy.—se lo quito de las manos.

—Es para la mesa cinco.

Asiento y voy a entregarlo. Las horas se me van un poco más rápidas gracias a Theo y su buen sentido del humor. También tuve un pequeño encuentro con Dalilah quién vino a comprar un aperitivo y terminó teniendo una pequeña charla conmigo. Me había contado que últimamente estaba un poco ocupada siendo esa la razón del porqué la veía poco, además de que su mamá me extrañaba; lo que me llevó a pensar el qué pensaría ella y su esposo sobre lo que pasó conmigo y con Michael, si es que lo saben, claro.

Algo que me dejó un poco inquieta e intrigada fue lo que me dijo antes de irse:

Brook..., realmente me gustaría tener una pequeña charla contigo de algo que me tiene inquieta.”

Eso me tuvo un poco pensativa y cuando menos lo pensé ya había terminado mi turno. También recibí un mensaje de Calum preguntando si iría a la cena a lo que respondí positivamente. Rápidamente me vestí con mi ropa normal y salí del local acompañada de Theo.

—¿Vas a casa?

—No, tengo una cena con mis amigos.

—Que bien. Yo tengo una cita con mi tarea.—hace un pequeño puchero y ríe.

—Sólo recuerda que ya es tu último año.—doy pequeñas palmadas en su hombro.

—Ese es mi único consuelo. Ah, no. Mi otro consuelo es que al terminar podré irme a vivir con Josh.

Crush II » Calum HoodDonde viven las historias. Descúbrelo ahora