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—Hasta que te encuentro.—Calum exclama al verme saliendo de la cafetería. Frunzo el ceño y continúo mi camino con él a mi lado.

—¿Qué pasa?—abro la botella de té y tomo un trago. Tiendo la botella a su dirección ofreciéndole pero niega.

—Como hace mil años no te veía, decidí que sería buena idea salir.

—¿Mil años? exagerado, fue hace unas horas. Pero ¿a dónde?

—No sé. Al cine, al parque, a comer, lo que sea.

—¿Qué tramas?—detengo mi caminata para mirarlo a los ojos.

Frunce el ceño.—Nada ¿por?

—No es normal lo que estás haciendo.

Me mira indignado y cruza sus brazos sobre su pecho, y en respuesta elevo una ceja.

—¿Acaso es un delito invitar a tu amiga a salir? Perdóname, señorita.

Suelto una risa y retomo mi camino aún con él siguiéndome. Miro alrededor mientras sigo bebiendo de la botella de té.

—¿Entonces?—insiste.

—Está bien, pero dime a dónde. Lo que me dijiste antes no fue una respuesta totalmente.

—¿A dónde quieres ir?

—A donde sea.

—¿Es en serio? Entonces iremos a un prostíbulo, no sé si te guste.

Golpeo su brazo y río.

—Obviamente no. Ew.

—Pues te pregunto a dónde quieres ir y me dices que a donde sea.

—Ya. ¿A cenar?

—Y a los bolos. Perfecto. Nos vemos en la noche.—comienza a alejarse.

—Est...¿Hoy? No puedo, Calum.

—¿Por qué?—se detiene y se acerca.

—Un asunto—me mira confundido y suspiro—. Luego te cuento ¿sí?

Asiente no muy convencido y se da la vuelta para irse.

—Avísame cuando estés libre.

Casi olvidaba la cena con mi "madre" y Alex.


***


En el transcurso de la tarde me preparé mentalmente para lo que sea que podría pasar en esa cena. Había estado dudando sobre si asistir o no, pero ya había aceptado y sería grosero cancelar a último momento. Además lo más probable es que esté exagerando todo y nada vaya a pasar cuando vaya. Alex me había enviado mensaje diciéndome que él vendría por mí para que podamos hablar un rato antes de llegar a su casa y acepté, tal vez eso ayude a que los nervios disminuyan antes de que llegue.

Subo al auto y me coloco el cinturón de seguridad. Volteo a verlo y ambos nos quedamos en silencio para después reír.

—Holaa, Alex.

—Hola, hermana.—comienza a reírse después de decir eso.

—Yaa. Sigo sin poder creerlo del todo.

—Bueno, no eres la única—sonríe—. Tuve que pedirle explicaciones.

—Tenemos vida de película—bromeo.

—Brook, mi mamá me explicó lo sucedido con tu nacimiento y eso. No tenía ni idea, lo siento mucho.

—Ah—sonrío un poco incómoda—. Está bien, no importa.

—No, es que ¿a quién se le ocurre hacer eso?—exclama mientras sigue conduciendo.—Me enojé con ella.

—En serio Alex, está bien. Ya ha pasado muchos años, y aunque aún me afecte un poco, ya estoy acostumbrada y no quiero tener renconres.

Asiente y poco después sonríe.

—¿Quién diría que en aquella fiesta conocí a mi hermana? y yo ni en cuenta.

—Tienes razón. Nunca en mi vida lo habría imaginado.—río.

Continuamos hablando de cosas triviales hasta que baja la velocidad y se detiene fuera de una casa color blanco. Las luces dentro estaban encendidas y dentro del auto nos quedamos en silencio. Volteo a verlo y él quita su cinturón y me mira.

—¿Lista?

Asiento e igualmente me quito el cinturón. Ambos abrimos las puertas y salimos, cuando la cierro me quedo allí mirando la casa. Alex llega a mi lado y hace ademán de que caminemos. Al llegar a la puerta él toma el picaporte pero no abre la puerta, gira la cabeza hacia mí y eso me pone inquieta.

—¿Qué pasa?

—Brook..., dentro uhm....—suspira—. Ya lo verás—sonríe.

—¿Dentro qué? Sólo me pones ansiosa, Alex.

—No es nada "wooow", pero no sé—ríe.—Entremos.

Su misteriosidad me puso nerviosa, muy nerviosa. Tomo aire y antes de entrar tomo su chaqueta levemente entre los dedos de mi mano izquierda.

Él entra delante de mí y al entrar cierra la puerta detrás de nosotros. Con el ruido su mamá supo que habíamos llegado por lo que llegó y nos sonrío.

—¡Brook! Me alegra verte, ¿cómo estás?—me da un abrazo rápido y se aleja.

—Bien ¿y usted?

—Perfectamente. Vamos, te presentaré al papá de Alex y a mi prometido.—coloca una mano en mi espalda y me impulsa levemente para que camine con ella hacia donde sea que vayamos.

—Mamá, déjala. Ella sola puede caminar—la voz de Alex detrás de nosotros la detiene.

—Lo siento—se disculpa y sonríe—. Sígueme.

Camina delante de mí y espero a que Alex esté a mi lado para continuar. Caminamos detrás de ella y llegamos al comedor. Era muy lindo y la casa muy acogedora. Paseo mi mirada por alrededor hasta que la voz de mi madre capta mi atención, la miro y después a la persona a su lado y es cuando me quedo congelada en mi lugar.

—Brooklyn, él es mi prometido y el papá de Alex.

Ambos nos miramos fijamente y él para quitar la tensión sonríe.

—Hola, Brooklyn.—me tiende su mano en señal de saludo. Se notaba que él tampoco se lo esperaba.

—Hola...—tomo su mano y lentamente la suelto, aún sin creerlo.

—Bueno, ahora ¡a cenar!—exclama feliz mi madre y todos caminan a su lugar.

Volteo a ver a Alex aún sorprendida y él se encoge de hombros con pena. Me indica mi lugar y me siento. Merecía una buena explicación.

Crush II » Calum HoodDonde viven las historias. Descúbrelo ahora