Capítulo 10

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¿Nunca sintieron que sus noches de viernes eran un completo aburrimiento? Ese tipo de aburrimiento que te dan ganas de suicidarte... bueno, no tan así.

Pero era una sensación similar la que sentía Chittaphon, quien estaba tirado en su cama mirando como los zancudos volaban alrededor del foco de la luz. Al menos no había estado tan aburrido como para recordar ponerse el repelente así evitar esas molestas y picosas ronchas rojas que producían esos bichos al picar.

Miró su teléfono por onceava vez consecutiva. Ningún mensaje o llamada de sus amigos o de algún conocido, sólo notificaciones insignificantes de gente que comentó o le dio like a sus fotos de instagram... nada fuera de lo común. Y eso significaba: más aburrimiento. Eran momentos como ese en los que por gracia divina extrañaba ir a la escuela, era más interesante que estar encerrado en casa sin hacer nada, además su hermano había invitado a sus amigos a comer y a jugar video juegos, aunque siendo sincero, nunca creyó que en verdad eso se podría llamar 'reunión para estar entre amigos y pasarla bien' no, para nada, eso se llamaba 'reunión para joderle la vida al hermano del medio', y seguramente se preguntarán el porqué y...

—¡KIET BAJALE EL VOLUMEN A ESA MIERDA!—Gritó por encima de la música.

Y creo que ahí tienen la respuesta.

Por desgracia el homúnculo que tenía como hermano dormía en la habitación que estaba al lado de la suya, y por ello muchas veces había sido víctima de sus enormes parlantes que retumbaban con esa espantosa música que hacía que literalmente sus oídos sangraran. En varias oportunidades había intentado decirle a Kiet por la buenas,  y también por las malas, que bajara el volumen, y sin embargo siempre terminaba en lo mismo: diciéndole que no, riéndose en su cara aprovechando su altura y ganándose una que otra mirada asquerosa por parte de sus amigos, por lo que siempre optaba por mejor encerrarse en su habitación y hacer un fuerte alrededor de su cabeza con sus almohadas para evitar que el sonido calara más hondo en sus oídos, cosa que no funcionaba. Por lo que como segunda opción, y era la que siempre funcionaba, iba directo con su madre con el pretexto de que estaba agotado por la escuela o que tenía que estudiar y que no podía hacerlo por la música, a lo que la mujer, quien no podía con su carita de perrito atropellado, iba hasta la habitación de su hermano y le exigía que apagará la música, y como sabrán, nunca había que contradecir a la jefa de la familia Leechaiyapornkul porque podrías terminar mal; así que calladito Kiet apagaba la música a la vez que él sonreía victorioso detrás de la mayor.

Pero ahora no podía hacerlo porque justamente su madre lo había visto 'haciendo nada' por lo que no podría decir que tenía que estudiar o algo por el estilo, y además ella se encontraba abajo en la cocina haciendo galletas en forma de corazón con Haerim, así que mucho menos.

Suspiró fuertemente y se dio la vuelta para meter su cara entre las almohadas y cerrar los ojos. Logró tranquilizarse, y estuvo un largo rato en la misma posición, e incluso estuvo a punto de dormirse, hasta que un peso extra se posicionó encima de él.

—¡Chittaprrr!—Gritó Johnny quitandole las almohadas y haciéndole cosquillas. Y sepan que no pudo evitar reírse como foca ante ello, así que les mandó una disculpa mental a los invitados de Kiet porque seguramente quedaron traumados.

Después de forcejear y hacerse cosquillas mutuamente, ambos se sentaron al borde de la cama levemente agitados y riéndose aún por lo sucedido.

—¿Qué haces aquí gringo?—Preguntó una vez que recuperó el aliento.

—Mi papá está trabajando y mis hermanas se arreglaron y se fueron de party, así que mi mamá, Yeri y yo nos quedamos solos mirándonos las caras y decidió que mejor vendríamos a hacerles una visita—

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