Capítulo 39

3.8K 584 148
                                    

—¡Mira ahí esta, Junnie!—

El rubio giró la cabeza rápidamente casi al estilo del exorcista cuando YangYang pronunció aquellas palabras.

Y dicho y hecho, ahí se encontraba cierto pelinegro que desde hace mucho tiempo lo tiene vuelto un completo idiota, y al cual pensó que no volvería a ver nunca más en su vida luego de que se mudara definitivamente a Corea.

Pero al parecer el destino se había puesto de su lado.

Suspiró como una colegiala enamorada, sin dejar de observar como este acomodaba de manera algo (muy) desordenada sus cosas dentro del casillero que le habían asignado.

—¿Por qué no le vas a hablar?—Preguntó inocentemente el menor.

XiaoJun abrió los ojos como platos, borrando automaticamente la sonrisa que había tenido hasta ese entonces.

—¿¡Acaso estas loco, Yang!?—

—¿Por qué? No es como si te fuese a comer o algo asi; bueno, al menos que tu quieras claro... —

El mayor se sonrojó ligeramente.

—¡El punto es que no lo haré y listo!—

—¿Por qué hyung? ¿Acaso no quieres recuperar la chispa que tenían cuando estaban en China?—Preguntó subiendo y bajando las cejas, a lo que el rubio frunció el ceño abochornado.—Ah qué sí, Junnie~—

—¡No, Yang! ¡No quiero!—Casi grito, cruzandose de brazos.

El menor hizo un puchero con el ceño fruncido, echandole un vistazo a KunHang que seguía tratando de meter prácticamente su habitación entera dentro de aquel compartimento.

Y fue ahí que se le prendió el foco.

—De acuerdo. No te voy a obligar a nada, Jun—Dijo con toda la tranquilidad del mundo, ganandose una mirada curiosa por parte del contrario.—¿Qué tal si vamos yendo a clases antes de que nos roben los lugares?—

Xiaojun se encongió de hombros, asintiendo en aprobación. Aunque aún le parecia extraña la forma de reaccionar de su amigo.

Ambos iban caminando calmadamente por el pasillo, hasta que estuvieron casi al lado de KunHang. Momento en el que Yangyang aprovechó para empujar disimuladamente (bueno, en realidad con toda la fuerza del mundo) a su mejor amigo, haciendo que este chocara con el pelinegro y terminaran quedando en una pose en donde el más alto sostenía de la cintura al rubio para que no terminara por besar el piso del todo.

YangYang le sonrió una última vez a XiaoJun, gesticulando con sus labios un "después me lo agradeces" antes de salir corriendo como alma que lleva el diablo de aquella situación, dejando a ambos chicos solos.

Fue el rubio quien se separó rápidamente del más alto al percatarse de que habían estado en la misma posición un buen tiempo, sonriendole nerviosamente a este mientras escondia sus manos por detrás de su cuerpo.

—XiaoJun ¡Que bueno volver a verte!—Exclamó KunHang con una gran sonrisa.

—Lo mismo digo, ha pasado un largo tiempo. No sabía que te habías transferido aqui.—

El menor sonrió un poco timido.

—Si, lo que pasa es que mi padre consiguió un trabajo con mayor sueldo y bueno, ¡heme aqui el burro menor!—Rió sólo ante lo último, aunque después terminó tosiendo algo incómodo y avergonzado al ver que XiaoJun sólo lo había mirado con una ceja alzada y una sonrisa burlista ante su intento de chiste.

Y es que para el rubio, Wong era la cosita más adorable del mundo cuando se ponía nervioso.

Bueno, en realidad era adorable hasta cuando estornudaba. Qué decir!

—Claro, ¿Y qué tal las clases?—Preguntó tratando de seguir la charla.

—¡Horribles!—Medio gritó haciendo movimientos exagerados con sus brazos, a lo que el más bajo se echó a reír.—Comenzando porque los profesores parece que me tienen en la mira por ser el nuevo, y quizás también porque vieron en mi expediente que estoy relacionado con Chittaphon, y finalizando con que mi coreano todavía no es bueno y a veces no sé qué me estan diciendo. Por ejemplo, el otro día fui a la cafetería y según yo había pedido un sandwich ¿Pero sabes qué me dieron? ¡UNA PUTA BANANA!—

Y ahí fue cuando XiaoJun ahora si se echó a carcajear a viva voz. Dejando hipnotizado al pelinegro unos segundos. Ya que había pasado un largo tiempo desde la última vez que lo escuchó reír de esa forma.

—¡Ay por Dios, perdón!—Dijo, tapandose con una mano la boca para evitar que salieran más risas.—Quiero sentir lástima por ti pero te juro que me hizo mucha gracia ¡Lo siento!—

—Nah, no te disculpes. Ya mucha gente me tiene lástima.—Respondió haciendose el sufrido y limpiandose una lagrima insivible para luego golpearse el pecho con sentimiento, cosa que hizo que Jun volviera a reír con más ganas.

—¡KunHang, ya no me hagas reír! Me veo horrible.—Las risillas seguían saliendo libremente de su boca, a lo que el más alto respondió sonriendo con ternura ante aquella acción.

—¿Pero qué dices Junnie? Sí tu risa es hermosa al igual que tú.—

XiaoJun dejó de reír automaticamente. Mirando ahora al pelinegro que seguía sonriendole como idiota.

Un fuerte sonrojo seguido de una timida sonrisa hicieron acto de presencia en su rostro.

Sí que había extrañado a ese bobo.

Sin embargo... ninguno de los dos se habían percato de la presencia de un tercero que los miraba detenidamente desde el otro lado del pasillo.

—¿Pero qué mierda?—Musitó Taeyong al ver como KunHang tomaba la mochila de XiaoJun para luego ambos irse caminando en la misma dirección.—¿Ese no es el novio de Chittaphon?—


🌸🌸🌸

Mientras tanto en un lugar muy lejano...

No, mentira. En el patio.

SiCheng y Kun comían tranquilamente sentados en uno de los peldaños de las gradas que poseía la cancha de futbol, mientras se entretenían viendo como Hansol y Yuta peleaban por vigésima vez en el día.

¿Crees que cuando se hagan novios dejaran de pelear?—Preguntó Qian sin dejar de observar a la no-pareja en cuestión.

Sicheng masticó una de sus papas a la vez que ponía un dedo en sus labios, señal de que estaba pensando.

—Mmm no.—Respondió a los pocos segundos, metiendose otra papa a la boca.—Incluso creo que después pelearán el triple—

Kun hizo cara de sufrimiento.

—Aishhh olvidaba que Yuta era otaku—

Y el menor sólo asintió, dandole la razón con eso.

—Ay ya me aburrí ¿Qué tal si vamos a hacer otra cosa?—

—¿Cosas como la que estoy pensando en estos momentos?—Kun puso cara como el emoji de lunita a la vez que subía y bajaba las cejas, ganandose un golpe por parte de Sicheng quien casi se ahoga de la risa.

—Esta bien.—

El mayor abrió los ojos como platos.

—¿Qué?

—Vamos a ir a leer la biblia en el baño—Dijo como si nada SiCheng, guiñandole un ojo.—¡Te espero!—

Y con eso, se paró y se fue. Dejando a un Kun todavía shockeado.

—¡AY DIOSITO, ESTE ES MI DIA DE SUERTE!—

Club de pasivas ↪ [NCT]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora