Capítulo 11 [1/2]

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Chat

Ten: Hey gringo

Ten: te dejaron?

Johnny: tuve que suplicarle 40 minutos más a mi jefa y pedirle ayuda a mi papá, pero al final lo logre así que si

Johnny: hay festichola está night

Ten: Wuuuuu /0/

Ten: Iré a ayudarte con las cosas dentro de un rato así que espérame

Ten: puede ir Yuta?

Ten: quiere ayudar también 😩

Johnny: claro

Johnny: pero nada de conversaciones referentes al TaeSol

Ten: Taesol? 😕

Johnny: me da pereza escribir "Taeyong y Hansol"

Ten: vagooooo

Johnny: nenaaaa

🌸

Ya en la casa de Choni oppar...

—Y entonces vi a la profesora Yoon mamandosela a... —

—¡Que les dije sobre chismosear aquí!—Refutó el alto, terminando de colocar los últimos envases de refresco de naranja en la nevera.

Desde que los otros dos especímenes pisaron su casa que no dejaron de hablar sobre cosas extrañas y sucesos ocurridos en la escuela. No es que no le gustaran los chismes, todo lo contrario, pero el nivel de Chittaphon y Yuta sobrepasaba galaxias, si fuera la primera vez que los escuchara hablar de seguro pensaría que estaban dentro de algún grupo de espías pertenecientes al FBI o algo por el estilo, y es que no exageraba cuando decía que a aquellos chicos no se les escapaba nada de las manos. Nada de nada.

—¡Usted dijo que no habláramos del TaeSol, no de chismes!—Chittaphon le sonrió arrogante y Yuta río ante la expresión que había puesto, porque sí, era verdad. Nunca habló nada de chismes, y ahora se reprendia mentalmente por ello... y por haber dejado que le ayudaran.

—Bueno, pero traten de hablar despacio al menos... —

—No, ya nos aburrimos—Johnny volvió a girarse para mirarlo con una ceja alzada en señal de confusión ante el repentino cambio. El pelinegro sólo se encogió de hombros, extendiéndole a Yuta el último plato húmedo que debía secar.—Creo que ya está todo—

—Si, pienso lo mismo—Dijo echándole un vistazo rápido al interior del refrigerador antes de cerrarlo—Fue rápido... ¿Qué hora es?—

—No creo que haya sido tan rápido, son las ocho y media—El alto miró a Yuta con los ojos abiertos como platos.

—¡Pero si ustedes llegaron a las cuatro! Entonces... ¿¡Estuvimos limpiando y ordenando por cinco horas!?—Los otros dos asintieron como si nada—¡Dios! Ni siquiera me bañe todavía y va a venir Mark y... —El timbre de la puerta comenzó a sonar con su típica melodía de siempre—¡Ah, matenme!—Corrió escaleras arriba, gritando en su paso que no tardía tanto.

Club de pasivas ↪ [NCT]Where stories live. Discover now