»1: Mejillas Sonrojadas«

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Me encontraba en mi coche nuevo. Era de color negro y muy juvenil. Tarareaba una canción Into You de Ariana Grande. Una llamada de Valentina entró a mi celular; lo tomé y acepté la llamada, poniéndola en altavoz.

-Hola, chica. -Me saludó una alegre Valentina.

-Hola, Valu. ¿Qué pasó? -Me detuve al ver un semáforo en rojo.

-Sucede que me encuentro muy feliz por iniciar nuestro último año de carrera. -Reí ante su alegría.- No puedo creer que los tres años ya han paso; y algunas cosas no cambian.

-¿Ah si? ¿Cómo cuáles? -Sonreí.- ¿Cómo que Michael Ronda aún te vuelve loca?

Ella bufó y luego fingió un lloriqueo.

-Lo es. -Reí y luego avance al ver el cambio del semáforo.- Pero no tienes derecho a decirme eso, por lo menos yo le hablé.

-Bueno, bueno. -Rodé los ojos.- Pero sólo porque le tumbaste sus libros y su celular. Perdí la cuenta de las veces su le pediste perdón.

-¡Basta! Era una buena excusa, él es tan lindo. -Suspiró de amor.- No sé como puede ser el mejor amigo de Agustín Bernasconi. Él si es un patán. -Hice una mueca.- ¡Lo peor es que tú estás igual de enamorada que todas las demás zorras de él!

-Ya llegué, hablamos luego ¡Bye!

-Carol... -Y colgué.

Si, estaba enamorada de Agustín. El imbécil más guapo de nuestra universidad.

Agustín no era tan mujeriego. Si, a veces se acostaba con la primera falda corta que le pasaba por en frente. Pero él no era de ilusionarlas. No les decía frases bonitas, ni les coqueteaba. Él solo utilizaba su indiferencia para tenerlas a todas las chicas a sus pies.

Incluida yo.

Agustín me comenzó a gustar en el segundo año de carrera. Nos tocó un trabajo en equipo y jamás intentó sobrepasarse conmigo. No me coqueteó o intentó besarme como en otras novelas de amor. Aunque me hubiese gustado que lo hiciese.

De hecho, se comportó como un caballero, fue muy amable y lindo conmigo durante esas dos semanas. Me hacía reír mucho; pero solo bastó eso para tenerme enamorada de él durante estos años.

Después de terminar el trabajo, no volvió a hablarme. Y me di cuenta que así le hacía siempre con todas las chicas o chicos con quienes les tocaba trabajar.
Lloré por una semana porque pensé que de verdad habíamos sido amigos. Luego Valentina me contó que solo Michael y Julian eran sus verdaderos amigos. Que nunca tenía o charlaba con más personas que con ellos.

Así que solo había sido una muy breve historia en la vida de Agustín Bernasconi. Y él para mi seguía siendo una historia de desamor.

En fin, conozco a Valentina desde hace 7 años, en preparatoria. Ha sido mi mejor amiga y confidente desde entonces.

Estacioné el auto y me bajé. Iba a cruzar la calle del estacionamiento y una moto casi me atropella. Dios, no es cierto.

Él se detuvo en frente de mí y se quitó el casco. Dejándome ver su cabello castaño pero sedoso; sus bonitos ojos avellana y esos labios por los cuales moría por besar y morder.

Sonrió de manera burlona. Es tan guapo y caliente.

-¿Qué pasó, Kope? ¿Tus lentes ya no te dejan ver? -Se acordaba de mi apellido. Mi garganta se quedó seca. Su voz tan profunda y ronca había cambiado un poco.

-Yo... No... Perdón, no te ví. -Bajé la vista avergonzada. Él rió de manera dulce y tomó mi mentón.

Me estaba tocando, me estaba tocando y hablando...

-¿Sabes? Extrañaba ver tus mejillas sonrojadas. -Rió y me hizo mirarlo a los ojos.- Ten mas cuidado, Caro. -Me guiñó un ojo y volvió a colocarse su casco.- Nos vemos.

Arrancó de nuevo su moto y se fue. Me quedé atónita unos momentos por su manera de decirme las cosas. Tan tierno como siempre. Y sólo conmigo. O eso creía y rezaba porque fuera así.

Agustín y sus amigos estudiaban ingeniería en el otro edificio. Pero algunas clases de nosotros estaban revueltas y nos tocaba con ellos o también con los que estudiaban medicina. Estos tres años me tocó solo dos clases con él. El primer y segundo año. El año pasado él no tomó ninguna clase conmigo y eso me entristeció un poco.

Esperaba que hoy me tocaran clases con él, quería hablarle y hacerme su amiga. O más que eso.

-¡Carolina! -Valentina me sacó de mi trance y comencé a buscarla con la vista. Ella llegó a mi lado y me abrazó.- ¿Qué hacías hablando con Agustín? -Preguntó con una sonrisa pícara y reí.

-Casi me atropella porque no me fije para los lados. -Sonreí y me mordí el labio.- Se acuerda de mí, me ha dicho que extrañaba mis mejillas sonrojadas y que me cuidase.

Valentina sonrió y dio un pequeño grito.

-Me alegra, pero ya es tarde. Hay que entrar tonta.

Asentí y ambas corrimos hacia el salón.

Por suerte la o el maestro aún no llegaba. Nos sentamos en los bancos de en medio.

-Caro. -Susurró Valen y la miré.- ¿Hoy vas a ir al nuevo bar a cantar?

Llevaba dos años cantando en un bar antiguo. Me gustaba cantar y necesitaba un trabajo para seguir pagando mis estudios, mi coche y mi departamento; que pronto sería de Valu y mío. El empleo me lo ofreció un viejo amigo de mi madre así que acepté.

Me daba vergüenza que alguien de la universidad me reconociera y se burlara de mí. Así que cree, con ayuda de Valen, a Lina.

Me maquillo, me arreglo y me coloco una peluca morada. Me pongo a cantar algunos cover's que, según Valentina, la gente adora. El nombre artístico de Lina lo saqué de las cuatro últimas letras de mi nombre.

Hace dos semanas se abrió un nuevo bar, por el jefe del antiguo bar donde trabajo. Me ha pedido que sea yo quien le dé inauguración, pues el nombre del bar es LINA'S HOUSE. Así que eso voy a hacer yo quien dé la bienvenida a las personas.

-Si, Valen, voy a ir.

Iniciamooooooos. Trataré de subir los viernes. Espero su apoyo, gracias.✨

- A.A.M. -🌼♥

Lina • Aguslina.Where stories live. Discover now