»16. El cielo«

3.5K 247 62
                                    

+15. Contenido sexual. Se lee bajo su responsabilidad.😊

💖Especial de 400 seguidores.💖

Agustín.

No puedo parar. No quiero parar.

Desde hace años quería tener así de cerca a Carolina, sentir sus labios contra los míos, su cuerpo emanando calor hacia el mío, su corazón latiendo rápido y fuerte como el mío.
No quiero dañarla, pero mi auto control se fue al carajo cuando ella me confesó que también me deseaba.

Sé que por dentro es una chica fuerte y valiente, pero tiene miedo de algo, pero oculta algo.

Y esa razón es tan fuerte que ella se oculta bajo esa ropa holgada y sus lentes. Me sorprendió tanto verla sin ellos en está fiesta y metida en ese vestido color vino ajustado, remarcando cada curva de su precioso cuerpo.

No puedo seguir ocultando ese sentimiento de atracción hacia ella, por eso he terminado con Malena. Ella no es mala, la conozco, pero su careta es así porque es una persona frágil y débil, ella está herida y sé que yo no podría recomponerla porque no la amo. Porque sus besos no me causan lo que los besos de Carolina Kopelioff me causan.

Carolina pasa su manos por mi cuello y yo la sujeto de sus caderas, incitándola a subirse sobre mí. Ella da un pequeño salto, enredando sus definidas piernas alrededor de mí cintura y la tomo de sus muslos descubiertos para sujetarla, nuestras partes intimas hacen contacto y me hace gruñir, ella suelta un leve gemido.

La llevo a la cama y la acuesto lentamente sobre esta, me alejo de sus labios para poder tomar aire y quitarme por completo la camisa. La observo y noto sus mejillas encendidas, sus ojos están dilatados, sus labios se ven hinchados y mi camiseta ahora está un poco enrollada por sus caderas, dejándome ver una linda ropa interior negra. Me muerdo el labio inferior.

Me encanta verla así por mí.

Me coloco de nuevo sobre su pequeño cuerpo y vuelvo a besarla con pasión, con amor, con deseo. Dejo sus labios un momento y comienzo a bajar mis labios por su cuello, levanto la camiseta y se la quito por fin, dejándome ver sus bonitos pechos sujetados por un sostén del mismo estilo y color de su ropa interior.
Mi cuerpo reacciona inmediatamente a ella como cuando se encontraba balanceando sus caderas en aquella pista, bailando sólo para mí. Por consecuencia, suelta un gemido al sentirlo.

-Agustín... -Me está volviendo completamente loco y muero por hacerla mía, pero no será esta noche. Quiero que este completamente sobria y me pida que lo haga, que la haga mía, que lo disfrute así como yo.- Por favor...

Meto mis manos por su espalda para desabrochar su sujetador, liberando sus pechos, ella gime y yo me inclino para besar su pecho derecho, notando un lindo lunar un poco arriba de su pezón erecto. Sonrió.

-¿Qué deseas, Kope? -Continuó lamiendo y besando sus pechos por turnos, mientras bajo mi mano lentamente hacia su zona más tentadora y prohibida y ella me toca el pecho; me coloco a su lado y me sostengo sobre mi brazo libre para observarla. Al tocarla sobre su ropa, siento rápidamente lo mojada que está y me hace gruñir, mi amigo se sacude por estar dentro de ella, penetrarla duramente.- ¿Quieres que te... Haga mía?

Ella gime y asiente.- Si...

-Si... ¿qué?-Gime cuando comienzo a quitar su última prenda, ella me ayuda a quitarla por completo. La miro a los ojos.

-Si quiero que me hagas tuya. -La beso llevo mi mano a su intimidad y da un respingo cuando lo siente, suelta un gemido ahogado y me alejo de ella, observando sus gestos y sonidos.- Oh mi Dios...

Introduzco un dedo en su zona y entonces siento una ola de celos e ira me llegan al pecho, pues es cuando me doy cuenta de que Carolina no es virgen. Ella ya se ha acostado con otro.

Y me da coraje, quiero preguntarle quien fue, quien la hizo sentir igual que yo le estoy haciendo sentir. Soy posesivo y me molesta que yo no haya sido en primero. Aunque con mucha esperanza, quiero ser el mejor y el último.

-¿Alguien más te ha hecho sentir como yo? -Suelto la pregunta sin poder retenerla más, la miró buscando sus ojos pero estos están cerrados. Aumento las embestidas de mi dedo, a la vez, que introduzco otro más.

-Por Dios, ¡Agustín! -Su cuerpo se agita, veo las perlas de sudor bajar por su frente y cuerpo.

-Contestame, Carolina. Me está matando el hecho de no ser el primero, de pensar en que otro hombre te ha tocado. -Ella gime y hace lo que menos esperaba... Lleva su pequeña mano a mi bulto, lo masajea y aprieta sobre mi bóxer haciéndome gruñir y detener las embestidas de mis dedos, ella se queja y abre sus ojos para mirarme.

-Nadie me ha hecho sentir lo que tú, Agustin, eso es pasado y quiero que seas solo tú el que me toque, me abrace, me besé y... -Se levanto para acercar su rostro al mío, moviendo su mano hacia adentro de mi bóxer y tocando mi piel más sensible, gemí.- Que me haga suya

En cuestión de un abrir y cerrar de ojos, Carolina me hizo girar para ella quedar encima de mí y besarme con pasión. Me separé de ella unos segundos.

-Tampoco nadie me ha hecho sentir lo que tú, Kopelioff.

Ella sonrió y comenzó a besar mi mandíbula, cuello y pecho, descendiendo hasta llegar a en elástico de mi bóxer, sus finos dedos lo tomaron y comenzaron a bajar, liberando a mi adolorida erección. Ella gimió de sorpresa al verla. La tomé de la cintura e hice que diéramos la vuelta, quedando yo encima de ella nuevamente, coloqué mis manos al lado de su rostro.

-¿Sorprendida, bonita? -Me miró a los ojos y ví un brillo demasiado bonito en ellos.- Eres tan preciosa...

Besándola nuevamente me restregué contra ella sin penetrarla, ambos soltamos un gemido de satisfacción, de que nuestras pieles estuvieran en un maravilloso contacto.

-Agustín...

Me moví contra ella, como si estuviese penetrándola, dándonos placer pero no al cien. Bajé mis labios a los suyos, besándola mientras fingía hacerla mía, mientras me imaginaba hacerla mía en millones de escenarios.

-Joder, Carolina... -Murmuré cuando sentí el orgasmo arrasarnos. Ella gritó mi nombre y eso me hizo llegar a mi también. Sentí el cielo a pesar de que no tuvimos sexo directo, no queria imaginar lo que sería realmente hacerlo.

Limpiándola con una toalla cerca de mi buró, me acosté y tape su cansado y bello cuerpo con las sábanas de mi cama. Ella se acurrucó en mi pecho, causándome una alegría inmensa, un sentimiento... Raro pero que agradaba, que me hacia sentir bien.

Me encantas, Carolina Kopelioff

-Me encantas, Kope. -Murmuré, sin pensarlo. Ella levantó su cabeza de mi pecho para mirarme, pude ver la sorpresa en sus ojos, pero lo que me dijo me hizo sonreír como tonto enamorado.

Enamorado.

-Tú también me encantas, Bernasconi.

Estoy agotada. De escribir, quiero aclarar🌚 Disfrutenlo angelitos perversos, lo tienen ganado porque hemos llegado a los 400 seguidores😭💕

LAS AMO LAS AMO LAS AMOOOOO😭💕 GRACIAAAAAAAAAS💛

- Anhel.🌻

Lina • Aguslina.Nơi câu chuyện tồn tại. Hãy khám phá bây giờ