»21. ¿Hermanas?«

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Llegamos a la fiesta y pude percibir a las personas del equipo (y otras chicas) en la pista de baile. Otros se veían muy borrachos, y unos pocos estaban en el sillón hablando animadamente. Era una casa de algunos de los chicos del equipo y era gigante, pero muy bonita.

A lo lejos, en la pista, ví a nuestros amigos bailando al ritmo de la canción de Stay de Zedd. Fuimos a la barra para tomar unos vasos llenos de alcohol con hielo.

Tomé un sorbo y el alcohol quemó mi garganta, haciéndome hacer gestos y caras raras, Agustín se rió.

-Creo que esto te supo fuerte. -Me reí un poco avergonzada.- No quiero que tomes, Carolina, me vuelves loco cuando lo haces.

Su voz se tornó grave y me miró fijamente. Él solo llevaba un vaso de agua de sabor, creo. Me tomó de la cintura y me acercó a su cuerpo.
De repente me perdí en sus bellos ojos cafés, estaba jodidamente enamorada de este hombre. Moría por dicerlo cuanto le amo, pero no quería alejarlo. No ahora que él me quería a mí.

-Besame.

Aquello sonó más como un ruego pero él no se hizo de rogar, cumplió lo que le pedí y de una apasionada manera.

Sus labios se sentían un poco suaves y fríos por el hielo, también se degustaba el sabor del alcohol de mi boca.

Metió su lengua a mi boca para buscar mi lengua, ambos comenzamos a hacer una batalla entre ellas, haciendo sentir en cielo. Estaba obsesionada con la maravilla de boca que tiene. Sus manos aún seguían juntas en mi cintura apretandome contra su cuerpo, las mías se había cerrado sobre su cuello para hacer más intenso el beso. De pronto mi cuerpo se sentía con mucho fuego, quería y necesitaba más.

Quería sentir su cuerpo de nuevo contra el mío.

Ambos nos separamos por falta de aire. Nuestras respiraciones estaban muy aceleradas, y aún así sonreímos complacidos.

-Te gusta tentarme. -Le guiñé un ojo y deposité otro beso, pero este corto, en sus labios.

-Si, la verdad es que sí.

-Heeeey, si vinieron.

Julián y los demás llegaron hasta nosotros. Las chicas aún estaban con la misma playera. Les sonreí, Agustín tomó mi mano y sonrió.

-Me alegra que hayas aparecido, Kope. Agustín estaba muy deprimido. -me comentó Oriana divertida.

Miré a Agustín y él miraba a Oriana con desaprobación. Me pegué a él, abrazándole por la cintura y dando un beso en su hombro, el brazo de Agustín se sujetó a mi cintura.

-Gracias, Ori. -Agustín rodó los ojos y los demás nos reímos.

-Bueno, bueno; vamos a bailar.

Nos animó Valentina y los demás dimos un grito de alegría y comenzamos a caminar hacia la pista de baile.

Cuando íbamos llegando, la mano que sujetaba a Agustín se detuvo, haciéndome detener a mí también. Un poco confundida, giré mi rostro hasta ver a una pelinegra que me asesinaba con la mirada.

-Así que es cierto. -Gruñó y yo me protegí detrás de Agustín, sujetando aún su mano y con la otra mano, su brazo.- Estás con la perra nerd.

Defiendete, Carolina, dile algo.

-¿A ti qué te importa, Malena? Dejale en paz y no vuelvas a llamarla así.

Las personas comenzaban a juntarse a nuestro alrededor, hasta nuestros amigos estaban ahí. Valu y Oriana estaban listas para lanzarse sobre Malena.

Lina • Aguslina.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora