»18. El Partido II«

2.7K 224 48
                                    

Llegamos a los vestidores y... Dios Mío, que llamen a los bomberos que me estoy quemando.
Literalmente, las tres suspiramos cuando entramos a los vestidores de hombres... Medio desnudos. La mayoría estaban sin camiseta, con su torso y pecho descubierto, y con una toalla que se sujetaba a sus caderas dejando algo a la imaginación.

-Espero que sea sorpresa lo que veo en sus rostros y no excitación. -La voz seria de Julián nos hizo dar un respingo y hacernos mirar hacia su dirección.
Y otra vez, las tres jadeamos.

El trío de chicos estaban en las mismas condiciones, con su pecho y torso descubierto, la toalla y su cabello se veía húmedo. Estaban de brazos cruzados y con una cara... Bueno, se veían un poquito celosos. O mucho.

Miré a Agustín a los ojos y pude darme cuenta que me miraba fijamente y serio. Deslizando mis ojos descaradamente hacia su torso, ví aquel tatuaje de una rosa muy bonita y de color rojo, esa que toqué hace dos semanas.

-Tenían que esperar afuera, no entrar a vestidores. -Siguió Mike. Me di cuenta que aún estábamos paradas ahí sin hacer nada. Los tres voltearon hacia atrás de nosotras.

-¿Se les perdió algo? Vayan a cambiarse, imbéciles. -Me sorprendió la manera en que Agustín espantó a dos chicos que supongo nos estaban mirando. Ellos se acercaron a nosotros y nos llevaron a su... ¿Vestidor personal? Wow, sorprendente.

Claro está que Agustín me llevó consigo, tomados de la mano, a lo que mis mejillas se enrojecieron. Eso y por las miradas lascivas de los tipos; creo que Agustín se dio cuenta, pues se puso detrás de mí, con sus manos en mi cintura y empujándole levemente. Al llegar a un pequeño, muy pequeño, vestidor, cerro la puertesita y se giró hacia mí.

-Me encanta como te queda esa playera con mi apellido y número. -Se cruzó de brazos y me sonrió coquetamente. Solté una risita nerviosa.- Creo que podría acostumbrarme a verte así siempre.

-Gracias. -Fijé mi vista en su uniforme que estaba colgado sobre un gancho en la pared. Comencé a tocarlo y Agustín me abrazó por detrás.- Me encanta como te queda tu uniforme.

-Mmm... -Comenzó a besar mi cuello.- ¿Sólo eso te encanta?

-Agus... Aquí no, debes alistarte para ir a jugar. -Me giré para verle a los ojos y juro que se veía más guapo e inocente.- Eres tan guapo.

Las palabras abandonaron mi boca sin ser procesadas por mi cerebro y haciéndolo sonreír ampliamente.

-Me gustas muchísimo, Kopelioff. -El calor llegó a mis mejillas.- Eres preciosa en todos los sentidos, tengo miedo de perderte y me pone muy celoso que otros chicos te miren tu bonito cuerpo. -Gemí cuando sentí sus manos en mi trasero.- Quiero oficialmente que seas mía, Kope. Así que... ¿Te gustaría ser novia de esté imbécil posesivo?

Jadee y sentí un nudo en mi garganta. Quería llorar de tristeza, de emoción, de todo.

Mi amor platónico de hace cuatro años me ha propuesto ser su novia. Me ha dicho que le gusto. Me ha besado. Y más.

-Si, Agustín... ¡Si quiero! -Él sonrió y suspiró de alivio. Me abalancé a abrazarlo y él me elevó un poco del suelo. Me separé de él, tomé su rostro entre mis manos y sin más, lo besé.

-Te quiero, bonita. -Soltó al separarnos causando una sonrisa de mi parte. Me bajó al suelo y volví a besarle pero cortamente.

-Te quiero, guapo. -Él rió y volvió a besarme.

Luego de un laaaaargo rato de besos y abrazos, e insinuaciones por parte de Agustín. Salí de su vestidor, ya que el entrenador Johnson lo había apresurado. Salí con la cara roja de vergüenza, no es nada bonito que te encuentren besándote con tu... Novio.
Mi novio.

Tengo que contarle a las chicas, ya.

Llegué a las bancas para encontrarme con las chicas igual de emocionadas.
Oriana fue la primera en hablarme.

-¿Pero tú dónde estabas? -Reí.

-Con mi novio. -Sonreí orgullosa y ellas sonrieron mega emocionadas.

-¡Dios Santo! ¿Es verdad? ¿Ya te lo ha pedido? -Gritaron ambas y asentí. Me abrazaron.- Felicidades, Caro. Ojalá duren un milenio.

Les agradecí y ambas nos giramos cuando anunciaron que el partido ya iba a comenzar.
Durante todo el partido me sentía mega emocionada, a los chicos les estaba yendo súper bien. Llevaban 38 y los de la universidad Toronto llevaban solo 23.

Todo iba bien hasta que el partido finalizó, y recordé que debía irme. Obviamente los chicos ganaron, y comenzaron a correr los de nuestra universidad hacia la cancha para celebrarlos. Yo iba a correr pero una llamada de Chris, mi jefe, me detuvo. Valentina y Oriana me miraban confundidad y le hice una seña a Valu y ella entendió, asintió y jaló a Oriana hacia los ganadores mientras le explicaba. Antes de bajarme de kas gradas busqué a Agustín con la mirada y lo ví, alegremente celebrando con sus amigos, pero luego comenzó a buscarme con la mirada cuando Valu y Oriana llegaron hasta Mike y Julián con un beso.

Eran las 10:00 y yo ya debía irme.

Tragándome el nudo que tenía en mi garganta salí disparada hacia Lina's House, me monté en mi coche y lo encendí, comencé a manejar hacia mi destino, pero mi teléfono comenzó a sonar.

Agustín.

No quería contestarle, pero sería muy horrible de mi parte hacerle eso cuando apenas hace unas horas nos hicimos novios.
Tomé una profunda respiración y le contesté, con cuidado de no cometer un accidente.

-¿Si?

-¡Carolina! ¿Dónde carajos estás? -Tragué saliva e intenté contestarle, pero él me interrumpió de nuevo.- Gano el partido y lo primero que quiero hacer es abrazar, besar a mi novia y que ella me felicite...

MI novia...

-Lo sé, cariño y lo lamento, te lo juro que te lo voy a recompensar, pero olvidé que mi mamá me visitaba hoy en la noche y por eso... -Mentirosa, mentirosa, mentirosa.

-Pff, entiendo, Kope... -Su voz se escucha tan... Triste y me duele.- Creo que nos veremos hasta el lunes.

-No, no, ¿podemos hacerlo mañana? Jugaste muy bien, cariño, y quiero recompensarte mañana. -Él suspiró.

-¿Y tú mamá? ¿Acaso quieres que ya la conozca? -Sonreí porque lo escuché hablar divertido. Aunque le estaba mintiendo.- Vale, ¿mañana paso por ti?

-Si, si. Te quiero un montón, cariño.

-Y yo a ti, bonita. Debo irme. Cuidate mucho. -Y colgó. La presión en mi pecho seguía ahí, pero aún así traté de calmarme.

Al llegar al bar, dejé mi coche un poco lejos del lugar. Bajé mi bolsa con la peluca y vestido, con mucho cuidado. Iba a entrar por la puerta trasera, no podía arriegarme a que Malena u otra persona me viese, cuando iba a entrar a el bar, mi bolsa se cayó.

-Mierda. -Me agaché para recorgerla, pero una voz me hizo congelarme en mi lugar, queriendo que me tragara la tierra.

-¿Carolina? ¿Qué estás haciendo aquí?

Dios, bendiceme.

Comenten, yo las leo siempre, angelitos💛💛

- Anhel🌻

Lina • Aguslina.Where stories live. Discover now