《Daddy's Pray》KOOKV ~ CORRIGIENDO.~

Dieciocho.

PD: Disfruten <3

Se removió en su lugar, exhalando grandemente ante su comodidad.

No acabó de abrir sus ojos, pero sabía que debía levantarse a arreglar todo para su regreso a casa. Podía escuchar las voces de los demás fuera, cosa que le indicaba que debían ser como las 7 u 8.

Abrió los ojos con lentitud, observando el pecho del cuerpo ajeno subir y bajar con serenidad. Sonrió ante la imagen. Jungkook dormido lucía como un ángel, con su cabello todo despeinado, el ceño relajado y la boca abierta. Quiso reír cuando noto que de una de sus comisuras brotaba saliva, pero se forzó a hacer una simple sonrisa. Acarició el pecho del azabache, recostando su cabeza en este para escuchar el latir corazón.

Sí, definitivamente no quería levantarse de allí.

Se estiró suavemente, para con toda la delicadeza del mundo, levantarse de la cama. No sin antes plantar un fugaz beso en la mejilla de Jungkook.

Se maldijo internamente cuando sintió una punzada en su zona trasera, y rodó los ojos mientras acomodaba sus cabellos hacia atrás. "En definitiva no podré cagar tranquilo por unos cuantos días", Pensó.

Se dirigió al baño para darse un fugaz baño, debía pasar buscando su desayuno por donde Jimin. Suspiró al recordar a su mejor amigo, se supone iban a dormir juntos. Se sintió apenado al pensar que quizá su mejor amigo los escuchó o algo así. Negó, abandonando esos pensamientos. De seguro Jimin había dormido con el chico callado del autobús.

Sonrió. Sabía, incluso sin ser Jimin, que a este último le atraía el de hebras azules. Y en el fondo de su corazón deseaba que fuese así, porque no quería pensar que su mejor amigo sufría por su causa.

"Amor", Pensó, tensándose en su lugar. Era un sentimiento tan complicado, tan pesado y culposo, pero sobre todas las cosas, doloroso. Fijó sus ojos en las baldosas azules, acariciando sus brazos con suavidad para sacar los residuos de jabón. Suspiró.

La noche había sido increíble. Nunca en su vida había pensado que se iba a entregar a alguien, luego de todo lo que había pasado. Y eso era lo que le daba miedo, se había entregado a alguien.

Se había entregado a Jungkook.

Le había entregado su corazón y razón, acompañado de sus más grandes inseguridades, y sentía miedo de que él no sintiese lo que él sentía. Sacudió la cabeza con fuerza. ¿Qué demonios sentía? Para comenzar por allí. Ellos era solo amigos, "Follamigos", no debían sentir nada el uno por el otro.

Y por primera vez, Taehyung tuvo un miedo nuevo, uno distinto a los anteriores.

Sintió miedo de perderle, y nunca volver a sentir su corazón lleno.

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-¿Sucede algo, Jiminnie?.- Preguntó suavemente el de hebras azules, viendo a Jimin tirar de la sábana.

-¿Crees que ellos hayan...

-¿Por qué piensas eso?

-Jungkook nunca volvió a su cuarto, ni Taehyung vino a buscarme tampoco.- Respondió, alzando la vista para encontrarse con los oscuros y rasgados ojos del contrario observándole, con un brillo particularmente hermoso.

-No porque hayan compartido la habitación quiere decir que tiraron, tú y yo la compartimos, y no pasamos de chismear como viejas fumonas.- Recibió un pequeño golpe del contrario, seguido de su risa que para Yoongi, era como música.

-No exageres, solo hablamos de algunas personas sospechosas durante unos 20 minutos y luego pasamos a cosas triviales.

-Claro, de 30 minutos despiertos, 20 fueron chismes.- Respondió con una sonrisa, observando con reto al rubio, quien rió creando tiernas arruguitas en sus ojos.