Cincuenta y cinco.

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PD: Disfruten <3


Tres días antes.

¿Había Taehyung escuchado bien?

¿Acaso de nuevo su maldito subconsciente le estaba jugando otra cruel broma?

¿O quizás...


-Orden a Jeon Jungkook , hotel Leevillage, dos bolsas de panecillos.- Repitió el panadero a Jae, quien asentía, mientras tomaba la bolsa café entre sus manos, confirmando las sospechas de Taehyung.

Se quedó de pie, observando como el chico de cabellos castaños se iba con la orden, la cual posiblemente fuera para el amor de su vida.

¿Qué debía hacer?

¿Debía correr tras él, arrancarle la bolsa y dársela él?


-Kim Taehyung.- Reaccionó cuando su jefe le llamó una segunda vez, viéndolo con confusión. Asintió, prestándole atención.- Ya es hora de tu descanso.


¿Era esa una señal divina?

Y si no lo era, le importaba un comino. Asintió, tomando su bolso, para correr tras JaeBum, en busca del dichoso hotel donde vio a aquella rubia de cabellos cortos y rubios.


Mientras más se acercaba a su destino, más ardía su corazón, más temblaban sus piernas, más dolía su cabeza.


¿Debía doler su cabeza?


Corrió por las escaleras, subiendo a toda marcha, cayendo en uno de los peldaños al enredar sus pies, sólo para levantarse de nuevo y seguir corriendo. Ya luego se preocuparía por sus heridas externas.


"Kim Taehyung" Dios, su voz, necesitaba escuchar su voz al decir su nombre completo, con esa sensualidad, esa sencillez.


Ese amor.


Llegó al piso, apoyando sus manos en sus rodillas, intentando regularizar su respiración para hacer el menor ruido posible.


-Pedido a Jeon Jungkook.- Escuchó en el pasillo, abriendo la puerta de las escaleras, para acercarse a donde provenía aquella voz conocida.


-Soy yo.- Se quedó como de piedra, deteniéndose en seco al escuchar aquella voz. Era él.


Se recostó en la pared, inhalando y exhalando con lentitud, cerrando sus ojos.

No debía llorar, no ahora.


Con cuidado, se asomó por la pared, observando el marco de la puerta color blanco, la espalda uniformada de JaeBum, y aquel perfil pálido, de azabaches cabellos.


Las lágrimas brotaron sin remedio por sus ojos, no comprendía porqué, sólo lloraba. Tal vez porque nunca esperó, que de nuevo estaría allí, viendo al amor de su vida, a aquel hermoso chico de tez pálida, con una simple camisa color gris.

-Aquí tiene.- Observó cómo JaeBum entregaba la bolsa a Jungkook.- Esperamos disfrute la comida, por favor, esperamos vuelva a comprar con nosotros.- Una leve reverencia por su parte.

《Daddy's Pray》KOOKV ~ CORRIGIENDO.~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora