7. Mi bonita

121K 8.1K 4.3K
                                    





"Recordar de cómo hacíamos de cada noche un día. De cada cama una vida" D



Dulce

El silencio embarga nuestro pequeño espacio paralizándonos el corazón. Lo miro fijamente y solo veo en sus ojos dolor... El dolor de no poder soñar con algo que ambos deseamos con todas nuestras fuerzas: Un pequeño milagro.

Durante muchos años soñé con ser mamá y cuando lo conocí era algo que no quería dejar pasar. "Son muy jóvenes" —Decía mamá constantemente.

Lo conocí a los 16, nos casamos a los 18 y desde ese día lo intenté más de una vez. Solía esperarlo, juguetear con su cuerpo, follar sin parar sin ningún tipo de protección sin poder quedar embarazada.

Solía llorar cada vez que veía la prueba, él me consolaba y decía que sería poco a poco, pero nunca pasó... Llegué a obsesionarme, ver mil médicos, tratar con inseminación pero lo que obtuve fue grandes decepciones y un aborto espontáneo. Ví muchos psicólogos, pedí distintas opiniones y todos llegaban a la misma conclusión: Jamás podrás ser mamá.

Mi alma, mi vida y mi razón se desequilibraron... y simplemente él se cansó. Fueron 3 años... 3 agridulces años llenos de esperanza y lucha, pero no fueron suficientes para él, quizá para mí, para una pareja joven que tal vez se apresuró en todo y que no fue fuerte para superarlo.

—Es mejor la cruda verdad a mil años en engaño. —Solo digo y no me mira.

—¿Cómo puedes ser tan fría? —Voltea tenso— Vivimos un infierno y lo dices así... —Está enojado, lo sé. Sus ojos destellan frustración y no puedo hacer nada contra eso.

—¿Debería ser yo la afectada por ser la culpable? Así es la vida, Christopher. No me voy a poner a llorar siempre... Lo he superado.

—Suenas como si no te importara.... Como si...

—Un momento. —Lo miro con énfasis— Han pasado 5 años... El mismo tiempo que te conozco y viví una relación contigo la he pasado sola, ¿Cómo quieres que me importe? Parece que congelaste el tiempo, Miller. Me juzgas como si yo fuera la misma persona que un día conociste y no... No lo soy. Estoy hecha de hielo ahora y no hay lugar para ti ni para nadie en mi corazón.

Aclaro seria intentando mantenerme entera cuando sus ojos de avellana se posan con una especie extraña de arrepentimiento en mí. Mi mente da mil vueltas y pronto empiezo a hacerme mil preguntas, pero no... no debo hacerlas. Si lo hago, si le pido explicaciones volveré a caer en lo que tanto tiempo me costó superar, quizá mi mente confunda mis sentimientos y correré peligro... un peligro que no quiero ahora.

Amé más que a mi vida a este hombre...

Caí en el infierno cuando se fue... y la depresión me hundió tanto que hasta quise matarme, pero lo superé. Fui fuerte. Saqué todo el dolor para convertirlo en garra y hoy estoy aquí por una sola razón: Mis propios intereses. Y no debo olvidarlo, pero sí... tengo rabia, una rabia que se convirtió en odio hacia él.

—Dulce... —Suspira.

—No... —Respondo— No digas nada.

—Tengo tantas cosas que decirte... Solo dame esta oportunidad.

—Perdiste tus oportunidades, Christopher. No somos nada. Nunca seremos algo más, ¿No lo entiendes? Mírame, soy tan distinta a la chica de pueblo que conociste. Me gusta el dinero, el lujo, las joyas... el sexo sin control. No he sido solo tuya y jamás volveré a tocar la cocina, ¿Crees que podrás soportarlo?

Él calla, sus ojos se vuelven duros cuando me mira de nuevo. No es más que el mismo idiota de siempre jugando a ser diferente y no puedo. No puedo.

Corazón de Hielo ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora