63. Dispara

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"Algunas veces, el amor simplemente no es suficiente"


⚠️ Perdón por la demora, comentenme mucho que amo leerlas. Disfruten el capitulo.

           

Chris

Mi vida es una mierda, es todo.

Doy el último sorbo de whisky mientras miro el amanecer desde mi ventana. El cielo se aclara lentamente, dejando atrás la oscura noche, y solo siento que muero. Fue la mejor decisión —me digo—. No puedo ser tan egoísta. No puedo privarlas de un futuro de paz por mi culpa. Estoy manchado y no habrá vuelta atrás hasta que cobre venganza. Solo estoy protegiéndolas... porque lejos de mí estarán a salvo.

—¿Se fueron? —mantengo mi voz sin sentimientos.

—Así es —Juan aparece detrás de mí como una sombra—. El vuelo salió lleno. Todos los pasajeros abordaron menos tú. En algunas horas estarán en Noruega.

—Sabes lo que tienes que hacer —digo sin mirarlo, porque aún me concentro en el cielo.

—La casa está lista, Christopher. Y hombres de mi confianza van a cuidarlas. Tampoco les faltará dinero. Quédate tranquilo.

—Gracias —mi voz apenas es audible.

Entonces siento arder mi corazón como el fuego, porque veo una pequeña estrella aun brillando de día. Es pequeña y luminosa, tierna y sincera. Una estrella que alumbra el día. Un pedacito del cielo en mis ojos... y recuerdo a mi puntito rosa, mi niña. Saco de mi bolsillo su pequeña media y la abrazo con fuerza. Mi bebita estaría llorando ahora, porque despertaba a temprana hora, y yo estaría consolándola como todos los días. ¿Me extrañará? ¿Extrañará a su papi? Oh, cielos...

Me quiebro. Juan solo me mira.

En mi garganta ahogo la rabia e impotencia que siento por no poder controlar esto, por no haber acabado con Hilton a tiempo, por haberla dejado sola. Llorará perdida, extrañará mis canciones, mi olor, mi rostro. Está acostumbrada a que la pasee en las mañanas, a que le cambie los pañales, a que le bese la pancita. Perdón, chiquita. Papá solo quiere que te alejes... para que puedas crecer tranquila.

—Estarán bien, Chris. Hiciste lo mejor —Se sienta a mi costado—. Vamos a acabar con ellos y luego volverás a buscarlas.

—Dulce no va perdonarme —trago saliva—. La conozco.

—Va a hacerlo, eres su vida.

Niego con la cabeza.

—Es muy rencorosa... quizá como yo —me tenso—, pero ya no puedo más. Necesito ajustar cuentas con Hilton, con Gerardo y todo su séquito de malditos. Voy a acabar con ellos, Juan. Así tenga que dar mi vida por ello.

—Christopher...

—¿Sabes cuántas noches soñé que violaban a mi hija? —la idea aún me hace temblar— ¿Sabes cuántas noches soñé a mi madre? ¡No es un simple muerto! Es la razón que me trajo aquí ahora, el motivo por el cual me alejé de mi bonita. Si no sano no podré vivir tranquilo.

—Yo te entiendo, Christopher. Has sido muy fuerte al tomar esta decisión. Yo... también soy padre y... no podría alejarme así de mi hijo.

Asiento y limpio mis lágrimas.

—¿Qué sabemos de Hilton?

—Está en México y tengo información de Gerardo, también regresó a la ciudad.

—Justo en el blanco —me levanto— vamos ahora mismo, Juan. Quiero que llames a Ramiro y a toda su pandilla. Este será el último plan que ideemos para matarlo. Juro por mi vida que no fallaré. Esta vez no fallaré.

Corazón de Hielo ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora