51. Una estrella en el cielo

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"En los ojos están todas las verdades que la boca no puede decir"


Dulce

Está ahí... y me duele verlo.

Por más que intento volver a ser de hielo no puedo. Sus ojos me disparan, su cuerpo me envenena, su mirada me produce una sensación de muerte cuando lo enfrento.

Pero es lo correcto.

Y ya no hay marcha atrás.

Mis ojos se empañan al verlo acercarse. No... por favor. No más preguntas. La máscara dura que tengo guardada fluye como agua naciendo. Lo miro seca por fuera y débil por dentro intentando engañarlo una vez más. Me estoy rompiendo en pedazos pero es necesario,.

—Dulce... —Susurra con la voz quebrada. Me mira, rompo de nuevo. Empiezo a terminar de vestirme sin decirle más— Quiero una explicación. —Ahora dice con furia. Está enojado... muy enojado.

—Vete. —Digo casi ahogándome. Hay caos afuera. Se escuchan balas y gritos, pero no me importa.

—¿Irme? —Pregunta tenso— Jamás me he ido de tu lado, ¿Crees que puedo? —Mi pecho se infla mientras aguanto las asquerosas ganas de llorar.

—Está resuelto. —Pego mis labios enseguida y miro a Brando— Lo tienes en tus manos.

—¡No me interesa ese hijo de perra! —Toma mi muñeca y la aprieta— ¡Quiero una maldita explicación! Te fuiste, estuviste en el aereopuerto con otro y ahora... ahora... —Intenta seguir pero no puede.

Es mi momento.

—¿Qué quieres que te explique? —Levanto la cara como la gran perra que soy— ¿Que me acosté con este viejo? Pues sí... ¿Y qué? El chino me iba a pagar por esos documentos, de hecho ya lo hizo, y hoy se lo entregaré. Puedes matarlo tú primero, al final de cuentas es algo que ambos quieren.

Mi corazón se rompe cuando veo sus lágrimas explotar. No lo cree, no me cree.. y eso me antigua porque debe creerme. Se aferra a su corazón y yo al mio, pero no debo... no debo.

—Mentira. —Traga lágrimas— Tú me amas.... me lo dijiste.

No respondo, solo volteo fingiendo que voy a tomar mi cartera. Las malditas lágrimas amenazan mis ojos y siento que respiro aire lleno de vidrios rotos.

—¡No te vas a ir a ningún lado! —Grita, me pega a su pecho obligándome a mirar sus ojos— Dime.... que... es mentira. —Llora sobre mí y estoy destruída— Dime que te obligaron a hacerlo. Cielo... eres más que cualquier capricho, eres mi vida.

Mis ojos no lo soportan y lloro como una bastarda, entonces me abraza fuerte y siento que no quiero salir de sus brazos. El calor que me da es alimento para mi alma. Su olor me reconforta, me da brillo.... respiro este momento, lo anhelo.

Quisiera contarle, quisiera decirle que todo tiene una consecuencia. Que no ha sido fácil, que he llorado en silencio mientras dormía... Quisiera contarle que de verdad lo amo, pero que a veces el amor no es suficiente.

—Basta. —Lo empujo— Ha sido asqueroso, pero ya está hecho. Mátalo. Yo ya tuve lo que quiero.

—¿Por qué, Dulce? —Tiembla— Qué no te dí.... Qué hice. —Murmura contra mí.

—La venganza es dulce, cielo. —Sonrío fingiendo— Donde más te duele.

Volteo y camino rápido sintiendo que todo me va a explotar por dentro. Trago saliva, me doy valor y pronto huyo por la salida de emergencia. El caos hace que mi instinto de supervivencia salga. Un incendio se forma en la parte trasera del Hilton y puedo ver cómo la policía dispara.

Corazón de Hielo ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora