Epílogo

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Cuando las personas están destinadas a estar juntas, siempre encontrarán una manera para estarlo.
❤️

Capítulo largo. Que lo disfruten. Gracias por la espera. 🌷

Dulce

No hay nada más delicioso en el mundo que estar bien contigo misma.

Mis tacones resuenan por el Four Seasons Hotel mientras no despego la vista de largo. Ser cándida no es lo mío, por lo que no me interesa poner mi cara de mierda mientras paso delante de los empleados. Me respetan por cómo soy y me ha funcionado aunque a algunos les moleste. Mi misión en este hotel está casi lista, dejaré el trabajo en unos días para volver a uno de mis proyectos iniciales y no dejaré mi foco. No por ahora.

—¿Alguien tiene algo que decir? —Suspiro y nadie habla, entonces asiento complacida. Son muy eficientes ahora. No por nada este hotel se ha convertido en un imperio.

—¿Tienes un segundo, Dulce? —Asoma mi nueva presa por el marco de la puerta y sonrío hasta que caminamos juntos por los pasillos hasta llegar al Lobby.

—¿Si? —Ladeo mi cabello, nunca falla.

—¿Estás segura que quieres hacer esto? —suplica—. No me gustaría perderte.

—Tengo que buscar nuevos horizontes, Héctor. —Insisto y me veo reflejada en sus ojos.

¿Vanidosa? Mucho y lo acepto.

Me siento bien cuando domino mis terrenos, sobretodo en el ámbito laboral. Han pasado casi 2 años desde que llegué a Hawaii y todo ha sido maravilloso. Conseguí un excelente trabajo en el Hotel más cotizado de la zona, gano lo que quiero y encima estoy cerca del mar. Mi vida ha sido normal y es lo que más me importa. Mi hija ha crecido mucho y está bien, no puedo pedir más por ahora.

—Aquí los tienes... —Suspira, traga saliva y me enrieda la mirada en sus ojos.

—No y lo sabes. —sonrío.

Hace una pausa, resopla, ríe.

—¿Sabes? No puedo sostenerte la mirada, eres... preciosa.

—Lo sé. —respondo.

—¿Lo sabes? —encarca una ceja. Es otro idiota que se sorprende por mi actitud.

Asiento.

—Usualmente las mujeres no lo aceptamos, pero soy diferente. Me sé hermosa. Me siento hermosa y sé lo que valgo, ¿Qué hay de malo en eso? Esa mierda de la sencillez no va conmigo. Ya sabes cómo pienso.

Sonríe

—Por supuesto. Y es por eso que deseo que te quedes con nosotros. Mira, hablé con los directores americanos y estamos dispuestos a duplicarte los ingresos.

—Ya lo hemos hablado, Hector .Tengo nuevos proyectos. Ensueña es uno de ellos.

—¿Tu cadena de hoteles en Hawaii? ¿Nos harás la competencia? —Bufa.

—Es simplemente otro formato. Invertí mucho dinero en ello, no me puedo fallar a mí misma y es una decisión que he tomado hace mucho tiempo. No soy conformista. No podría ser la trabajadora de otros toda mi vida, ¿Me dejo a entender?

—Te admiro. —Toma mi mano y la besa. Asco, cursi, tonto, pero solo le sonrío fingiendo como zorra enjaulada.

—Busco mis intereses. —añado.

—Eres una mujer inteligente. —Toca mi brazo. Alerta.

—Lo soy... —suspiro sin quitarle la vista—, y como lo soy te digo que soy exigente también.

Corazón de Hielo ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora