64. Ha muerto

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"A veces uno es ciego por decisión propia. Para no seguir viendo lo que duele"

Gracias por hacer esta historia muy especial. Comenten y voten mucho mis amores. ❤️

Chris

Sus ojos son un reflejo extraño que no quiero conocer a profundidad. Trago saliva intentando dominarme, pero nada es válido ahora. Es tarde y muy personal. No podría aplicar las técnicas aprendidas en la escuela de espías, porque no puedo controlarme. Mis ojos destellan rabia contenida, amargura, tensión. Ansío jalar este gatillo y destruir su asquerosa vida, pero primero debo vengar a mamá... a esas niñas violadas, a toda esa gente que fue maltratada por su poder. Necesito hacerlo, honrar sus memorias, defender sus recuerdos. Si le disparo ahora corro el riesgo que se vaya al infierno sin haber pagado sus deudas en la tierra.

Y yo voy a encargarme de aquello.

—Marica —Impulsa su mano hacia adelante y mantengo fija mi arma en su cabeza—Dispara.  —Añade con furia.

No lo hago. Mi corazón late sin control.

—¡No puedes hacerlo! —Ríe alto—. No puedes hacerlo porque eres un maldito cobarde y mentiroso.  Caí en la trampa, el hijo de puta de Gerardo lo planeó todo. No van a engañarme.

Insiste como si su mente se negara a creerlo.

—Es la verdad, Hilton. No hay otra. —Su risa se convierte en seriedad ahora.

—No juegues conmigo, niño —Dice entre dientes—. Voy a matarte, tengo muchas razones para hacerlo.

El sudor en su rostro me indica que está nervioso y tenso. No... no va a jalar ese gatillo.

—Hazlo, vamos. Dispara. —Lo miro con furia intentando así calmar mis ganas de ahocarlo—. Tampoco puedes hacerlo... ¿Cierto? ¿Remordimientos? ¿Existen los remordimientos en tu cabeza asquerosa?

—Yo jamás me arrepiento —Da un paso y retrocedo—. Supongo que has venido a conocer cómo jalé esas cadenas en el cuello de tu madre, esos cuchillazos en su cuerpo, ese gatillo en su cabeza... ¿Quieres saberlo? ¿Quieres saber cómo me la follé cuando estaba agonizando, muriendo, llamando tu nombre?

Abro mis ojos de golpe sintiendo que toda la sangre empieza a hervir por mi cuerpo.

—¡Voy a matarte! —Y disparo, para luego soltar mi arma. El hijo de puta se movió justo a tiempo, pero no voy a dejarlo. Lo ataco. Tomo su maldito cuerpo para luego tumbarlo al suelo. Forcejamos, él me golpea y siento que sus actos son gasolina pura para mi venganza.

—La follé duro... rico.... —Insiste. Doy un golpe en su rostro y la sangre cubre mis puños—... pero era tan aburrida —Continúa—, aunque esas son las peores. Luego se acostó con Gerardo.

Me paralizo y a la vez sollozo. No es cierto ¡Maldito cerdo! No es cierto.

Respiro, entonces siento que me arrincona hacia la pared ahorcándome fuertemente.

—Eres tan impulsivo, imbécil. No aprendiste nada. —Sigue ahorcándome sin que pueda moverme— ¿Quieres saber la verdad? Viniste hasta aquí por ella... entonces te daré lo que quieres. Violé a la perra de tu madre mil veces, pero ella no era ninguna santa. Se acostó con Gerardo o Santino, como quieres llamarlo, a la par. Solía esconderme tras los arbustos viéndolos coger y me gustaba. Tu madre era tan... extraña, tonta, una tontería hecha mujer, pero tenía un culo apetecible. Nunca quiso nada conmigo, por más que era el mejor partido para ella, entonces tomé lo que era mío a la fuerza. —Toma un cuchillo y me lo clava en el brazo haciéndome gritar—. Así como tomaré a Dulce después de matarte.

Corazón de Hielo ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora