27. No me gusta compartir

68.4K 4.2K 1.1K
                                    




"Júrame que no tendré que arrepentirme de entregarte hasta el alma" L



Dulce

Me mira en completa impaciencia y solo siento mi garganta cerrarse ante sus ojos. Una capa de hielo amenaza con deslizarse sobre mi, pero no quiero... realmente hoy quiero sentir.

Trago mil preguntas aún rondando en mi cabeza y, con determinación, levanto el mentón para enfrentar sus ojos ansiosos. Me quiere, pero ha hecho lo que un día le imploré nunca hiciera: Me mintió. Sea cual sea la razón me ha mentido, tomó decisiones por mi y eso no puedo pasarlo.

Pero a la vez lo extraño, demasiado quizá. La vida sin él ha sido como un callejón oscuro. Aprendí a sobrevivir ciega y en la más completa oscuridad, pero aún cargaba con la sensación de no poder respirar.

Él era todo para mi. Mi amigo, mi amante, mi marido. Con él hice cosas que jamás haría con otros hombres y yo era tan tonta que solo rezaba para que Dios no lo alejara de mi lado.

Rezaba... —Me río sin humor— Quizá porque me enseñaron a hacerlo y era la única forma en la cual me sentía escuchada. No hablaba con mi madre ni con mi padre, solo me tenia a mi misma intentando ser una mujer buena y perfecta.

—Dulce... —Dice con voz ronca cerca de mi. Está impaciente, puedo notarlo, pero realmente esto es algo que debo llevármelo con calma.

—¿Te has puesto a pensar en que yo ya no soy la misma? —Pregunto sería. Sus ojos chispan y suspira.

—Si. Lo sé, sé todo de ti.

—¿Todo de mi? —Mascullo— También sabes que he seducido a otros hombres. —Lo miro fijamente y sé que lo sabe, pero odia el tema. Estoy probándolo...— Y sabes que he hecho algunas cosas ilegales. Me quedé callada muchas veces, soborné a algunas personas por Brando, llené mis cuentas de dinero.

Cierra los ojos, entonces sigo

—No soy la mujer perfecta que querías de esposa, Christopher. Y tampoco esa esclava ama de casa que va a cocinarte y a lavar tu ropa. Me gusta el sexo, el dinero y los lujos. —Exhalo— y es lo que soy. Me estoy mostrando ante ti sin etiquetas ni máscaras. ¿Podrá un hombre como tú soportar todo esto?

Río sin humor de nuevo, lo veo sufrir y me pongo a pensar en cómo he cambiado en estos 5 años.

—Las cosas pasan por algo —Continuo— Una mujer inteligente lucha por sus ideales y no cae en sentimentalismos. No soy dulce ni tierna, soy de hielo.

—Has roto ese hielo ahora... lloraste, sentiste, tú...

Suelto una carcajada fingida.

—Por qué sigues pensando en que todo será como antes. No, Christopher... nadie vuelve a ser el mismo después de haber sido golpeado.

Mis ojos lo atacan con la furia que aún tengo.

—Solo estás enojada. —Responde.

—No. Es la verdad. Es mi verdad. —Paso saliva— No quieras cortar mis alas.

—Jamás lo haría —Contesta de inmediato— Te apoyé cuando más lo necesitaste. Yo quería que cumplas tus sueños. —Se desespera intentando explicar.

—Y por eso contrataste a un anciano. —Espeto con ironía— para que me diera dinero y me apoyara. Tomas me quiso solo porque tú le pagabas.

—No es así, Dulce. —Se desespera— Tomás realmente te quiso. Solo... me contaba si estabas bien, si tenías algún problema, pero jamás me confíó tus cosas. Jamás.

Corazón de Hielo ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora