Capítulo Seis

815 152 32
                                    

ㅡ¡Jeongin, tú no deberías beber ésto!ㅡChan, uno de los amigos de Changbin, le quitó el vaso de vodka que el menor mantenía sobre sus labios pero sin llegar a beber algo del líquido.

ㅡ¡Changbin, lo está haciendo otra vez!ㅡexclamó haciendo un puchero, pero el pelinegro se encogió de hombros indiferente.

ㅡNo me digas a mí, tienes dieciséis años. Te quedan dos, niñoㅡrevolvió su cabello mientras volvía su vista hacia Félix que jugaba con sus dedos algo tímido, el mayor rió.ㅡ¿Todo en orden?

Levantó su mirada y observó detenidamente los ojos del mayor:ㅡ¿Soy muy aburrido?ㅡpreguntó avergonzado.

ㅡNo lo eresㅡlo abrazó, le daba ternura lo adorable que ése niño podía llegar a ser sin siquiera intentarlo, a pesar de que su voz era tan grave que hacía que todo su interior se revolviera por completo.ㅡSi gustas, podemos ir adentro y te muestro mis fotos de bebé. Creo que eres bastante importante cómo para hacer éso.

Ambos rieron y Félix no pudo evitar no decir no, así que entrelazaron sus dedos mientras entraban a la casa. Todos los invitados se enfocaron en ellos, quiénes estaban completamente sorprendidos de que por fin alguien tocara el corazón de hierro de Seo. Sus amigos, por otra parte, sabían lo especial que era el rubio para él así que se mostraron totalmente indiferentes ante ello.

Entraron a una habitación donde el ruido cesaba, y Changbin encendió las luces para enseñar finalmente una preciosa habitación donde el blanco predominaba y le seguía el negro. Era un cuarto gigante, igual o más que el de Félix salvo que éste no estaba tan adornado como el suyo si no que tenía cosas tan básicas como una cama y un armario.

El pelinegro comenzó a caminar hacia uno de los pocos muebles que se encontraban dentro del lugar, y de allí sacó una caja blanca no tan pequeña dónde notó que portaba bastantes fotos para ser siquiera real. Changbin se sentó a su lado en el acolchado, suspirando para mirar a Félix nuevamente.

ㅡNo te burlesㅡadvirtió.

El pelinegro comenzó a sacar una por una, y retuvo una en su pecho por bastante tiempo lo que incrementó la intriga dentro de Félix, que ya no aguantaba las ganas de quirarle la foto de sus manos y revisarla por él mismo.

ㅡVoilàㅡChangbin finalmente la enseñó, y el rubio no pudo evitar estallar en carcajadas recibiendo una mirada de odio fingido de parte del mayor.ㅡTe dije que no se las mostraba a nadie por ésto.

ㅡ¡Lo siento, hyung! ¿Pero puedo saber la razón del porqué te vestían como chica?ㅡpuso en de sus manos en su boca para evitar no reír, y tras éso al pelinegro se le hicieron medias lunas en sus ojitos debido a lo adorable que lucía el menor.

ㅡMi hermana siempre deseó tener una hermana menor, no fui lo que ella quisoㅡ se encogió de hombros, haciendo un pequeño puchero algo triste. Félix sonrió mientras se acercaba para dejar un beso en su mejilla.ㅡ¿Y éso?

ㅡYa no me podía aguantarㅡadmitió. Las mejillas del mayor se colocaron leventemente rosadas, y el rubio acarició la zona con dulzura en sus actos.ㅡNo sé por qué pero disfruto estar contigo.

ㅡTodos aman estar conmigo.

ㅡNo arruines el momento, idiota.

Finalmente, luego de tantas insistencias de parte del mayor, Félix aceptó quedarse con él y fue Changbin quién habló con su madre que aceptó encantada en cuánto se le avisó que sería donde el pelinegro la casa en dónde se quedaría

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

Finalmente, luego de tantas insistencias de parte del mayor, Félix aceptó quedarse con él y fue Changbin quién habló con su madre que aceptó encantada en cuánto se le avisó que sería donde el pelinegro la casa en dónde se quedaría. Debatieron por quién dormiría en el sofá de la pieza del dueño y quién en la cama, pero creyeron que sería correcto dormir juntos.

ㅡMi mamá en serio te ama, ¿cómo lograste éso?ㅡrió acomodándose sobre el brazo del mayor, actuando como una almohada humana.

ㅡLa verdad es que todos me aman, no se resisten conmigoㅡsonrió con superioridad, y Félix negó divertido. Le miró atentamente, y Changbin lo notó.ㅡDile a tu madre que su pie de limón estuvo exquisito. Me lo devoré en un santiamén.

ㅡSe lo diré, estará felízㅡabrazó el torso del mayor y enterró su nariz sobre su pecho, inspirando todo su exquisito aroma.ㅡHyungㅡllamó tímido.

ㅡ¿Sí?

ㅡMe gusta, de verdad, estar contigoㅡadmitió reafirmando avergonzado. Una sonrisa se curvó en el rostro del mayor, que incrementó su agarre sobre el cuerpo del menor.

ㅡY a mí contigo. Así que para mañana, ¿qué opinas desayunar en Starbucks y luego volver para cocinar algo juntos? Ya te conté de mis infinitos donesㅡésa superioridad llegó de nuevo a él, y Félix dio un pequeño golpe en su pecho entre risas.ㅡSólo digo la verdad.

ㅡYo también cocino muy bien, mis padres me obligaron a aprender cuando más pequeñoㅡconfesó apenado.

ㅡPero no llores si mi comida queda más ricaㅡadvirtió. La falsa indignación se apoderó del rubio quién volteó su cuerpo dándole la espalda.ㅡNo.

Bin hizo un puchero para después voltear el cuerpo del menor y acostarse, sin todo su peso obviamente, sobre el menor que le miró impresionado.

El pecho de Félix dolía, pero no de una manera preocupante si no que estaba emocionado por alguna razón. Le gustaba estar de ésa manera con el mayor, y a ése también le gustaba estar así con el rubio. Sus miradas se encontraron por ya milésima vez, el corazón de ambos latía con tanta fuerza que los tenía a ambos impresionados. Era un nuevo sentimiento el que los recorría a los dos, pero se sentía tan genial poder finalmente sentirlos.

Changbin se mantuvo admirando las preciosas pecas que adornaban las mejillas y nariz de Félix, como si de estrellas tintineando se tratasen. Ésos rechonchos y rosados labios que le incitaban a inclinarse un poco más y rozarlos finalmente con los propios. Por otro lado, el menor se mantuvo observando su tez bronceada como si de una obra de arte se tratara. Ésos ojos que transmitían a primera vista tanto miedo cuando en realidad era un punto ciego escondido para no revelar lo que en realidad era, un chico bastante dulce para ser sinceros. Y ésos labios tan pequeños que le daban ganas de morder, demonios.

ㅡA d-dormirㅡChangbin tartamudeó. Se acomodó a su lado como habían estado en un principio, y pasó su desnudo brazo por sobre la cintura del menor en forma de un abrazo inocente.

ONE LOVE AND A FUNERALWhere stories live. Discover now