7

366 56 20
                                    

Changbin salió de la casa, con su bolso intacto desde el día anterior a su llegada. Prácticamente fue en vano que se lo trajera porque ni siquiera para una camisa fue abierto. Félix había estado toda la mañana intentando detenerlo, dándole miles de soluciones para que finalmente accediera a quedarse con él pero en realidad todo era para nada, lo que Seo Changbin se proponía lo cumplía sin reproches y por más que doliera. Incluso si se trataba de Félix.

Quitó el seguro de la puerta sin voltear a observar ésos ojitos marrones del menor, que le miraban con profunda pena implorando su estadía al menos un tiempo más y que no se fuera tan bruscamente, técnicamente de la noche a la mañana cuando todo iba estupendo. Sin embargo, salió digno, con su espalda recta y mentón elevado simulando un rostro neutro sin expresiones mientras cargaba su bolso de ropa en unas de sus manos.

ㅡChangbin no puedes dejarme solo otra vez...ㅡFélix sollozaba intentando que el castaño no cruzara para ir por su taxi.

ㅡTengo que hacerlo, debo cuidarte y preocuparme de que no sepan dónde estásㅡintentaba no llorar, no podía permitirse ser débil. No tenía que quedarse.

ㅡNunca sabrán donde estamos, nos podemos quedar los dos aquí juntosㅡlas lágrimas de Félix salían como cascada, una tras otra mientras se abrazaba del torso de su amor.

ㅡNo hagas las cosas más difíciles, ¿crees que acaso quiero abandonarte?ㅡsuspiró profundo, su corazón se apretujaba con cada segundo que pasaba.

ㅡN-No me hagas esto...ㅡpronunciaba el rubio desteñido con un hilo de voz.

ㅡTe amo, Félixㅡquitó los brazos delgados del menor de su torso y caminó rápido hacia el taxi que se encontraba en frente de la calle.

ㅡ¡Changbin, no!ㅡse arrodilló, llorando a más no poder observando como el vehículo amarillo avanzaba con el mayor mirándole a través de su ventana llorando también.

Él no quería.

Pero iba a proteger a Félix, aunque su vida estuviera en juego tras ellos.

Changbin estaba en embarque, en una silla azul esperando a que su avión estuviera listo para abordar pasajeros

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

Changbin estaba en embarque, en una silla azul esperando a que su avión estuviera listo para abordar pasajeros. Seguía un viaje largo y melancólico, sinceramente él no quería irse. Y se odiaría siempre por hacerlo.

Se levantó algo decaído para tomar un café, a pesar de que fueran lo suficientemente caros porque abusaban de los extranjeros. De todas formas tenía para pagarlo, aunque cada Latte costara una millonada.

I-I want... o sea... ¿Latte?ㅡtartamudeó nervioso, el inglés no era su fuerte a pesar de que su ex novio le enseñara por bastante novio. Se podría decir que incluso dominaba más el italiano. Aunque tampoco le gustaba mucho los lenguajes, era complicado.ㅡSi tan sólo Félix estuviera aquí.

Le entregaron su café y su croissant, era el mismo que el ya no rubio pedía siempre que salían a desayunar juntos. Además de que Starbucks era el café favorito de ambos más allá de lo sobrevalorado que estaba.

Veía a las personas extranjeras felices por viajar a Corea, como si fuera un lugar estupendo para vivir. Y es que era lindo, él como coreano podía admitirlo orgullosamente. Pero varias personas eran de un cerebro del tamaño de un maní incluído su padre y su madre, ésta última que de a poco fue aceptando al castaño. Sólo pensaban en ellos y su 'prototipo' de normalidad. Seo Changbin fue el fracaso de la familia, como si hubiera nacido en un mundo al revés y totalmente anexo al de los Seo.

Se formarán en filas, en su ticket aparece la fila que les correspondeㅡChangbin, arrastrando los pies y sin muchas ganas, se colocó en una de ellas viendo a una pareja de chicos frente a él se la mano y hablando de lo emocionados que estaban por volver a Corea luego de tanto tiempo y ver a sus familias.

ㅡMamá nos esperará con carne de res, como celebración por tu cumpleaños amorㅡse rieron con ternura.

ㅡLa abrazaré mucho cuando llegueㅡbesó su mejilla.

Él igual anhelaba que su familia aceptara a Félix y a él en una relación. Sería totalmente ideal pero no todo era de colores como le hubiera gustado.

Su teléfono vibró en su bolsillo trasero, así que lo sacó para revisar de quién se trataba y qué tan importante sería. Encendió la pantalla, donde admiró su fondo de pantalla con nostalgia observando aquellas fotografías en pareja que Félix siempre le exigía para tener recuerdos bonitos.

Amor:
No lo hagas, por favor
no. No puedes dejarme otra
vez más.

Changbin:
Sabes que no tengo otra opción. No permitiré que te hagan daño, Félix.

Suspiró, reteniendo las lágrimas en sus ojos, no podía hacer que su corazón actuara ésta vez. No estaría bien. Luego éste además dolería tras esa decisión, no quería ni pensar en la silueta sin vida de Félix por culpa de él y su idea que quedarse en Australia. No debería el cuerpo del rubio el que queda sin vida.

Entró al avión, le ofrecieron audífonos los cuales aceptó solamente para no escuchar a la gente y sus bobadas. Su teléfono vibró por última vez, lo sacó.

ㅡDebe dejar su teléfono en modo avión a partir de ahoraㅡuna azafata le avisó, él asintió.

ㅡContesto este mensaje y enseguidaㅡse apresuró en avisar.

Amor:
¡Nadie nos hará daño,
demonios! Nos tenemos
el uno al otro.

Changbin:
De todas formas ya es tarde.

Amor:
¿Qué?

Changbin:
Ya estoy en el avión, directo a Seúl.
No te olvides de que te amo,
perdóname.

Amor:
¿Por qué me hiciste esto?

Changbin:
Te prometo acabar con todo esto.

Apagó su teléfono, y apoyó su cabeza en la ventana, sentía como si le faltara el aire. Como si su pecho se comprimiera. Su corazón dolía por el amor, dejar su razón de vivir atrás lo hería ferozmente.

ㅡAcabaré con esto, bebéㅡsollozó observando los edificios iluminados desde lo alto, sabiendo que dejaba al amor de su vida atrás por segunda vez.

ONE LOVE AND A FUNERALWhere stories live. Discover now