Capítulo Once

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ㅡNi creas que haré ejercicioㅡFélix se quejó tirándose al piso rehusándose a mover siquiera un dedo.

Changbin insistía en que lo acompañara a su rutina diaria de ejercicio en casa, tenía una especie de lista de lo que debía hacer cada día y ése día justamente debía tonificar todo su cuerpo. El rubio decidía irse más por el baile que algo que requiriera algo más de fuerza y resistencia, no gracias. El mayor, en cambio, casi le insistía de rodillas que lo acompañara para no sentirse tan solo en su rutina, provocando a Félix titubear.

ㅡSólo si la próxima vez me acompañas a bailar, yo te enseñaréㅡpropuso. El pelinegro rodó los ojos, mirándole mal.ㅡPor favor, Binnie.

ㅡEstá bienㅡaceptó. El rubio, con sus labios curvados en una sonrisa, besó sus labios mientras se quitaba su suéter para hacer ejercicio sólo con una camiseta de manga corta y sudar tanto.

ㅡMira, comenzaremos con el calentamiento para evitar alguna lesión o cosas por el estilo. Chan me acompañó una vez y casi queda sin espalda y piernasㅡse burló. Comenzó a hacer una especie de estiramientos raros mientras que el menor sólo le miraba divertido por la dedicación que colocaba en todo.

ㅡ¿No quieres que te caliente yo?ㅡpreguntó jugando con la manga de la camiseta deportiva de Changbin. Éste último rió besando sus labios un poco.

ㅡNo. Ahora haz esto, porque yo prometí bailar despuésㅡbesó su cuello antes de volver con sus estiramientos.

Félix bufó. Abrió sus piernas todo lo que pudo y luego intentó tocar las puntas de sus pies, lográndolo enseguida. Habrán hecho más de veinte estiramientos distintos antes de comenzar con la verdadera rutina de ejercicios, con la cuál el menor seguía resignándose.

ㅡComenzaremos con los abdominales, creo que es lo más fácil de todo éstoㅡen ése momento, el rubio sólo quería renunciar al trato e irse a su casa a dormir una buena siesta. Pero ya había llegado demasiado lejos como para cancelar, así que aceptó sentándose.

Changbin puso sus rodillas sobre los pies de Félix y abrazó sus piernas para que le fuera más fácil realizar el ejercicio. El rubio estaba tan arrepentido, no quería ni siquiera moverse. Suspiró colocando una de sus manos sobre su estómago.

ㅡ¿Cuántas debo hacer?

ㅡPor ser tú... cincuentaㅡdijo riéndose por la expresión que se había formado en el rostro del menor.

ㅡHaré ésa cantidad sólo si mi premio de recompensa cada vez que llegue arriba sea un besoㅡpropuso y Changbin asintió sonriendo.ㅡUno... dos... te odio... tres.

Subió, primer beso. Bajó ya casi muerto y volvió a subir recibiendo otro más. Estuvo así por bastante tiempo, Changbin solamente reía por la cara de agonía que formaba el menor cada vez entre los largos lapsos de tiempo que se tomaba cada cinco ejercicios logrados. Sentía que moriría en cualquier momento, es que realmente no estaba acostumbrado a ése tipo de cosas.

ㅡ¿Cómo estuvo?ㅡChangbin besó sus labios una vez que logró completar las cincuenta, a duras penas pero lo hizo. Se ganó una cara asesina de parte del menor, que mordió su cuello obviamente sin intenciones de dañarlo.ㅡMe haces cosquillas, idiota.

ㅡ¡Yo sufrí cincuenta veces!ㅡexclamó, sentándose sobre el regazo de Bin que seguía en el suelo.

ㅡNo creas que así te zafarás de lo que quedaㅡse burló mordiendo el labio del contrario y tomarlo de las caderas para quitarlo de encima e ir a chequear su lista una vez más.ㅡPlancha, un minuto. Acuéstate en el suelo en posición de flexiones pero con los codos apoyados.

El menor obedeció ya exhausto, Changbin moría de ternura pero no le diría nada. Quería ver cuánta resistencia tenía, pero al parecer ésa palabra ni siquiera se encontraba en su vocabulario. Tomó su celular para colocar el cronómetro y avisarle que comenzara. A los veinte segundos todo el cuerpo de Félix temblaba de manera impresionante, pero éso no lo detuvo y siguió hasta que completó el minuto ganando otro delicado beso de parte de Changbin como recompensa.

ㅡHyung, me duele el cuerpoㅡse quejó apoyando su cabeza hacia atrás en un mueble de la habitación del mayor. Éste sólo rió mirando otra vez la lista.

ㅡNo quiero exigirte tanto, así que haz el último ejercicio que es algo menos difícil quizás para tiㅡdijo mientras guardaba el trozo de papel nuevamente donde anteriormente se había conservado.ㅡSólo haz treinta sentadillas.

El menor asintió algo aliviado, así que comenzó con ello con un poco más de ánimo. Iba perfecto hasta la número diez, pero comenzó con la once y sus piernas llegaban inclusive a temblar.

ㅡÉsto es tan prometedorㅡChangbin suspiró, y Félix rió siguiendo con su ejercicio hasta que finalmente acabó, cayendo desplomado en el piso alfombrado del dormitorio ajeno.

ㅡNo puedo creer que me hayas hecho éstoㅡsu respiración era ajetreada, haciendo que pensamientos impuros pasaran por medio de la cabeza del mayor.ㅡDeja de pensar en éso, te estás mordiendo el labio con una cara de violador.

Ambos rieron. Había sido una tarde fenomenal y ni siquiera hacía falta decirlo para saberlo. Félix no dejaba de agradecerle a su padre por ayudarlo a encontrar el amor de verdad.

ㅡ¡Veamos dibujos animados!ㅡFélix propuso acomodándose entre los brazos del mayor y tapándose más con la manta

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ㅡ¡Veamos dibujos animados!ㅡFélix propuso acomodándose entre los brazos del mayor y tapándose más con la manta.

Era cerca de la media noche y estaban otra vez en la casa del pelinegro listos para ver alguna cosa en la laptop del dueño de casa. Tenían bastante comida a sus lados y estaban bien acaramelados.

ㅡ¿Pinky y Cerebro?ㅡChangbin propuso sonriendo, pero el otro se negó con otra ides en mente.

ㅡQuiero ver Happy Three Friendsㅡhizo un pequeño puchero alzando su vista para ver al mayor que tenía el ceño fruncido.

ㅡEso es muy cruelㅡse negó a ver animales,  animados, muriendo por cosas tan estúpidas como un lápiz o un juguete.

ㅡPor favor, bebéㅡhizo otro puchero con sus labios. Changbin sonrió ante el apodo y solamente por éso decidió acceder a ello, besando los labios ajenos una vez más en el día.

Buscaron en Netflix y comenzaron a ver la serie desde el capítulo y temporada uno, abrazados y riéndose por las estúpidas e inútiles muertes.

ONE LOVE AND A FUNERALWhere stories live. Discover now