2

391 66 15
                                    

Changbin estaba sentado sobre su sofá, ideando alguna manera de acercarse a Félix otra vez discretamente. Odiaba el hecho de no tener a su bebé a su lado de nuevo, era tan idiota por dejarlo ir. Se levantó para preparar su café, tomando el agua ardiendo de su cafetera y depositándola en su taza favorita que hacía match con una de su ex novio. Tomó un sorbo, observando la alacena que solía compatir con el rubio, siempre divirtiéndose y creando grandes catástrofes.

Sonó su teléfono en la sala y desesperadamente corrió hacia él teniendo grandes esperanzas de que fuera Félix. En cuánto lo tomó pudo leer el nombre "Wendy" escrito en la pantalla y mientras chistaba su lengua respondió.

ㅡ¡Changbinnie!ㅡla chillona voz de la chica irritó sus tímpanos.

ㅡ¿Sí?

Voy a tu casa, podríamos ver alguna películaㅡsólo tenía ganas de decir que no, pero no podía. No estaba seguro de que alguna excusa funcionara, tampoco.

ㅡTengo sueñoㅡfingió un bostezo.

ㅡPodemos dormir juntos, entoncesㅡinsistió.

Los ojos de Changbin en seguida comenzaba a aguarse de la pena acumulada que tenía, no podía aceptar. Se hacía daño a sí mismo también, sentía que le era infiel a Félix aunque ni siquiera tenían una relación actual.

ㅡSupongo que está bien.

Wendy estaba abrazada del brazo de Changbin mientras observaba aquella película de horror que había elegido el mayor

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

Wendy estaba abrazada del brazo de Changbin mientras observaba aquella película de horror que había elegido el mayor. Éste último detestaba lo llorona que era la chica, y es que tampoco es que Félix no lo haya sido, pero solamente lo soportaba de su ex ya que con él si le daba gusto besarlo para calmarle.

ㅡAmorㅡla voz aguda de la menor llamó.

ㅡDimeㅡapretó sus labios, enojado consigo mismo por tener que responder a ésos apodos a alguien que no fuera el amor de su vida.

ㅡPodríamos hacer otra cosa, ¿no crees?ㅡdesplazó su cuidada mano sobre el muslo de Changbin hasta llevarla a su entrepierna. Sólo quería quitarla de su vista en ése momento.

ㅡYa te hablé sobre éso antesㅡtomó su mano, apretándola levemente.

ㅡNo querrás que le diga a tu padreㅡsonrió tomando su teléfono, dispuesta a marcar ese número diabólico que tanto había estado evitando hasta ése momento.

ㅡWendy...ㅡno podía llorar frente a ella, no podía ser tan estúpido. Así que sólo se lanzó a los labios de la menor para así comenzar a besarlos con asco y pudor.

Ella se sentó sobre su regazo, teniendo sus piernas a ambos costados del cuerpo del mayor mientras acariciaba el cabello de Changbin con sus dedos.

ㅡNo eres muy demostrativo, pon tus manos en mis caderas y haz el trabajo bien si no quieres que diga todo de una vez y seas castigado otra vez por tu padre, idiotaㅡla niña amenazó. En seguida Changbin asintió, colocando una de sus grandes manos en las caderas ajenas. La mano de la chica tomaron las otras y la dejaron en su trasero.

ㅡW-Wendy yo no quiero...ㅡmordió su labio en frustración.

ㅡChangbinㅡdemandó. No podía creer que estuviera siguiendo las órdenes de una patética chica sólo para que no le hicieran daño a su bebé. Agachó su cabeza y siguió con las órdenes que le daban.

Félix estaba llorando en posición fetal mientras abrazaba a Bamby entre sus brazos sobre su cama, el único recuerdo que le quedaba sobre aquél chico que le rompió el corazón

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

Félix estaba llorando en posición fetal mientras abrazaba a Bamby entre sus brazos sobre su cama, el único recuerdo que le quedaba sobre aquél chico que le rompió el corazón. Llegó a su casa luego del encuentro inesperado con Changbin, totalmente decaído y desesperado. Su madre sabía todo lo que ocurría así que rápidamente lo acogió entre sus brazos y le dio una chocolata caliente con malvaviscos mientras escuchaba el relato de su pequeño hijo con respecto a la ruptura con su novio.

Bamby despertó debido a uno de los innumerables sollozos de Félix y, como si supiera lo que ocurría, comenzó a lamer el rostro de su amo con dulzura. El rubio sintió ternura y todavía más tristeza al ver cómo el cachorro que compartía con su ex novio le demostraba tanto afecto que esperaba también del mayor.

Su teléfono tintineó, no tenía notables ganas de tomarlo así que simplemente se quedó acostado. Ahogándose en sus lágrimas. No tenía tantas ganas de comer ni mucho menos podía dormir, su madre había estado todo el día intentando que saliera de su cuarto pero lastimosamente su dormitorio tenía seguro y no podía hacer nada para quitarlo. Y es que ni siquiera era común que Félix no tuviera apetito cuando su apodo familiar era "Comelón".

Su cuerpo pesaba y lentamente se formaban una que otra bolsa morada bajo sus ojos por la falta de sueño, eran las tres de la mañana ya y seguía abrazado de su cachorrito sin dejarlo ir. Aunque tampoco Bamby quería abandonarlo.

Observó, con sus ojos llenos de lágrimas, aquellas fotografías enmarcadas en sus murallas blanquecinas. Ésas imágenes donde Changbin lo abrazaba por su espalda en una puesta de sol que habían tomado en alguna ocasión uno de sus tantos amigos. O aquella vez que Félix jugaba con los mofletes de Changbin como si fuera un bebé y otra imagen del mismo día donde besaba sus labios mientras jugaba con sus mejillas. Extrañaba éso, extrañaba estar con Changbin, extrañaba jugar con sus labios como si fueran slime o con sus manos y autohacerse corazones.

ㅡFélix, te traje galletas de chocolate. Tus favoritas, hijoㅡla madre del susodicho dio leves golpes en ésa puerta de madera con stickers pegados fuera. Se quedó allí esperando una respuesta, pero nada ocurrió.ㅡFélix, tienes que comer.

Insistió.

ㅡNo tengo hambreㅡescuchó un ligero murmullo lleno de nostalgia. Sólo asintió, no podía insistir más.

Félix se estaba hundiendo en su propio pozo, acariciando el pelaje de su mascota y admirando una que otra carta que le regalaba Changbin. La última fue hace más de un mes, cuando todo había comenzado.

Su teléfono volvió a tintinear, indicando que tenía un mensaje entrante. No tenía grandes intereses en prestar atención tampoco. Ésta vez vibró y sonó, llamada saliente. Ignoró varias que venían una tras otra, se levantó imaginando que podría ser una seria emergencia.

Tomó su móvil, era Changbin. Y todas las llamadas pasadas también habían sido de él. No quería ser un estúpido, no podía seguir siéndolo.

Cortó.

ONE LOVE AND A FUNERALWhere stories live. Discover now