Capítulo Veintiocho

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Era un nuevo día, las seis casi siete de la mañana cuando apenas amanecía y Changbin ni siquiera había dado aviso a dónde iría por lo que Félix no sabía de su estado, ni si estaba bien ni mal.

Tomó su teléfono por milésima vez y marcó al número de su novio, esperanzado de que respondiera rápido pero nuevamente fue llevado hacia el buzón de voz.

ㅡChangbin maldita sea, sólo quiero saber si estás bienㅡestaba llorando, se maldecía por algo que ni siquiera había hecho. Sollozaba con el celular pegado en su pecho, moriría si alguien le decía que su novio había sufrido un accidente.

Pasaban los minutos y casi eran las ocho, no tenía sueño ni nada. Sus ojos estaban rojos a más no poder, su nariz iba casi igual y su aspecto se veía tan demacrado. Sintió el golpe de la puerta principal cerrarse, y rápidamente corrió hacia la entrada con su celular en la mano en caso de cualquier cosa.

Estaba Changbin, de pie con la cabeza gacha. Estático casi como si su cuerpo estuviera inerte. Sus labios hinchados, su cuello rojo y un perfume difícil de descifrar. Su cabello había sido ordenado a la rápida, casi por encima. Félix no quería convencerse de ello.

ㅡ¿E-Estás bien?ㅡel rubio pronunció con dificultad, acercándose de a poco para que su novio no se alejara nuevamente. Sólo asintió, y ni siquiera se inmutó cuando el pequeño apoyó su mano en su hombro.

ㅡMás que bienㅡdijo con gran frialdad, casi espantándolo por aquél tono. Félix rodeó su frío cuerpo con sus brazos, brindándole calor.

ㅡMe tenías preocupadoㅡsollozó, conmoviendo por completo a Changbin. Pero éste rápidamente se apartó, empujándolo levemente para no causarle daño.

ㅡDebo ir a dormirㅡtomó su chaqueta y dio pasos alargados para llegar todavía más rápido a su habitación y evitar ver los ojos aguados de su novio.

ㅡ¿Qué demonios es lo que te ocurre? ¿A caso crees que no me duele lo que estás haciendo conmigo? ¡Tienes perfume de mujer, Changbin!ㅡgritó entre sollozos. El mayor se paró en seco y apretó sus puños con firmeza.

No se daba vuelta y Félix perdía las esperanzas de todo, finalmente todo se iba a la mierda de a poco. Comenzó con su padre, siguió unos de sus mejores amigos y acabó con su novio. De mal en peor.

El rubio estaba quieto, parado mientras sollozaba y observaba el cuerpo tenso de su novio que lentamente volteaba frente a él. El mayor tenía sus ojos rojos debido a sus lágrimas, sus labios iban quitando su hinchazón y lentamente aparecían uno que otro chupón en su cuello.

ㅡ¿Por qué lo hiciste...?ㅡmurmuró entre sollozos, su pecho dolía de una manera impresionante. Su corazón estaba roto en miles de pedazos sin piedad alguna. El daño ya estaba más que hecho.

Changbin dio cortos pasos hacia adelante, con su cabeza gacha otra vez. Abrió su boca para hablar pero rápidamente se arrepintió dándose la vuelta de nuevo.

ㅡLo sientoㅡsusurró entre su llanto ahogado, y dio pasos grandes para dirigirse a su habitación y no volver a ver a Félix en unas horas que destrozaba su corazón también.

ㅡLo sientoㅡsusurró entre su llanto ahogado, y dio pasos grandes para dirigirse a su habitación y no volver a ver a Félix en unas horas que destrozaba su corazón también

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Félix sollozaba sobre el sofá, completamente solo otra vez. Changbin ni siquiera había salido de la habitación en todo el día hasta que un portazo se hizo presente, era él quién tomaba las llaves de su vehículo y le daba un vistazo al rubio.

ㅡ¿A-A dónde vas?ㅡpronunció con dificultad, limpiando su mar de lágrimas que bajaban una tras otras sobre su pálida y fría mejilla.

ㅡQuiero que sepas que te amo, Félixㅡrespondió, haciendo un puchero para intentar no llorar. Se fue rápidamente, el rubio no dejaba de soltar su llanto que había estado revelando a lo largo del día sin disminuir produciéndole una jaqueca terrible.

Llorar no te sirve de nada, no seas imbécil.

Pensó y en un santiamén se incorporó limpiando sus lágrimas, luchando por ser fuerte otra vez. Después de todo él nunca se rendía, no podía echarse hacia atrás ésta vez. No perdería a nadie más en su vida sin justificación.

Corrió fuera, y observó como el convertible de Changbin se iba muy rápido. Así que, sigilosamente, él fue en busca de su otro auto y lo montó. Condució detrás del vehículo del mayor quizás por unos cuarenta minutos siempre con una distancia razonable para no parecer una maniático y que su novio lo descubriera por no ejercer con éxito su plan. El mayor aparcó, específicamente, en unos de los moteles mitad restaurante más costosos y lujosos del país.

ㅡQué mierda haces aquí, Binㅡmaldijo Félix entre dientes, estacionado en la vereda del frente del recinto para no causar notorias sospechas. Estaba recostado en su asiento, esperando ver algo sospechoso que lo hiciera dudar incluso más de su relación con su novio pero sólo logró verlo salir de su auto arreglando su chaquetilla y dirigiéndose a la puerta giratoria del gran lugar.

Estuvo solo mucho rato fuera, recostado en el asiento de su auto expectante de ver alguna señal notoria. Hacía tanto frío y el aire acondicionado de su auto ni siquiera funcionaba como debía, así que todo su cuerpo estaba completamente helado tal cuál un cubo de hielo.

Parejas y más números de parejas salían del motel a altas horas de la madrugada, esperanzado de que en una de ésas saliera Changbin pero completamente solo. Lo cuál no se cumplió del todo.

El pelinegro salió de la puerta giratoria con una chica baja de cabello largo, preciosa a los ojos de cualquiera. La agarraba de su pequeña cintura en un firme agarre, ambos completamente felices y repartiendo uno que otro beso como si nada. Félix rápidamente salió de su vehículo y corrió hacia el par que ni siquiera se percataba de la presencia del menor hasta que la palma de la mano del rubio impactó ferozmente con la mejilla del mayor.

ㅡ¿¡Quién mierda te crees, Changbin!?ㅡgritó entre sollozos, la poca gente que pasaba los miraban con temor y otros como si fuera todo un show humorístico.

ㅡFélix, cálmate. No es lo que tú creesㅡsostuvo los brazos ajenos, quería llorar tanto como el rubio. La chica al lado de él intentaba apartarse cuanto podía, pues no estaba en la mejor de las situaciones.

ㅡ¿¡Cómo quieres que me calme!? ¿¡Ahora que estoy enamorado de ti me dejarás!? ¡Maldito hijo de puta!ㅡse intentaba lanzar sobre el mayor, pero estaba tan débil que éso ni siquiera era posible. Cayó al suelo, con lágrimas en sus ojos y liberando inimaginables sollozos.

ㅡB-BebéㅡChangbin se arrodilló a su lado, intentó abrazarlo pero el menor simplemente lo esquivó. Golpeó su pecho.

ㅡDéjame ir.

ㅡPuedo explicártelo, Félixㅡsuplicó.

ㅡNo hay nada que explicar acáㅡse levantó limpiando con enfado sus regordetes mejillas. Dio media vuelta pero el mayor tiró de su brazos.

ㅡDebemos terminarㅡpronunció.

Félix se volteó, mirando con impresión absoluta al mayor que le miraba con sus ojos aguados.

ㅡVete a la mierda, Seo Changbin.

Se levantó rápido, comenzó a correr rápido sin siquiera poder mirar con claridad por las lágrimas que no le dejaban ver con claridad. No sabía por donde pisaba ni en que camino iba, Changbin le seguía por detrás intentando alcanzarlo y explicarle toda la situación a solas pero éste no disminuía su paso. Era tan imbécil por creer en el amor y enamorarse, estaba bien solo lidiando con su patética existencia.

ㅡ¡Félix, no!

Era su fín, el fín de su miserable vida.

Final de temporada.

ONE LOVE AND A FUNERALWhere stories live. Discover now